La inteligencia artificial será clave para el futuro del ser humano

Durante el Primer Foro de Inteligencia Artificial, organizado por la revista Muy Interesante y patrocinado por la compañía Huawei, se han dado cita algunos de los mayores expertos en la materia de nuestro país, para debatir sobre el presente y el futuro de esta tecnología en todos los ámbitos. La principal conclusión que se extrae de sus respectivas intervenciones es que la inteligencia artificial está aquí para quedarse y, al margen de su nivel de desarrollo, está claro que seguirá expandiéndose a muchos ámbitos de la vida de las personas, y de la operativa de las organizaciones públicas y privadas.

Entre los intervinientes en este foro se encontraba Ramón López de Mántaras, directos del Instituto de Inteligencia Artificial del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), quien ha destacado que la inteligencia artificial no se trata solo de una moda actual, sino que se trabaja en su desarrollo desde hace casi cincuenta años. Y dijo que la sociedad debe contar con la IA, pero considera imprescindible que en la interacción entre hombre y máquina las personas deben estar informadas de que se comunican con una IA, por cuestiones de ética.

Otro ilustre participante de este encuentro fue Nuria Oliver, doctorara por el Media Lab del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), que intervino en el foro a través de una videollamada, afirmando que la inteligencia artificial “no solo va a perdurar, sino que cada vez tiene un papel más importante en nuestra vida y en nuestra sociedad, y probablemente no consigamos sobrevivir como especie sin apoyarnos en ella”. También indicó que, para que la IA transforme nuestras vidas no es necesario que reproduzca las capacidades de la inteligencia humana. Y dijo que se trata de una tecnología tan transversal que es preciso trabajar en equipos altamente multidisciplinares, en los que no solo intervengan expertos en tecnología, sino en disciplinas de humanidades, como la ética, la psicología, la antropología, la economía o el derecho. En su conclusión, quiso recalcar que existe un gran desconocimiento sobre el papel actual de la IA por parte de gran parte de la población, que cree que se circunscribe a los robots en las fábricas, cuando en realidad llevamos en el bolsillo un smartphone, que incluye aplicaciones y tecnología ligadas a la inteligencia artificial.

Otros participantes, como José Luis Cordeiro, ingeniero del MIT y profesor de la Singularity University, ha parafraseado a uno de los inventores de la IA, Marvin Minsky, cuando dijo que “efectivamente, vamos a tener máquinas más inteligentes que los humanos, y es una cuestión de tiempo. Tendemos a sobreestimar en el corto plazo y a infravalorar en el largo plazo y no vemos los avances increíbles que están ocurriendo”. Aludió a las estrategias de compañías como Google o Huawei, que están avanzando de forma espectacular en el campo de la inteligencia artificial, y advirtió que es necesario preparar a la sociedad para la inteligencia artificial y los robots, que se expandirán rápidamente. Y coincidió con otros ponentes en que la IA no será como la inteligencia humana; será diferente, pero mejor. Y dio una clave interesante, y es que Estados Unidos la ha inventado, Asia la está mejorando y Europa la está regulando.

Por su parte, Jesús Cardeñosa, doctor en Computación e Inteligencia Artificial por la UPM, y Director de Tecnologías del Lenguaje en la UNESCO, quiso resaltar que los avances en IA no son tantos como podría parecer, y que no persiguen desarrollar una inteligencia digital similar a la humana. Concretamente, dijo que: “A pesar de que sí se ven aplicaciones nuevas en móviles y satélites, nuevo no veo prácticamente nada, lo que veo son unas enormes capacidades de cómputo que antes no se tenían. Quitando eso, estamos como antes, y seguimos sin encontrar el modelo que emule el comportamiento de un ser humano”. Pero quiso destacar la gran importancia que esta tecnología tendrá en el ámbito empresarial, diciendo que un día se demostrará que la IA es tan importante para la supervivencia de las empresas como un ordenador o una base de datos.