Siete pasos para apreciar el valor de las aplicaciones modernas

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La interrupción masiva de nuestra actividad que acabamos de vivir, así como las disrupciones que seguimos experimentando, pueden haber alterado la vida tal y como la conocemos, pero algunas cosas permanecen inmutables. El negocio define tanto objetivos como estrategias, y TI responde en consonancia creando tanto las aplicaciones como los servicios, así como las experiencias que, por un lado, los clientes demandan y, por otro, los empleados necesitan.

Antonio Gallego

Senior Manager, Solution Engineering, Kubernetes en VMware EMEA

Ser capaz de modernizar las aplicaciones de la empresa significa poder entregarlas rápidamente, con confiabilidad y seguridad, ya sea en la nube nativa que use el negocio o en las distintas nubes que TI gestiona, ya sea en el centro de datos o en un entorno repartido por múltiples nubes. Las empresas entienden que, sin estos servicios, satisfacer las necesidades de los clientes será muy difícil: una reciente encuesta de VMware descubrió que el 80% de líderes tecnológicos y de desarrollo de aplicaciones de EMEA creen que, de no modernizar con éxito las aplicaciones, las organizaciones no podrán ofrecer la mejor experiencia a sus clientes.

De hecho, no solo las aplicaciones modernizadas ayudan a las empresas a ofrecer mejores resultados, sino que las empresas que cuentan con un mayor rendimiento han demostrado ser las que desarrollan y ponen a disposición de los usuarios nuevas aplicaciones y servicios a gran velocidad. El estudio confirmó que dos tercios (66%) de las nuevas aplicaciones llegan a los entornos de producción en las empresas de alto rendimiento, en comparación con el 41% correspondiente a organizaciones con un menor rendimiento. Asimismo, el 70% de las entregas o cambios en las aplicaciones llegan a producción en el plazo previsto para las organizaciones de alto rendimiento, frente a solo el 41% para las organizaciones de menor rendimiento.

El objetivo de dar soporte y modernizar aplicaciones heredadas mientras se adoptan nuevas prácticas relacionadas con aplicaciones nativas desplegadas en la nube, ha obligado a TI a replantearse cómo gestionar tanto las unas (las heredadas) como las otras (las modernas), teniendo que hacerlo, además, de forma segura, en un mundo de múltiples nubes. Para acelerar el ritmo de innovación, los departamentos de TI deben simplificar las operaciones y la administración.

¿Por dónde empezar? El punto de partida suele ser siempre establecer el valor que la aplicación debería entregar a la empresa, si bien esto deriva en más preguntas, las cuales deben responderse tanto para que TI sepa dónde y cómo 'ejecutar todas las cosas' (traducción literal de lo que en VMware llamamos “run-all-the-things”), como para que las empresas entiendan el valor que sus aplicaciones modernas deberían tener para el negocio.

1. ¿Cuáles son las prioridades y el enfoque del negocio digital?

Tradicionalmente TI ha identificado a la empresa como su cliente interno. Con el tiempo ha derivado en una denominación inapropiada e incluso incorrecta. Ahora los clientes de TI pueden elegir, es decir, pueden usar otros proveedores si no están satisfechos con el servicio. Antaño las empresas no tenían esa flexibilidad; estaban “atrapadas” con lo que les daba TI: incluso algunas se consideraban casi rehenes, en vez de clientes.

Poco a poco, la tecnología ha permitido muchas más opciones y las unidades de negocio se han ido dando cuenta de que tenían acceso a la última tecnología en la misma medida que TI y a veces más. Por lo tanto, si TI no da el servicio esperado, un jefe de departamento o de unidad de negocio puede buscar los recursos que necesita en otro lugar, con todos los riesgos que esto conlleva para la empresa.

Ahora TI tiene que servir a la empresa como un cliente real, no cautivo: comprender sus necesidades, sus desafíos y sus objetivos y demostrar cómo TI puede apoyar esas ambiciones. Es una conversación bidireccional en la que las unidades de negocio y los equipos de infraestructura hablan un idioma común y se ayudan mutuamente a comprender lo que ambos intentan lograr.

2. ¿Qué aplicaciones hay que poner en funcionamiento?

Liderar desde ese entendimiento es tener claro qué aplicaciones se necesitan y qué soporte hay que prestar. Es una conversación a mantener con las unidades de negocio y, de hecho, con cualquier persona relevante dentro de la empresa. La decisión resultante debe ser tanto comercial como técnica.

Una vez que se haya acordado un plan de actuación, los equipos de TI deben tener claro cómo van a cumplirlo. Para empezar, ¿cuentan con el equipo adecuado? Existe un malentendido común consistente en que un desarrollador puede simplemente "desarrollar" cualquier aplicación, mientras que la realidad es que las personas son competentes en lenguajes y plataformas de programación específicos.

El desafío consiste en que hay muchas posibilidades de que los equipos de TI no solo se centren en una aplicación, sino en muchas: todas con requisitos diferentes y diferentes áreas interesadas. Por lo tanto, en última instancia, las aplicaciones deben priorizarse siempre con el objetivo de satisfacer las necesidades de la empresa, a ser posible dentro de los conjuntos de habilidades y parámetros de los entornos de desarrollo disponibles.

3. ¿En qué plataforma habría que hacer ejecutar las aplicaciones?

Con organizaciones que mantienen múltiples entornos para satisfacer las demandas de sus aplicaciones, cada una con requisitos tecnológicos únicos, encontrar la plataforma no es el único desafío. Lo realmente difícil es que el desarrollo y la administración son más complejos que nunca, con TI y desarrolladores que navegan por aplicaciones tradicionales, servicios nativos de la nube, Software como Servicio (SaaS) y servicios locales, por poner solo algunos ejemplos.

Aquí es donde se necesita un terreno de juego común entre los equipos de TI, las líneas de negocios y los desarrolladores, donde tener una sola plataforma digital es fundamental para eliminar el potencial surgimiento de silos, permitir una mejor implementación de recursos y proporcionar un enfoque coherente para administrar aplicaciones, infraestructura y necesidades comerciales conjuntas.

Se trata de crear una plataforma común para "ejecutar todas las cosas" (run-all-the-things). Una base digital definida por software que proporciona la plataforma y la elección de dónde ejecutar TI, para impulsar el valor comercial, crear el mejor entorno para desarrolladores y ayudar a TI a administrar de manera efectiva la tecnología existente y nueva a través de cualquier nube para cualquier aplicación en cualquier dispositivo con, además, seguridad intrínseca.

Una plataforma capaz de proporcionar todas las aplicaciones, lo cual permite a los desarrolladores utilizar las últimas metodologías de desarrollo y tecnologías de contenedores con el fin de reducir el tiempo de producción. Todo con una gestión y operaciones consistentes.

En última instancia se trata de permitir que las empresas pongan a disposición del cliente un mejor software de la forma más rápida; automatizar el ciclo de vida de las aplicaciones modernas, eliminar las barreras de entrada sobre las diferentes modalidades y distribuciones de Kubernetes y facilitar la adopción de aplicaciones basadas en contenedores e incluso ejecutar Kubernetes de la misma forma en diferentes nubes. Al hacerlo, la empresa puede posicionarse para contar con una nueva ola de aplicaciones modernas; democratizar Kubernetes permite ofrecer las aplicaciones que pueden transformar e incluso incrementar la competitividad de la empresa.

4. Entonces, ¿dónde ejecutar las aplicaciones?

Se trata de crear una plataforma común para "ejecutar todas las cosas". Una base digital definida por software que proporciona la plataforma y la elección de dónde ejecutar TI

La cuestión de los datos. Las empresas tienen múltiples entornos por varias razones: una de ellas puede ser la necesidad de cumplir con las demandas regulatorias, de cumplimiento normativo o de los requisitos de los clientes para el almacenamiento geográfico de datos.

También puede haber una razón tecnológica para mantener los datos y las aplicaciones lo más cerca posible del usuario final, si la latencia máxima no es negociable, por ejemplo. Entra en juego, además, la ubicación y propiedad de los datos -cuya regulación varía de un país a otro- y que debe tenerse en cuenta al tomar decisiones sobre la posible implementación distribuida de la aplicación.

La cuestión del "dónde" a menudo se desglosa en elementos comerciales y técnicos. La respuesta está en reunir estas consideraciones para avanzar con ambos grupos de elementos satisfechos de manera exhaustiva.

5. ¿Cómo entregarlas a los usuarios?

Una vez que las bases estén puestas en su lugar, es hora de considerar cómo llegarán realmente las aplicaciones al usuario. Esto a menudo se pasa por alto y, sin embargo, el objetivo de implementar aplicaciones modernizadas es que los usuarios interactúen con ellas y reciban la experiencia que esperan. No importa si son clientes, empleados o cualquier otra parte interesada: la medida del valor entregado de cada aplicación no se puede medir, ni siquiera considerar, hasta que está en manos del usuario.

Eso también se aplicaría a las actualizaciones: un empleado podría tener algunas de las aplicaciones más potentes del mundo en la palma de su mano, pero al tener que actualizar manualmente cada una, su verdadero valor no se lograría hasta que eso ocurriera.

Es por eso por lo que el trabajo reciente en La Poste, el servicio postal francés, es tan convincente. Ya había digitalizado a su personal de primera línea dándoles a los trabajadores postales teléfonos inteligentes, programados con aplicaciones que les permitían ofrecer servicios adicionales mientras realizaban sus rondas diarias. Tanto el desafío como la oportunidad consistían en administrar las actualizaciones en toda su fuerza de trabajo remota.

Cuando la empresa implementó una plataforma para administrar las aplicaciones de forma remota, consiguió que los trabajadores individuales estuvieran mejor equipados para atender a los clientes y aumentar los ingresos de la empresa. El "valor" de las aplicaciones se había conseguido.

6. ¿Cómo asegurarlas?

Aplicaciones, datos, infraestructura: todo tiene que ser completamente seguro: las amenazas acechan en cada etapa. La naturaleza sofisticada de los ciberataques de hoy exige respuestas sofisticadas, por lo que es muy importante construir seguridad de extremo a extremo que cubra aplicaciones, cargas de trabajo, puntos finales de gestión e infraestructura.

No puede ser materia de última hora, incluida justo antes de la entrega del servicio. Solo a través de la integración intrínseca de la seguridad, TI puede garantizar las condiciones adecuadas de seguridad para cualquier aplicación, nube y dispositivo.

7. ¿Cómo gestionar todo?

Finalmente llega la gerencia. Como ya hemos mencionado en el paso tres, los equipos de TI deben poder controlar todos estos diferentes elementos, en un momento en que el talento y los recursos se ven puestos a prueba, algo que debe abordarse en un 93% (según nuestra investigación), ya que los encuestados respondieron mayoritariamente que involucrar a personas con conjuntos de habilidades técnicas variadas es una parte esencial del éxito de los esfuerzos de transformación digital.

Debe ser una infraestructura simplificada, con operaciones consistentes y un modelo para la construcción y operación de aplicaciones modernas en múltiples entornos, ya sea en las instalaciones o en la nube.

De todo ello se desprende que las empresas deben estar a los mandos para poder construir, ejecutar, administrar, asegurar y proporcionar cualquier aplicación rápidamente, si quieren satisfacer las necesidades de sus clientes tanto en los tiempos turbulentos de hoy como también, y de modo imprescindible, como una forma de preparar su negocio en el futuro. Esto ejerce una gran presión sobre los equipos de TI extendidos, pero es un trabajo que debe realizarse. Las organizaciones que implementan una única base digital, que crean una infraestructura que permite el rápido desarrollo y la implementación de aplicaciones modernas serán capaces de darse cuenta del inmenso valor de estos nuevos servicios y ofertas, posicionándose adecuadamente para alcanzar el éxito en el futuro.

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