La industria tecnológica muestra inquietud ante el brexit

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A medida que se acerca la fecha límite para materializar la salida del Reino Unido de la Unión Europea, muchos sectores se muestran preocupados por la falta de un acuerdo. Las empresas tecnológicas temen que, si no se llega a un entendimiento antes del 29 de marzo, Reino Unido podría caer en una fuerte recesión y los proveedores de tecnología deberían reestructurar por completo la cadena de suministro entre UK y la UE.

Con tan poco tiempo para la fecha límite del Brexit, la inquietud crece en numerosos sectores críticos para la economía, especialmente en Reino Unido. Entre las empresas tecnológicas se ha establecido un clima tenso, ya que no tienen claro cómo se finalizará la relación, y ven muchas posibilidades de que la economía se resienta gravemente si no se alcanza un acuerdo “amistoso”. Además, ven con preocupación la mala relación y las enormes diferencias de opinión entre los representantes de ambas partes. Como se trató en el reciente evento Canalys Channels Forum 2018, celebrado en Barcelona, se contemplan tres posibles escenarios: que se paralice el Brexit y el Reino Unido se mantenga dentro de la Unión, que se llegue a un acuerdo en buenos términos, o que se produzca un “Brexit duro”, es decir, sin un acuerdo.

En el primer caso, que se considera el menos probable de los tres, las empresas tecnológicas prevén que los precios de sus productos bajen y se produzca un crecimiento económico a corto plazo, mejorando las cifras de sus respectivos negocios. El segundo caso podría tener unas consecuencias similares para las tecnológicas, ayudando a la recuperación económica. Este es el escenario que en general se considera el más probable. Pero el tercero es el que va cobrando peso a medida que las dos partes alejan sus posiciones. En este caso, se prevé una fuerte recesión en el Reino Unido, acompañada de una subida de los precios y de toda una serie de problemas para mantener la cadena de suministro entre UK y la Unión Europea, donde las empresas del país tienen buena parte de sus clientes.

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Los proveedores de tecnología y servicios asociados a ella están cada vez más preocupados porque se pueda acabar en este escenario, ya que habría que redefinir el negocio y, muy posiblemente perder mucho dinero. Además, las compañías que suministran productos físicos tendrían que encontrar la forma de redirigir sus líneas de suministro a través de otros países, generando retrasos e, incluso, interrupciones en la entrega de productos al otro lado de la frontera. Según dijo durante este foro el CEO de Canalys: “Lo más probable es que el Reino Unido caiga en una recesión, posiblemente una recesión muy profunda, y la mayoría de los proveedores y, lo que es más importante, los distribuidores tendrán mucho trabajo por hacer”. Y añadió que: “Es posible que terminemos con un modelo en el que el Reino Unido tenga diferentes productos a Europa, diferentes códigos, diferentes aprobaciones, y no se nos permite enviarlos desde el Reino Unido a Europa o viceversa. Y ciertamente habrá retrasos en el producto. Los distribuidores tendrán que almacenar en el Reino Unido todos los bienes y no podrán intercambiar entre países, lo que significa que habrá retrasos en las importaciones, lo que significa que habrá escasez de productos”.

Por otro lado, está el problema del tratamiento de los datos según la normativa GDPR, algo para lo que todavía no se ha alcanzado un acuerdo en firme, y que también podría ocasionar problemas a las empresas tecnológicas, tanto en Reino Unido como en la UE. Numerosas empresas de ambas regiones operan a través de la futura frontera, y según todos los indicadores un gran porcentaje todavía no se ha adaptado correctamente a las imposiciones de esta nueva regulación. Por ello, en caso de no llegar a un acuerdo “amistoso” para el Brexit, seguramente se endurecerían las políticas de supervisión de cumplimiento, y se aplicarían más sanciones a las empresas.