La industria de impresión 3D se enfrenta a nuevos retos

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La industria de impresión 3D se enfrenta a nuevos retos

A pesar de que la tecnología de impresión 3D está desarrollándose y ganando clientes en nuevas industrias, la irrupción del coronavirus está haciendo que los proveedores de equipos se enfrenten a importantes desafíos. Esta crisis está debilitando la demanda y obligando a los fabricantes a volcarse en sectores como el de la salud, pero los expertos son optimistas sobre el futuro de una industria que tiene mucho que ofrecer y que seguramente continuará evolucionando en el futuro.

La impresión en 3D tuvo muchas dificultades en sus primeras etapas, y para muchos fue una mera curiosidad sin posibilidades de futuro en la industria manufacturera. En aquellos tiempos algunas grandes empresas apostaron por el desarrollo y el uso comercial de nuevas tecnologías de impresión 3D. Pero esta innovación llegó demasiado pronto y no alcanzó mucho éxito, más allá de campos como la impresión de prototipos, por lo que abandonaron definitiva o temporalmente sus esfuerzos en este campo. Mientras tanto, los líderes y propietarios originales de las patentes de impresión 3D, como 3D Systems, mantuvieron su negocio y siguieron trabajando en sus tecnologías de uso profesional.

Pero hace aproximadamente una década se liberó la patente de la impresión 3D por extrusión y deposición de polímeros, dando lugar a la creación de diversos proyectos y startups dedicadas a la impresión 3D de consumo. De aquí surgieron dos corrientes principales, que se guiaron por dos conceptos radicalmente diferentes: el desarrollo de estándares abiertos y el enfoque puramente comercial. Ambas se centraban, sobre todo, en las tecnologías de impresión en polímeros y, con más o menos resolución y capacidad para producir piezas de cierto tamaño, su destino era la fabricación de algunos productos con poco valor comercial o prototipos de bajo coste.

Debido a ello, la industria de impresión 3D parecía ser otro hype más que pronto podría pasar y dejar un nicho pequeño explotado por unas pocas empresas. Sin embargo, afortunadamente, los visionarios de la impresión 3D abrieron nuevos campos que han encontrado utilidades de primer nivel en ciertas industrias de fabricación, sobre todo gracias a la impresión 3D de metales y a la impresión de materiales combinados, que han encontrado un hueco en industrias como la automotriz y la aeroespacial.

El mercado avanza, pero se enfrenta a vientos en contra
A medida que los principales adalides de la fabricación aditiva han ido evolucionando sus tecnologías, incorporando nuevos materiales y procesos más efectivos, la nueva industria de impresión 3D parece haber encontrado un camino con muchas posibilidades de futuro. No obstante, la llegada de la pandemia global ha obligado a los fabricantes de equipos y a los proveedores de servicios de impresión 3D a modificar sus planes de expansión.

Por un lado, ha descendido la demanda de impresoras 3D en la mayoría de segmentos de clientes; por otro, tanto estos como los proveedores de impresión se han tenido que volcar en la fabricación de equipos de uso médico para luchar contra el coronavirus. Esto les aporta cierto valor y muestra a todas luces las ventajas de estos sistemas de fabricación, mucho más versátiles y eficientes que otras técnicas tradicionales, pero a su vez les está restando capacidad para avanzar en el camino que se habían propuesto.

Según un reciente estudio publicado por la firma Context, a finales del primer trimestre de 2020 muchas de las empresas de impresoras 3D de todo el mundo, especialmente de Estados Unidos, Europa y China, han reenfocado su capacidad de fabricación para producir equipos necesarios para la lucha contra la pandemia, en vez de seguir fabricando impresoras 3D, lo que ha significado, como señaló en su informe Chris Connery, vicepresidente de análisis global de Context, “un alejamiento de la producción y venta de impresoras destinadas a empresas de servicios”.


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Impresión 3D: una tendencia de presente, un negocio de futuro


En su opinión, “tras los débiles envíos en el cuarto trimestre de 2019, este reenfoque, y las restricciones de oferta y demanda esperadas en las próximas semanas, parece que 2020 será un año difícil para los envíos de impresoras 3D”. Añadió que “si bien el COVID-19 aún no había tenido un impacto, los envíos globales de impresoras 3D ya eran inestablemente débiles en el cuarto trimestre de 2019. Para muchos fabricantes, particularmente aquellos enfocados en impresoras económicas de clase industrial o destinadas al diseño, esta desaceleración se asoció con una debilidad en el mercado automotriz, un sector manufacturero generalmente débil, y con la ralentización de las economías asiática y europea”.

Como resultado, los envíos de impresoras 3D durante el primer trimestre de 2020 han tenido un comportamiento negativo en la mayor parte de sus categorías principales. Las impresoras destinadas al gran consumo (≤ 2.500 dólares) han descendido un 11%, mientras que las destinadas a usos industriales (≥ 100.000 dólares) han perdido un 23% y las de diseño (20.000-100.000 dólares) un 22%. Y la única categoría de impresoras 3D que ha crecido en este período es la de equipos profesionales (2.500-20.000 dólares), que incrementó sus envíos un notable 26%.

En cuanto al año pasado, los analistas de Context señalan que los envíos de impresoras 3D industriales solo aumentaron 1% con respecto a 2018, mientras que la categoría de diseño perdió un 6%, las impresoras personales un 11%, y solo se registró un crecimiento destacable en el segmento profesional, que creció un 16% año a año. Esto se debió a que muchas empresas que habían diversificado su negocio de impresoras 3D volvieron a centrarse en la categoría profesional, mientras que nuevas empresas se sumaron a esta corriente.

El segmento de consumo vuelve la vista hacia los kits de impresión
Las cifras de Context muestran que las ventas de los fabricantes de impresoras 3D de consumo más consolidados fueron sólidas. Por ejemplo, de marcas como XYZPrinting, Prusa Research, Monoprice, Anycubic y Flashforge. Pero lo que más destacan los analistas es que el segmento de impresión personal está retornando a un estado anterior, en el que había un mayor interés por los kits de impresión autoensamblables, que en su día eran la modalidad preferida por las comunidades de código abierto.

Ahora, incluso algunas empresas de peso en la industria han comenzado a interesarse más por esta categoría de impresoras 3D, ya que los clientes están viendo con buenos ojos estos productos. Como ejemplo, citan la empresa china Crealty 3D, aunque hay otros en otras regiones. Los motivos son tanto el menor precio de estos kits como las ventajas que proporcionan ante el bloqueo del comercio internacional de piezas, ya que muchos componentes estructurales de estos kits se pueden crear mediante la propia impresión 3D. 

Y también porque hay más facilidad para importar el resto de componentes no imprimibles, que además se pueden ensamblar a nivel local, no necesariamente en las fábricas originales. Como resultado de esta tendencia, Context afirma que en 2019 aumentaron mucho los envíos de kits autoensamblables, que en el segmento de la impresión personal fueron de casi el doble que los de impresoras terminadas.

La impresión industrial y de diseño sigue liderando el mercado
A pesar del descenso de los envíos que se ha registrado a lo largo de 2019 y durante el primer trimestre de 2020, el mercado de impresión 3D sigue estando dominado por los segmentos de impresoras para diseño y para uso industrial. En total, el año pasado estas dos categorías representaron un 78% de todos los ingresos de impresoras 3D, a pesar de que los envíos disminuyeron un 3% con respecto a 2018. 

Los analistas destacan el crecimiento del 4% en los envíos de impresoras 3D de metal, principalmente a causa del aumento de popularidad de los sistemas basados en la extrusión de materiales y los sistemas de Deposición de Energía Directa (DED). Mientras tanto, los envíos de equipos con tecnologías de fusión por lecho de polvo se redujeron en un 10%, lo que muestra cómo los clientes se interesan cada vez más por los procesos de fabricación aditiva más modernos, especialmente para el trabajo con metales.

Según Context, los proveedores líderes de estos segmentos del mercado fueron GE Additive y EOS, seguidos por Desktop Metal y Markforged, estos dos últimos centrados en las tecnologías de extrusión de materiales, y por HBD, una empresa de reciente creación que ha tenido mucho tirón en su país natal: China. Mientras tanto, los envíos totales de impresoras industriales y de diseño basadas en polímeros descendieron un 5% con respecto a 2018, a pesar del crecimiento registrado por proveedores importantes como HP y UnionTech. Aunque el líder sigue siendo Stratasys, a pesar de que sus envíos anuales descendieron un 12% interanual al año pasado.

La categoría de equipos industriales enfrenta más desafíos
Durante el año pasado el mercado de impresoras 3D de uso industrial logró acaparar el 68% de los ingresos totales del mercado de hardware para impresión 3D. Esto se debió sobre todo a que la segunda mitad del año no siguió la tendencia estacional de crecimiento. Esto ya puso piedras en el camino de cara a 2020, pero la llegada del coronavirus parece haber dinamitado las posibilidades de recuperación de este importante segmento este año.

Debido a ello, y sumando el resto de factores negativos que se están propagando por la economía global, los expertos prevén que los envíos descenderán un 2% este año. Esto supone un cambio radical con respecto a las previsiones anteriores, que indicaban una tasa de crecimiento interanual compuesta del 14% (CAGR) de cara a los próximos cinco años.

Malas perspectivas para 2020
Ante el bloqueo que está sufriendo la cadena de suministro global los proveedores de impresoras 3D están teniendo dificultades para obtener ciertos componentes de sus proveedores, y también para suministrar productos finales a sus clientes. Esto queda reflejado en los últimos datos recogidos por Context en su informe del 23 de marzo, que pronostica un mal año para la industria de impresión 3D, con respecto a sus anteriores previsiones. 

Sin embargo, el estudio señala que los proveedores todavía se resisten a aportar cifras actualizadas y a realizar pronósticos para este año, debido a que la pandemia está cambiando constantemente el panorama. Y es que, según los expertos, aunque los proveedores de impresoras 3D trabajan con industrias críticas como la aeroespacial, la automotriz, la educativa, la de consumo y diferentes áreas de del sector sanitario, sus envíos están viéndose ralentizados por las consecuencias de la pandemia. Tanto por el bloqueo de la cadena de suministro bidireccional como por la ausencia de trabajadores en las fábricas.

Además, los analistas indican que la mayor parte de los proveedores de componentes de hardware para las impresoras 3D están afincados en China, y su capacidad para cumplir los pedidos se ha visto muy afectada por la crisis sanitaria. Esto, según los expertos, ha llevado a los proveedores a modificar radicalmente su modelo de previsiones, que ahora sólo es capaz de contemplar la capacidad en términos de semanas, y no de años. Por ello, el pronóstico general de los segmentos industrial y de diseño son que en 2020 los envíos podrían descender en torno a un 4% con respecto a 2019, eso teniendo en cuenta una posible recuperación a partir de mitad de año.

En términos generales, se espera que el mercado de impresoras 3D sufra durante la pandemia, al igual que la mayor parte de industrias en todo el mundo. Pero, más allá de esta crisis pasajera, los expertos creen que la industria tiene un gran futuro, ya que está evolucionando en caminos con gran potencial, que permiten la impresión con materiales cada vez más diversos. Esto, junto con las máquinas más modernas, capaces de trabajar con compuestos complejos, incluso orgánicos, y con combinaciones de distintos materiales, dará lugar a una transformación radical en segmentos muy importantes de la industria manufacturera.