Los ataques patrocinados por los estados estimulan el mercado de ciberseguridad

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A raíz de la guerra de Ucrania y otros conflictos geopolíticos está aumentando significativamente el número de ataques cibernéticos patrocinados por estados. Según los expertos, esto está incentivando el gasto en soluciones de ciberseguridad, que para el año 2025 podría alcanzar un valor de 198.000 millones de dólares en todo el mundo.

Los beneficios de los ciberdelincuentes no provienen del robo o secuestro de datos, sino que cada año los gobiernos de muchos países financian ataques contra sus rivales geopolíticos, con el fin de dañar sus sistemas o sabotear infraestructuras. Estas amenazas aumentan a medida que crece la inestabilidad, y conflictos como la guerra de Ucrania son un gran estímulo para los delincuentes dedicados a la ciberguerra, y también para el mercado de ciberseguridad.

Según una investigación realizada por GlobalData, desde febrero de 2022, cuando comenzó la guerra en el este de Europa, se ha registrado un gran aumento de los ataques patrocinados por estados, y esto tendrá un impacto en el mercado de ciberseguridad. Sus pronósticos son que la industria de seguridad informática va a incrementar su valor desde los 125.500 millones registrados en 2020 a unos 19.000 millones para 2025, y en parte se deberá a esta guerra.

David Bicknell, analista de investigación de GlobalData, comenta que “los últimos años han demostrado que nadie, ni siquiera los propios proveedores especializados en ciberseguridad, está a salvo de un ataque. Los ataques cibernéticos son frecuentes y cada vez más complejos, por lo general perpetrados por quienes promueven una causa geopolítica o por atacantes con la intención de ganar dinero”. Señala que la amenazas son cada vez mayores para las empresas que administran infraestructuras, aplicaciones, terminales, dispositivos móviles y servicios en la nube. Y también están creciendo a medida que se diversifica la infraestructura y se establecen modelos de trabajo híbrido.

En su investigación identifica varios tipos de ciberdelincuentes, con motivaciones que van desde la venganza al lucro, los hacktivistas, que tratan de llamar la atención sobre una determinada causa, los terroristas enfocados en dañar infraestructuras críticas o los delincuentes patrocinados por los estados, enfocados a la ciberguerra. Bicknell dice que, en todo caso, las organizaciones se están viendo obligadas a invertir en seguridad cibernética para protegerse de todo tipo de amenazas, como el ransomware, lo que seguirá estimulando el mercado de soluciones de ciberseguridad.

En cuanto a las consecuencias que está teniendo la guerra entre Rusia y Ucrania, añade que hará falta dedicar más esfuerzos en innovación para contrarrestar la gran evolución que se está produciendo en el lado de los ciberdelincuentes. Y cree que “es muy probable que un ataque cibernético relacionado con el conflicto afecte la capacidad de funcionamiento de las empresas occidentales”.

Una de las consecuencias que ve más probables es que se popularicen más las estrategias de seguridad basadas en la confianza cero, que cuestiona la seguridad de todos los accesos, incluso desde dentro de la organización. Cree que esta será la solución a largo plazo más popular entre las organizaciones más sensibles a las filtraciones de datos, pero asegura que implementar este modelo llevará tiempo.