Las redes satelitales podrían acabar con el problema de la banda ancha en EEUU

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En Estados Unidos las redes de banda ancha no funcionan tan bien como deberían, y el acceso a los datos y los servicios por parte de las empresas y los consumidores es deficiente en muchas regiones. Para un sector de las telecomunicaciones la solución podría estar en crear nuevas redes de satélites que conecten los centros de datos y los principales nodos de interconexión.

Según se ha hecho público recientemente, el mes que viene la Comisión Federal de Telecomunicaciones de estados Unidos votará sobre toda una serie de temas relacionados con el espacio. Entre ellos, una posible modificación de las reglas que regulan el uso de satélites a órbitas bajas, que podrían destinarse a la creación de nuevas redes de comunicaciones. Las redes de banda ancha en los estados unidos tienen grandes regiones de poca cobertura, y extender las redes de banda ancha de nueva generación por toda la geografía del país podría ser una solución muy costosa y lenta. En su lugar, un sector de las telecomunicaciones propone la posibilidad de crear nuevas redes de datos satelitales para configurar una nueva red de alta velocidad que llegue con más efectividad a las zonas rurales y que complemente las zonas más congestionadas de la actual red.

Esta idea podría parecer descabellada hace algunos años, pero con los grandes avances que se han realizado en el campo de la tecnología espacial, ahora es posible lanzar satélites por una fracción del coste que suponía anteriormente, y realizar un mantenimiento mucho más rápido, económico y sencillo. De hecho, empresas como AWS ya se han embarcado en proyectos para crear redes compuestas por centros de datos en tierra y satélites de comunicaciones de alta velocidad en órbitas bajas, en principio destinadas a los despliegues IoT. Otras empresas interesadas en que estas proposiciones sean aprobadas por la Comisión son SpaceX, que se encarga de llevar al espacio un buen porcentaje de los pequeños satélites actuales, TeleSat Canada, Kepler Communications y LeoSat. Todas ellas ven con buenos ojos la posibilidad de crear un nuevo modelo de acceso a los datos independiente de las redes cableadas, que podría revolucionar completamente la idea actual del acceso a Internet y a las redes de interconexión de datos privadas, destinadas a empresas y administraciones públicas.

Pero, para que esto se haga realidad el freno no se encuentra en la tecnología, que ya existe, sino en la lentitud de la burocracia del país, que tarda mucho tiempo en valorar las propuestas y más aún en tomar una decisión. A esto se suma que las estrictas leyes que rigen el lanzamiento de satélites se crearon hace ya muchos años, cuando los satélites eran grandes por definición y se lanzaban a órbitas más lejanas, y se necesitaría una modificación del marco legal para lanzar y operar los actuales dispositivos, mucho más pequeños, a menor altitud.

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Alguno de los miembros de esta comisión ya ha hecho saber que votará a favor, pero otros se muestran preocupados por los riesgos de que aumente aún más el grave problema que ya existe con la basura espacial, y abogan por crear antes un plan para la recolección o destrucción de estos deshechos tan peligrosos. Sea como fuere, en algún momento las redes satelitales de alta velocidad, que ya se pueden desplegar con un coste razonable, acabarán captando gran parte del tráfico global, dentro y fuera de Estados Unidos. Este país tiene la oportunidad de dar un paso adelante en el desarrollo de esta tecnología. Se podría decir que ya lo han hecho, con la aprobación de un proyecto de SpaceX para lanzar una flota de más de 4.000 satélites para ampliar la cobertura de banda ancha. Pero la realidad es que la actual normativa hará que SpaceX tarde seis años en completar este proyecto, un tiempo que tecnológicamente podrían acortar enormemente, gracias a los cohetes de bajo coste que ha diseñado la compañía para subir objetos a la órbita terrestre.

Por ahora, las discusiones abarcan numerosos temas como el tamaño máximo de los satélites que se podrían lanzar al espacio, si se debe considerar la masa o el volumen para establecer restricciones, si estos satélites deben o no tener sus propios sistemas de propulsión o una determinada banda para las comunicaciones y un gran número de cuestiones práctica que ralentizan la toma de decisiones. Cada grupo está presentando sus propuestas, pero aún es pronto para saber si la Comisión Federal de Telecomunicaciones aceptará alguna, o abrirá un nuevo plazo para que se presenten proyectos enfocados de otra forma.