El número de fraudes informáticos diarios en España crece de manera exponencial
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Según el informe El fraude informático en España 2024, a finales de 2023 se registraban diariamente más de 1.160 fraudes informáticos al día, lo que casi cuadruplica los datos de 2018.
Tal y como ha señalado el Gripo Logalty, a raíz de los datos del informe El fraude informático en España 2024, la cibercriminalidad en nuestro país sigue al alza y, al cierre del año pasado, se contabilizaban una media de 1.169 fraudes informáticos al día, el triple que hace cinco años (374) o, lo que es lo mismo, 800 infracciones más, en cifras absolutas, cada día.
El estudio elaborado está basado en fuentes públicas, estadísticas de criminalidad publicadas por el Ministerio del Interior, y analiza la evolución de este tipo de infracciones penales a nivel nacional, por comunidades autónomas y por provincias; y apunta los retos que tienen las organizaciones frente al incremento de la ciberdelincuencia, donde el robo de datos y la suplantación de la identidad son amenazas que demandan soluciones tecnológicas cada vez más sofisticadas.
España cerró 2023, con 426.744 fraudes informáticos, un 27% más que en 2022, cuando se produjeron 335.995; y el triple que en 2018, cuando hubo 136.656.
Las autonomías que encabezaron este incremento fueron Andalucía (47,6%), Región de Murcia (41,8%) y Comunidad Valenciana (40,6%). La Rioja fue la única que experimentó un descenso (-5,3%).
Pero en números absolutos, este tipo de cibercriminalidad se concentra en tres autonomías: Comunidad de Madrid, Cataluña y Andalucía. Y es que las tres sumaron el 49% de los fraudes informáticos detectados el año pasado en España —uno de cada dos infracciones de este tipo—, que en cifras globales corresponde a 218.573 casos, o, lo que es lo mismo, una media de 599 fraudes al día.
Completan el cuadro “de honor” Comunidad Valenciana (40.835 casos), País Vasco (25.059 casos) y Castilla y León (22.642 casos).
Tal y como ha explicado María Dolores Pescador, presidenta ejecutiva de Grupo Logalty, “atravesamos un momento crítico en el que las empresas se enfrentan al desafío de optimizar la gestión y protección de sus datos y los de sus clientes. Es fundamental la implementación de tecnologías que eviten los posibles ciberataques y su consecuente robo de datos; así como la detección de cualquier intento de suplantación de identidad para obtener un beneficio fraudulento”.
