Europa afronta el futuro digital impulsando la industria de semiconductores

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La escasez de semiconductores está poniendo en jaque a muchas industrias europeas y la Comisión se propone abordar este problema mediante la Ley Europea de Chips, que tratará de impulsar el sector en la región para reforzar su resiliencia y competitividad digital. A principios de febrero la Comisión Europea anunció las medidas que recogerá y desde entonces diferentes organizaciones y expertos en la materia han debatido sobre el proyecto, y han emitido una serie de recomendaciones para ayudar a enfocar las iniciativas que contempla la futura regulación.

Durante las últimas décadas la industria de semiconductores se ha desarrollado principalmente en Norteamérica y en ciertos países de Asia, como Corea del Sur, Taiwán o China, lo que ha obligado a las empresas europeas a depender cada vez más de una cadena de suministro ubicada fuera de sus fronteras. Con la irrupción de la pandemia se produjeron continuas interrupciones en la fabricación de chips y la logística, a lo que se han sumado los desequilibrios entre la oferta y la demanda de semiconductores, perjudicando seriamente a industrias clave de Europa, como la automovilística.

Estos problemas han alcanzado una escala global y los gobiernos de muchos países se han dado cuenta de la necesidad de reforzar su industria de diseño y fabricación de chips para no depender de los vaivenes de la economía y el suministro global. Un ejemplo es la propuesta de ley lanzada por el gobierno de Estados Unidos, que todavía está pendiente de aprobación, con la que pretende impulsar la investigación, desarrollo y fabricación de semiconductores en su país. Por su parte, Europa también quiere seguir este camino, y para ello la Unión Europea está trabajando en la denominada Ley Europea de Chips (European Chips Act), que fue presentada el pasado 8 de febrero por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen.

Este proyecto de ley incluye una amplia batería de medidas que, como explica la Comisión, tiene como objetivo “garantizar la seguridad del suministro, la resiliencia y el liderazgo tecnológico de la UE en las tecnologías y aplicaciones de semiconductores”. Y con ella quiere reforzar la competitividad y la fortaleza de Europa en este mercado, contribuyendo a la transición digital y ecológica que persiguen las autoridades europeas.

El reto es enorme en comparación con el que enfrenta Estados Unidos, ya que la industria está mucho menos desarrollada en la UE. Pero la demanda de tecnologías de semiconductores es cada vez mayor, dado el impulso digitalizador que se está expandiendo entre los países miembros de la Unión, y las autoridades están decididas a construir una industria fuerte y competitiva que aporte más independencia y apoye la soberanía digital de Europa.

 

PROPUESTAS DE LA LEY EUROPEA DE CHIPS

En su anuncio, la presidenta de la Comisión desglosó las principales medidas que recogerá la Ley Europea de Chips, y su objetivo general de aumentar la producción de semiconductores en la región y duplicar su cuota de mercado hasta alcanzar un 20% para el año 2030. Esta propuesta de ley se asienta en los puntos fuertes de Europa en este campo, como la presencia de importantes organizaciones y redes de investigación y tecnología, y también de fabricantes innovadores en el campo de los semiconductores.

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

 

Aprovechando este potencial quiere resolver las importantes carencias que tiene la industria en la región, como la falta de empresas dedicadas a fabricar las principales categorías de chips que demanda el mercado. Para impulsar el desarrollo de una nueva industria más fuerte, variada y autónoma, que abarque desde la investigación hasta la fabricación y la cadena de suministro, pretende aportar más de 43.000 millones de euros provenientes de inversiones públicas y privadas. Además, como explicó la Comisión en su anuncio oficial, establecerá una serie de medidas para “prevenir, preparar, prever y afrontar con rapidez cualquier perturbación futura de las cadenas de suministro”, fomentando la colaboración entre los países miembros de la Unión y sus socios globales.

 

El objetivo de la Ley Europea de Chips es aumentar la producción de semiconductores en la región y duplicar su cuota de mercado hasta alcanzar el 20% en el año 2030

 

Para alcanzar estos objetivos la propuesta de la Comisión incluye una serie de medidas concretas, como la iniciativa Chips para Europa, que, a través de una “Empresa Común de Chips (CJU)” mejorada, mancomunará los recursos de la Unión, de los estados miembros y de otros países asociados a los programas que ha lanzado Europa, así como los del sector privado. En este sentido, se destinarán 11.000 millones de euros para reforzar los proyectos de I+D+i actuales, garantizar el uso de herramientas avanzadas de semiconductores, proyectos piloto para la creación de prototipos, ensayos y experimentación de dispositivos con aplicación real, y también para ampliar la comprensión del ecosistema y la cadena de valor de los semiconductores.

Otra de las medidas principales que propone esta ley es crear un marco para garantizar la seguridad del suministro atrayendo inversiones y mejorando las capacidades de producción dentro de Europa. Esto incluye un Fondo de Chips que facilitará la financiación de empresas emergentes dedicadas a este sector y ayudará a estimular la inversión. Y mediante la iniciativa InvestEU tratará de apoyar a estas empresas en su expansión.

La propuesta de ley contempla también la creación de un mecanismo de coordinación entre los estados miembros y la Comisión para monitorizar la oferta de semiconductores y calcular las necesidades en el lado de la demanda para anticiparse a posibles dificultades. Esto requerirá un seguimiento exhaustivo de toda la cadena de valor, recopilando información de los principales actores de la industria para detectar cuellos de botella y poder desarrollar estrategias que protejan contra las crisis y medidas de emergencia para resolverlas.

 

LOS EXPERTOS APRUEBAN LA NUEVA LEY, PERO CON MATICES

Desde que se conocieron los planes de la Comisión Europea de lanzar una ley para impulsar la industria regional de semiconductores se han producido numerosas reacciones entre los miembros de la industria y los expertos del sector, dentro y fuera de sus fronteras. Por ejemplo, los expertos de la consultora IDC comentaron en un artículo publicado recientemente que el año pasado la demanda de semiconductores en EMEA aumentó un 24,4%, convirtiéndose en la segunda región de más rápido crecimiento a nivel mundial. Pero, al mismo tiempo, la fabricación de chips en Europa se ha reducido drásticamente en la última década, aumentando su dependencia de los fabricantes asiáticos.

Fuente: Unión Europea.

 

Rudy Torrijos, investigador especializado en semiconductores en IDC, comentó que si Europa quiere aumentar su participación en el mercado debe aumentar su inversión en fabricación en los próximos 10 años. Pero destaca que pocas empresas se sumaron a la iniciativa lanzada en 2018 a través del Proyecto de Interés Común Europeo (IPCEI). Ahora, con la nueva Ley Europea de Chips, considera que la Comisión ha ido más allá, centrándose en el foco del problema, que es la vulnerabilidad que genera la dependencia de una cadena de suministro externa.

Por su parte, la analista sénior de IDC Anielle Guedes pone en valor que “la Ley Europea de Chips es la primera política del lado de la oferta cuya intención es potenciar todo el mercado europeo, modificando las estrictas normas de competencia y antisubvenciones que caracterizan al mercado de la UE”. Y destaca que la propuesta no se centra solo en responder a los problemas de escasez actuales, sino que tiene un alcance mucho más amplio, con el que pretende fomentar la soberanía digital y tecnológica de cara al futuro, tratando cuestiones como la financiación, la investigación y desarrollo, los permisos y certificaciones, y pretende apoyar la innovación de las grandes empresas y también de las PYMES.

Aunque puntualiza que los planes para aumentar la producción de semiconductores en la UE tardarán en materializarse, dado que se trata de una empresa muy compleja y el punto de partida no es el más adecuado para construir una industria fuerte y competitiva. Además, gran parte de la financiación propuesta provendrá de los países miembros, lo que requerirá aprobaciones individuales que dependerán del compromiso de cada socio de la Unión.

Y Guedes señala que “existen desafíos de competencia por delante que la CE debe abordar mediante la promulgación de políticas adicionales o reajustando la Ley de Chips para mantener a flote las industrias críticas, cubrir los vacíos nacionales y garantizar las reglas antimonopolio. Sin duda, Europa sería más competitiva en el mercado de microprocesadores si afrontara la brecha de inversión para nuevas fábricas, la falta de talento cualificado en el diseño de microprocesadores y pudiera transferir sus capacidades de I+D de última generación a la producción a gran escala”.

Entre las muchas organizaciones que apoyan la Ley Europea de Chips está el Centro para la Estrategia y Estudios Internacionales (CSIS), que tras la presentación de la Comisión comentó que ante la difícil situación en que se encuentra Europa en lo que se refiere a la escasez de semiconductores es preciso lanzar medidas de estímulo como ya están haciendo otros países, por ejemplo, Estados Unidos, China o Corea del Sur.

 

OPINIONES DE EMPRESAS Y LA INDUSTRIA EUROPEA

Muchas empresas han aportado su opinión sobre la llegada de esta ley de estímulo para la industria de semiconductores. Por ejemplo, la firma CertiDeal, que apoya la iniciativa de la Comisión, pero opina que los resultados se verán a largo plazo, mientras que los problemas que afectan actualmente a las industrias dependientes de los semiconductores continuarán durante meses e, incluso, años. En este sentido, Salvatore Macri, country manager de CertiDeal en España, comenta que un ejemplo está en las pérdidas que está sufriendo la industria de smartphones en la región, y propone incentivar el mercado de terminales de segunda mano para superar la crisis actual de escasez de chips para plataformas móviles, y de paso reducir el consumo de materiales no reciclables.

Fuente: Unión Europea.

Otras opiniones que tienen un peso importante son las de las empresas europeas de semiconductores, como ASML, proveedor destacado de tecnologías para la fabricación de semiconductores, que abastece a importantes marcas norteamericanas, surcoreanas y de otros países líderes del sector. En un comunicado publicado tras la presentación de la ley, comentaron que Europa necesita revertir la decadencia que se ha producido en la industria en las últimas décadas. Y destaca que la capacidad de producción de semiconductores en la región ha descendido desde el 24% de la producción mundial en el año 2000 a un 8% en la actualidad.

Sus expertos comentan que si no se toman medidas pronto la posición de la industria europea se volverá irrelevante en el contexto global. Pero si se sigue este camino y se logran los objetivos planteados de aumentar la producción hasta lograr el 20% de participación para 2030, la industria podría duplicar sus beneficios hasta alrededor de 1 trillón de dólares. Además, recomiendan que la nueva ley no se centre exclusivamente en aumentar la producción de chips, sino también en asegurar que Europa sea de nuevo relevante en el ecosistema global de semiconductores. Para ello se deben aumentar las capacidades y el rendimiento de los productos y tecnologías fabricadas por las empresas europeas, aumentando además la confianza de los clientes pertenecientes a otros mercados.

También destacan los comentarios que están realizando ciertos sectores que están avanzando en la digitalización, que dependen de tecnologías basadas en semiconductores, como la industria sanitaria. Por ejemplo, la organización Medtech Europe, que en un artículo publicado tras el anuncio de la Comisión instan a las autoridades a implementar políticas que garanticen un suministro suficiente de chips para su sector, facilitando el avance de las estrategias de telemedicina y la creación de nuevos sistemas para mejorar el cuidado de la salud en Europa, basados en las nuevas tecnologías.

Explican que la crisis mundial de los semiconductores está teniendo un efecto negativo en el avance de las tecnologías médicas, como está ocurriendo en los ecosistemas industriales. Sus expertos comentan que existen cientos de tecnologías médicas que dependen de la disponibilidad de componentes como los semiconductores. Entre ellas las empleadas en el diagnóstico de enfermedades, la monitorización de pacientes, la ventilación asistida, los equipos quirúrgicos asistidos por robots, las máquinas de ultrasonidos, la maquinaria de UCI prenatales y un sinfín de aparatos que se utilizan diariamente en hospitales y centros de atención primaria.

Alertan de que los plazos de entrega de los fabricantes de estas tecnologías, tanto grandes marcas como PYME, están llegando hasta los 18 meses, cuando antes de la crisis llegaban como mucho a 5 u 8 meses. Estas dificultades ponen en riesgo la disponibilidad de equipos imprescindibles para apoyar a los sanitarios en su labor y, además, dificultan los esfuerzos de digitalización del sector de la salud. Y la escasez es especialmente crítica, dados los elevados estándares de confiabilidad de los componentes electrónicos empleados en estos aparatos, algo que también se produce en industrias como la de automoción.

 

RECOMENDACIONES PARA MEJORAR LA FUTURA LEY

Tras la presentación de la ley por parte de la Comisión, se ha abierto un período de consulta para que los actores interesados puedan aportar su visión y emitir recomendaciones que permitan matizar y enfocar mejor las iniciativas recogidas en esta propuesta. El pasado día 29 de marzo la organización DigitalEurope, la principal asociación comercial que representa a las industrias de transformación digital en Europa, celebró una conferencia para comentar las ideas que propone la industria para mejorar la Ley Europea de Chips. Con ello quieren ayudar a alcanzar sus objetivos lo antes posible, combinando su experiencia y conocimiento con los recursos aportados por la Comisión y los países miembros de la Unión.

Fuente: Unión Europea.

En general, la industria ha mostrado su apoyo a la creación de un marco legal sólido y cohesivo que incentive el desarrollo de la industria aprovechando las capacidades de innovación tecnológica de Europa, con el objetivo de construir una cadena de suministro diversificada, sostenible y más resistente. Pero la mayoría de actores interesados opinan que la ley necesita mejoras para lograr sus objetivos fundamentales y para ello se deberá trabajar intensamente en el proceso legislativo, si se quiere lograr que la UE sea un catalizador para las inversiones en el sector.

 

La industria ha mostrado su apoyo a la creación de un marco legal sólido y cohesivo que incentive el desarrollo de la industria aprovechando las capacidades de innovación tecnológica de Europa

 

Asimismo, la industria de semiconductores y los sectores que dependen de ella opinan que la estrategia plateada por la Comisión debe expandirse a todos los aspectos relacionados con la cadena de valor de los semiconductores para mejorar las futuras capacidades de Europa. Esto incluye la reducción de los precios de la energía, el fomento del talento especializado en semiconductores, la obtención de materias primas de fuentes más cercanas, los proveedores de componentes clave y los propios fabricantes de chips.

Esto presenta nuevos desafíos a raíz de la guerra desatada en Ucrania, ya que precisamente este país es un importante proveedor de ciertas materias primas empleadas en los procesos de fabricación de chips más avanzados, como el gas neón, entre otros. Teniendo en perspectiva las dificultades para obtener estos materiales de un país tan cercano a la UE, es preciso ampliar la cantidad de proveedores y diversificar las cadenas de suministro para garantizar su disponibilidad a corto, medio y largo plazo.

 

APORTACIONES ESPECÍFICAS PARA OPTIMIZAR LA ESTRATEGIA

Tras recoger las opiniones de los integrantes del ecosistema de semiconductores en Europa, los responsables de DigitalEurope señalan que, a medida que la nueva ley vaya tomando forma, los legisladores deberán aclarar más los términos y condiciones para el desarrollo de estos planes y para el acceso a terceras partes interesadas a la plataforma de diseño virtual y a las líneas generales del pilar 1, que es establecer un Programa de Chips para Europa.

Fuente: Unión Europea.

En cuanto al pilar 2, que se basa en crear un marco para garantizar la seguridad del suministro de semiconductores, las recomendaciones más destacables incluyen aumentar la seguridad jurídica en esta fase, añadiendo detalles sobre los criterios que se emplearán para elegir las instalaciones de semiconductores que se convertirán en pioneras en Europa. Y también anticipando medidas de apoyo operativo continuo para estas instalaciones en casos excepcionales.

De cara al tercer pilar en que se asienta la estrategia de esta nueva ley, que propone un mecanismo de coordinación entre los Estados miembros y la Comisión, los expertos solicitan que se cree una única entidad central para establecerlos requisitos de presentación de informes. Así, este aspecto tan importante de la ley no requerirá el visto bueno de 27 organismos nacionales diferentes. Y los expertos también solicitan eliminar los datos confidenciales del alcance de las “obligaciones de presentación de informes en la etapa de crisis”.

  • Aclaraciones sobre la financiación

Más allá de las recomendaciones generales para cumplir con los objetivos establecidos en estos tres pilares fundamentales, los expertos de DigitalEurope han recogido otras matizaciones y propuestas relacionadas con aspectos más detallados de cada uno de estos puntos de la ley. Por ejemplo, en cuanto a la financiación de 43.000 millones de euros, las organizaciones europeas coinciden en que el desglose financiero es demasiado vago, y es necesario detallar más cómo se distribuirán los fondos.

Comentan que el reglamento debería reflejar adecuadamente los objetivos de inversión y que la industria necesita disposiciones, especialmente en el pilar 2, que garanticen seguridad jurídica y previsibilidad para las inversiones en fabricación privada, lo que generará más confianza. Por otro lado, muchas organizaciones se muestran preocupadas por aspectos calve para la industria, como el creciente coste de la energía en comparación con otras regiones como Asia, donde todavía emplean fuentes basadas en combustibles fósiles de forma masiva. En el caso de Europa, estos costes podrían representar hasta el 30% de los gastos operativos totales, lo que pone trabas a la competitividad en precio.

  • Mejoras en la gestión del talento especializado en el sector

También hay una gran preocupación por la escasez de talento, para lo que se propone la iniciativa EU Talent Pool, cuyo objetivo sería simplificar las pruebas del mercado laboral para atraer talento tanto interno como externo a la Unión Europea. Con las estrategias actuales existen muchas dificultades para atraer profesionales especializados en un campo en el que no existen demasiados expertos disponibles, especialmente cuando se trata de trabajar con las tecnologías más modernas. Y una muestra de ello es que, actualmente, de todos los inmigrantes que no pertenecen a la UE y llegan a los países de la OCDE, solo el 31% de aquellos que cuentan con un nivel de formación elevado escogen trabajar en la Unión europea.

  • Dificultades para contar con proveedores dentro de Europa

Otro problema que identifican los especialistas en la industria es que actualmente es muy complicado contar con proveedores de materias primas y componentes fundamentales dentro de la Unión Europea. Esto se debe a que muchos no cumplen con los requisitos de las legislaciones medioambientales como REACH, lo que obligaría a buscar empresas de otras regiones, dificultando la construcción de una cadena de suministro más cercana, estable y confiable. Por ello muchas voces proponen desarrollar un nuevo ecosistema de proveedores dentro de la UE o en regiones más accesibles, algo que podría tener un impacto negativo en los costes de fabricación.

 

FOCO EN EL DESARROLLO DE TECNOLOGÍAS ESTRATÉGICAS

Una de las claves para que Europa pueda tener éxito en el futuro de la industria de semiconductores es apostar por las tecnologías más avanzadas y novedosas, que permitan atraer más inversiones y clientes. Un ejemplo está en las arquitecturas de conjuntos de instrucciones como RISC-V, que requerirán una financiación específica que facilite el acceso a prototipos de chips para impulsar la innovación. También tendrá mucha importancia el desarrollo de SoC para 5G y 6G, que se consideran entre los diseños más complejos del mercado actual.

La industria apoya mayoritariamente los esfuerzos para incentivar la investigación, el desarrollo, la fabricación, el empaquetado y las pruebas de las tecnologías más avanzadas de chips, dado que consideran que pueden representar un factor diferenciador frente a los fabricantes de otras regiones. Además, estas tecnologías no están sometidas generalmente a la misma presión de precios que las más comunes y extendidas, por lo que la industria europea podría ser más competitiva en el mercado global.

 

Una de las claves para que Europa pueda tener éxito en el futuro de la industria de semiconductores es apostar por las tecnologías más avanzadas y novedosas, que permitan atraer más inversiones y clientes

 

Esto tendrá mucho que ver con la labor desempeñada por las instituciones de investigación más punteras de Europa, entre las que destacan el Instituto Fraunhofer, IMEC, CEA LETI/LIST y VTT, entre otras. Desde estas organizaciones se trabaja para desarrollar soluciones innovadoras de primer nivel, pero se necesitará más esfuerzo para cerrar la brecha entre la I+D básica y el despliegue de chips en aplicaciones comerciales dentro de la región, como pueden ser la inteligencia artificial avanzada, la automoción, la industria manufacturera o las telecomunicaciones.

Para lograrlo los expertos proponen que la Empresa Común de Chips (CJU) abarque toda la cadena de valor de los semiconductores, desde su diseño hasta su implementación en aplicaciones comerciales. Y también que esta entidad siente las bases para garantizar un flujo continuo de innovación en el campo de la microelectrónica europea. Así, los futuros Proyectos de Interés Común Europeo (IPCEI) podrían basarse en los resultados obtenidos por el CJU y aplicarlos para el despliegue industrial. Esto ayudará a cerrar la brecha actual entre los proyectos de I+D+i y su uso final en las industrias europeas.

 

CONDICIONES ESPECÍFICAS PARA LAS EMPRESAS DEL SECTOR

Los representantes del sector señalan que la economía de fabricación de semiconductores no es la misma que en otros segmentos industriales. Por ello, la aplicación del artículo 107 como base legal para establecer las ayudas a estas empresas no debería sentar un precedente para elegir los destinatarios de estos fondos entre otros dominios industriales. Y consideran que la UE solo debería aplicar esta disposición cuando se producen fallas en el mercado.

Fuente: Unión Europea.

Y creen que la definición de las primeras instalaciones europeas de front-end/back-end de semiconductores es lo suficientemente amplia como para cubrir los objetivos de innovación en todos los segmentos de la cadena de valor de semiconductores. Aun así, solicitan más detalles en dos criterios de elegibilidad. El primero es que los artículos 10 y 11 deben reconocer la importancia de la cooperación gubernamental internacional siempre que una entidad esté sometida a obligaciones extraterritoriales de terceros países y órdenes prioritarias de la UE. El segundo es que estos artículos deberían reconocer las actividades de I+D+i que haya puesto en marcha la UE y que hayan sido planificadas por los solicitantes de la financiación como parte de su “compromiso de invertir en la próxima generación de chips”.

  • Financiación en situaciones excepcionales

Dentro de los detalles contemplados en el pilar 2 de la regulación los representantes de la industria europea de chips solicitan otras revisiones y especificaciones más concretas, como que se contemplen ciertas circunstancias excepcionales específicas. Por ejemplo, la posibilidad de un apoyo operativo continuo para garantizar la viabilidad a largo plazo de determinadas instalaciones de fabricación. Esto responde a la realidad de que el proyecto inicial pueda necesitar evolucionar para responder a los cambios del mercado, trascendiendo su misión inicial. Esto debería atender a un enfoque en la rentabilidad y, en casos determinados y con una amplia justificación, la Comisión podría complementar las métricas de rentabilidad con otras que reflejen los desafíos propios de la fabricación de semiconductores.

Además, apoyan la iniciativa recogida en la ley que establece una aceleración nacional de los procedimientos de concesión de permisos, pero solicitan una disposición que comprometa a las autoridades públicas a eliminar las restricciones a las operaciones comerciales y la cadena de suministro de determinadas instalaciones, atendiendo al apoyo financiero proporcionado. También se solicita a la Comisión más orientación sobre cómo las entidades deben determinar el déficit de financiación para las solicitudes de ayuda estatal y sobre el nivel de evidencia que deben presentar las empresas para probar el escenario hipotético en el que ningún estado proporciona este tipo de ayudas.

  • Certificaciones de semiconductores

El último punto relacionado con las necesidades específicas de las empresas de la industria de semiconductores tiene que ver con la certificación de chips. Los expertos han expresado a la organización DigitalEurope su impresión de que cualquier iniciativa para establecer certificaciones de confiabilidad, seguridad y ecología de los chips debería basarse en estándares internacionales impulsados por el mercado, y prever una fuerte participación de la industria en el desarrollo de dichos estándares. En este sentido, creen que se debe contar con métricas de riesgo para evaluar estas características de los chips, y sugieren que la UE desarrolle esquemas voluntarios que la industria pueda adoptar con más facilidad en el mercado.

 

MONITORIZACIÓN, COMERCIO Y RESPUESTA FRENTE A LA CRISIS

Este último gran bloque tiene mucho que ver con la situación actual de escasez de chips que tanto está afectando a las industrias europeas. La Comisión habla de vigilancia y alerta, y la industria solicita que se cree un organismo europeo al que informar de cualquier situación inusual o problema, en vez de tener que recurrir a una de las 27 autoridades nacionales, como establece la propuesta de ley inicial.

  • Protección de datos y confidencialidad

En lo que se refiere a la recopilación de información los expertos consideran fundamental garantizar que los datos de capacidad de producción se mantengan fuera de los requisitos obligatorios de información. Y en momentos de crisis la Comisión debe equilibrar el objetivo de una mayor visibilidad en la cadena de suministro con la necesidad legítima de las empresas de minimizar los riesgos de exposición de datos confidenciales, algo que no contempla la propuesta inicial. Y también piden mayores garantías de confidencialidad para las empresas

  • Modelos de compra común y exportación

La industria pide a la Comisión que aclare el funcionamiento del mecanismo que permite a la Comisión actuar como organismo central de compras de productos relacionados con los semiconductores cuando sea necesario o conveniente. En este sentido, han identificado dos problemas principales. El primero es que no resultaría adecuado tratar con industrias B2B como las de semiconductores, ya que no está claro cuál sería la visibilidad y los beneficios concretos de este esquema si se produce una crisis de suministro B2B. El segundo es que cualquier mecanismo de compra común que pretenda ser efectivo necesitaría basarse en información detallada. En un contexto B2B esto implicaría compartir información confidencial y privilegiada entre el proveedor y el cliente, lo que supondría un riesgo real de robo de secretos comerciales.

 

La industria pide a la Comisión que aclare el funcionamiento del mecanismo que permite a la Comisión actuar como organismo central de compras de productos relacionados con los semiconductores cuando sea necesario o conveniente

 

Según las características de la propuesta inicial de la Comisión, ésta podría imponer restricciones a la exportación ante situaciones de escasez significativa de un producto esencial. Pero las autoridades no han dado detalles específicos sobre el tipo de controles de exportación que se podrían imponer, por lo que los expertos solicitan que se aporte una mayor claridad sobre estas medidas, ya que en las cadenas de suministro globalizadas los controles de exportación muchas veces no cumplen con los objetivos establecidos.

 

GOBERNANZA DE LA INDUSTRIA DE SEMICONDUCTORES

La industria quiere tener una participación más formal de las empresas en la Junta Europea de Semiconductores, y piden que se delimiten los puestos de los miembros con derecho a voto en los subgrupos enfocados al diseño, suministro o utilización de productos relacionados con chips. También solicita que se incluya a los futuros miembros de la Alianza Industrial sobre Procesadores y Tecnologías de Semiconductores. Así podrán participar en la toma de decisiones en temas con una gran complejidad a nivel empresarial, como la certificación de chips, el despliegue de tecnología en el CJU y la identificación de escenarios de abastecimiento.