El crecimiento de la inversión tecnológica en España se ralentizó en 2019

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A lo largo del pasado año, España se situó entre los 10 países de la Unión Europea donde no creció la inversión en tecnología, logrando solo el 4% del capital invertido en la región. Mientras tanto, los países líderes de la eurozona lograron posicionar a la UE muy por encima del nivel de financiación de la tecnología alcanzando en 2018.

El universo de las startups no para de crecer, y durante 2019, Europa consiguió alcanzar un récord de financiación de proyectos tecnológicos, incrementando la cifra un 39% con respecto a 2018, hasta 34.300 millones de dólares. Pero este avance no se trasladó a España, que se situó entre los 10 países de la región donde la inversión no creció en términos interanuales. Así lo revela el informe sobre la Situación del Sector Tecnológico Europeo, elaborado por la firma de inversión británica Atomico, en colaboración con Slash y Orrick.

Sus expertos señalan que, a pesar de que el conflicto comercial entre Estados Unidos y China ha influenciado negativamente muchos mercados, la tecnología en Europa siguió creciendo, ganando peso en la economía de la región y de todo el mundo. Esto se logró con el crecimiento en la financiación de empresas tecnológicas europeas, que no solo fue récord en volumen total, sin que durante 2019 también se sobrepasó el récord de inversiones por encima de los 100 millones de dólares (53, frente a 32).

Aunque las buenas cifras del conjunto de países europeos no se vieron reflejadas en España, donde los responsables de este estudio vieron un estancamiento de la inversión en tecnología, y también en el fomento del talento tecnológico. Según las cifras de este estudio, el total de financiación en España fue de 1.340 millones de dólares en 2019, un 0,17% menos que en 2018, y es solo un 4% del total invertido en Europa. A pesar de que esto coloca a nuestro país en sexta posición, detrás de Reino Unido, Alemania, Francia, Suecia y Suiza, no significa que esté bien posicionado, ya que en realidad es uno de los 10 en los que las inversiones en tecnología no aumentaron en estos últimos 12 meses.

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La inversión en España no crece, pero está bien enfocada

A pesar de ello, hay algunas luces dentro de la trayectoria que seguidas por las inversiones en empresas tecnológicas en España, y que tiene que ver con el camino que están siguiendo sectores muy volcados en la transformación digital. Ejemplo de ello es la destacada tercera posición que ocupa nuestro país en las inversiones en startups de transporte dentro de Europa. Mientras entre 2015 y 2017, el 13% de todo el capital se destinó al transporte, en 2019 el porcentaje subió al 15%.

Otro punto destacado es la inversión en lo que se conoce como Deep Tech, lo que indica cómo España se está convirtiendo en un nodo importante para esta combinación de innovación tecnológica e investigación académica. Lo importante de esta tendencia es que está generando una gran sinergia entre los científicos y los nuevos empresarios, impulsando la creación de nuevos productos que combinan una mezcla muy potente de innovación tecnológica con avances científicos, que ayudan a que la sociedad avance. En conjunto, las inversiones españolas en Deep Tech llegaron hasta 280 millones de dólares en 2019, más o menos la mitad de todo lo gastado en los últimos cinco años en este segmento de proyectos tecnológicos.

Faltan más desarrolladores e investigadores en tecnología

Uno de los problemas que los expertos detectan dentro de España, y que puede tener influencia en este estancamiento de la inversión en empresas tecnológicas, es que en nuestro país hay una importante carencia de desarrolladores y de investigadores en los diferentes campos de la tecnología. Según contabilizan, actualmente solo hay unos 3 investigadores y 7 desarrolladores por cada 1.000 habitantes, una cifra próxima a la de otros países como Grecia, Polonia o Hungría, donde hay mucha menos población.

Mientras tanto, el país que encabeza el ranking en este sentido es Dinamarca, con 8 investigadores y 17 desarrolladores por cada 1.000 habitantes. Aunque a nivel de ciudades individuales, Barcelona se sitúa en cuarta posición en inversión por desarrollador, con 36.961 dólares, estando solo por detrás de Londres, Estocolmo y Berlín. En capital total invertido, Barcelona está en la séptima posición, y Madrid ha quedado en la décima, lo cual también es destacable.

En total, los analistas calculan que en 2019 el mercado laboral de España logró subir desde los 308.500 desarrolladores hasta los 323.000. A pesar de que parece un avance, en realidad esto deja muchísimas vacantes libres en numerosas industrias, y especialmente en los puestos más difíciles de cubrir para los ingenieros de software. Concretamente, el reciente año pasado, el volumen de puestos de trabajo sin ocupar en el campo del desarrollo de software aumentó un 15%, quedando solo por detrás de Austria y Portugal.

También cabe destacar que Barcelona y Madrid se encuentran en las posiciones quinta y octava de toda Europa en el número de empresas fundadas en 2019, con 796 y 577 nuevas compañías, respectivamente. En las primeras posiciones, Londres, París y Berlín. Un factor que puede haber influido en esto es que en España el talento está menos concentrado en las grandes ciudades que en otros países. Por ejemplo, mientras que solo el 37% de todos los desarrolladores españoles se encuentran en Madrid, en Londres el porcentaje relativo es del 57%, y en París, del 55%.

Poco conocimiento de las políticas tecnológicas de la región

 

El 40% de los fundadores y trabajadores iniciales de las startups no saben cuál es la máxima prioridad de la Comisión Europea en materia de tecnología. Clic para tuitear

Otro de los problemas que detectan los responsables de este estudio es que buena parte de los emprendedores españoles de empresas tecnológicas desconocen las políticas europeas en esta materia. Sus cifras son que el 40% de los fundadores y trabajadores iniciales de las startups no saben cuál es la máxima prioridad de la Comisión Europea en materia de tecnología, ya que carecen de la información necesaria para responder a esta pregunta.

Esto denota un importante problema, que es la falta de mecanismos para comunicar claramente cuáles son los objetivos que persiguen las máxima autoridades europeas a la hora de fomentar el talento y el desarrollo tecnológico. Y esto dificulta enfocar adecuadamente los proyectos y las solicitudes de financiación para investigación y desarrollo, y para la creación de empresas dedicadas a la tecnología. Al mismo tiempo, los expertos señalan que, dentro de Europa, en 2019 se lanzaron pocas propuestas enfocadas a las startups, algo que los emprendedores valoran negativamente.

No es así en todas las áreas, pero la mayoría de las empresas tecnológicas europeas adolecen de una enorme disparidad en lo que a género se refiere. Según esta investigación, el 91,6% de la financiación de 2019 llegó a empresas con una cúpula directiva mayoritariamente masculina, una cifra casi idéntica a la de 2018. Y en España este porcentaje fue a peor en 2019, pasando del 84% al 90% en un año. Entre todas las startups que recibieron fondos (119) solo hay una mujer con cargo de CTO. Por otro lado, algo está cambiando en escalones más bajos de la organización, como es el caso de los ingenieros de software, donde un 7,5% son mujeres, un porcentaje que poco a poco está creciendo.

Una cultura empresarial más responsable

Entre las empresas tecnológicas emergentes europeas que recibieron financiación a lo largo del pasado año, los expertos destacan que los objetivos no son exclusivamente hacer negocios lucrativos, sino que también se contemplan otros factores como el impacto ambiental o social. Y solo un 14% de estas startups no considera importantes estos aspectos para su empresa. Otra consideración cada vez más relevante entre estas pequeñas empresas es la responsabilidad social corporativa, con un 57% de las mismas que considera este punto como algo de gran importancia.

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Además del impacto externo, las startups que fueron financiadas en 2019 también están preocupadas por el impacto que se genera entre los trabajadores y los propios fundadores. Según la encuesta realizada por Atomico a 1.000 fundadores de empresas emergentes, una cuarta parte de estos emprendedores ha sentido efectos negativos en su salud mental, con elevados niveles de estrés. Y también destacan que se plantean como un desafío la conciliación familiar y el apoyo que debe proporcionar la empresa en este sentido. Y un 57% de los entrevistados afirman que agradecerían recibir apoyo de su equipo de trabajo o de los inversores para gestionar mejor la presión de ser el líder de una compañía emergente.

Balance positivo a nivel tecnológico

En opinión de Tom Wehmeier, socio, Head of Insights en Atomico, y responsable del informe, “la tecnología europea continúa destacando en la economía global a pesar de que este año el foco mediático se ha instalado en las turbulencias de los mercados tecnológicos. La economía de Europa puede no ser inmune, pero sus tecnológicas han seguido batiendo récords en los últimos doce meses. Las empresas tecnológicas europeas están funcionando a un nivel que muchos consideraron impensable en la primera edición de este informe hace cinco años”.

Wehmeier añadió que “existe un gran talento, compañías valoradas en más de 150.000 millones de dólares y un nivel récord de inversores institucionales. Sin embargo, aunque se han logrado algunos pequeños avances, persiste un enorme déficit de diversidad. Europa necesita diferenciarse. Tenemos una gran oportunidad y los responsables políticos un gran papel que desempeñar. Hay un gran número de emprendedores que ignoran la visión política europea de la tecnología”.

Como punto destacado final, los expertos resaltan el papel cada vez más importante que está jugando la tecnología en la economía y la competitividad de Europa. Para Chris Grew, socio de Orrick en Londres, principal firma asesora de capital de riesgo en Europa durante 14 trimestres consecutivos, “todas las señales apuntan al hecho de que el ecosistema tecnológico es el motor de mayor crecimiento en Europa, con las compañías tecnológicas privadas más exitosas y mejor financiadas de la historia y un recorrido mucho más corto para que esas compañías logren el estatus de unicornio”.

Finalmente, Andreas Saari, CEO de Slush, apunta que “creemos que el emprendimiento es una de las formas más efectivas de cambiar el mundo. Según los datos de la encuesta de este año, en Europa, solo el 15% de los fundadores piensa que medir el impacto de su startup en el mundo no es relevante para ellos. Al mismo tiempo, ya el 96% de los fondos de capital de riesgo evalúan o están considerando evaluar el efecto social y ambiental a largo plazo de las compañías de su cartera”. Concluye diciendo que “es un gran avance del que estamos orgullosos, y del que creemos que Europa puede liderar nivel mundial. Sin embargo, Europa aún está despertando en el tema de la diversidad en su conjunto y el emprendimiento no es igualmente accesible para todos”.