La digitalización de la administración pública española supera la media europea

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El último índice eGovernment Benchmark europeo indica que España se encuentra por encima de la media en varios apartados clave de la digitalización de los servicios públicos. Con una mejora significativa en los últimos cuatro años, nuestro país ha avanzado mucho, aunque hay algunos aspectos en los que aún debe evolucionar para estar a la altura del resto de países miembros de la UE.

La consultora Capgemini acaba de publicar su decimoquinto barómetro eGovernment Benchmark, que mide el grado de digitalización de las administraciones públicas de los países de la Unión Europea. Para elaborar este índice, que corresponde al período 2016-2017, se han evaluado más de 10.000 portales de servicios públicos. El documento concluye que la transformación digital de las administraciones públicas europeas, en general, está avanzando hasta alcanzar un grado óptimo de madurez, subiendo 13 puntos porcentuales en los últimos cuatro años.

En este ranking, España ha obtenido una puntuación que se encuentra en general por encima del promedio europeo. Destaca especialmente en la orientación al usuario que ha obtenido una puntuación del 90%, frente al 82% de la media europea. También en cuanto a las capacidades técnicas, que han alcanzado un 73 sobre 100 (19 puntos más), y la transparencia, con otro 73% (19% más). En el otro lado de la escala, España está bastante atrasada en la categoría de eServicios, con un índice del 37%, 22 puntos por debajo de la media europea.

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Como muestran los datos de este barómetro de transformación digital, nuestro país se encuentra en el buen camino, aunque aún quedan algunas barreras importantes, aparte de las contempladas en este índice. Por ejemplo, la integración de sistemas y servicios entre diferentes departamentos y administraciones públicas. También en la operativa de ciertos servicios públicos clave en los que se requiere el uso de la identificación electrónica. La gran variedad de portales diferentes, con sistemas obsoletos o poco eficaces para la identificación y la tramitación burocrática hace que los usuarios no encuentren fácil su uso.

De hecho, los últimos informes sobre la experiencia de usuario en el sector público condenan especialmente a determinadas administraciones públicas por su dificultad de uso y su falta de claridad acerca de cómo usar los servicios puestos a disposición de los ciudadanos. Asimismo, existe una gran brecha entre las grandes administraciones y las de ámbito local, que suelen ser menos operativas y, en la mayoría de los casos, obsoletas.