5 cambios vitales en la protección de los datos de tu email

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Empresas y gobiernos trabajan desde hace años en leyes y tecnologías que protegen los datos de los usuarios de correo electrónico. Estos cambios, como GDPR o la tecnología BIMI, han tenido un efecto muy positivo en la relación que establecen las marcas con los consumidores.

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Desde que el correo electrónico se introdujo como una forma de comunicación hace 50 años, la concepción de los usuarios en torno a la protección de sus datos y su privacidad ha ido evolucionando a medida que las bandejas de entradas se han ido saturando sin ningún control. La preocupación de los ciudadanos, los gobiernos y de la propia industria del email, que ha sido proactiva a la hora de abordar las necesidades de privacidad de los usuarios, ha dado como resultado diversas legislaciones y tecnologías. Estos avances no sólo han conseguido proteger la información del usuario, sino que además han ayudado a las compañías a tener una mejor comunicación con sus audiencias y una mayor efectividad a la hora de llevar a cabo sus campañas de marketing.
 
Validity ha hecho un recuento de los grandes hitos de la evolución de la privacidad del correo electrónico en su 50 aniversario.
 
Legislación antispam
Aunque el correo electrónico nació en los años 70, su popularización se produjo en los 90 con la llegada de HTML. Esta tecnología permitió a las empresas ofrecer servicios gratuitos basados en la web, lo que supuso la explosión del email al hacerlo accesible a todo el mundo. La primera compañía que vio este potencial fue Hotmail (cuyo nombre incorpora las letras HTML: HoTMaiL) en 1996.
 
Fue entonces cuando el email se convirtió en una gran herramienta para llegar a las diferentes audiencias. Sin embargo, la falta de regulación hizo que las bandejas de entrada comenzaran a saturarse de mensajes que se enviaban de manera indiscriminada, sin tener en cuenta los intereses de los usuarios. La falta de instrumentos para filtrar los correos y los vacíos legales fueron los ingredientes perfectos para que se produjese el fenómeno del spam, que se convirtió en una preocupación global a finales de los 90. 
 
Como respuesta a esta situación, los diferentes gobiernos en todo el mundo empezaron a legislar al respecto y a crear normas para proteger los datos de los usuarios. En España, los correos electrónicos no deseados están prohibidos desde 2002 por la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y de Comercio Electrónico (LSSICE). La Unión Europea ha empezado a aplicar el Reglamento General de Protección de datos (RGPD) desde 2018, y los países están siendo cada vez más conscientes de la importancia de este tipo de regulaciones.
 
Filtros y técnicas de autenticación antispam
Las empresas se sumaron al esfuerzo que estaban haciendo los gobiernos en la lucha contra el spam. En 2004, Gmail lanzó un servicio en el que ofrecía filtros potentes para combatirlo, de tal manera que los usuarios podían marcar los correos no deseados como tal.
 
En paralelo, se desarrollaron las técnicas de autenticación, como SPF (Convenio de Remitentes, del inglés Sender Policy Framework) o DKIM (Domain Keys Identified Mail), para identificar a los servidores de correos autorizados. Esta técnica ha ido evolucionando hasta llegar a DMARC (Autenticación de mensajes, informes y conformidad basada en dominios, del inglés Domain-based Message Authentication, Reporting & Conformance), que es más completa, y ayuda a detectar y prevenir la suplantación de identidad.
 
Durante este mismo periodo, los proveedores globales de antispam cobraron relevancia y empezaron a desempeñar un papel influyente en la prevención de este problema. Los servicios de reporte, como Spamcop, permiten informar sobre las direcciones IP de los correos no deseados para crear "deny lists". Otras iniciativas, como Spamhaus, identifican la actividad maliciosa para hacer de Internet un lugar más seguro para todos. 
 
Certificaciones de correo electrónico
La necesidad de controlar el spam también hizo surgir un nuevo sector para ayudar a los usuarios a tener un mayor control sobre su bandeja de entrada. Aparecieron en el mercado las empresas de certificación de emails, como Return Path, que se convirtió en una marca mundialmente reconocida por su contribución en la mejora de la entregabilidad. Tener una certificación de correo electrónico permite aumentar las posibilidades de entrega de la bandeja de entrada, así como de la tasa de clic, ya que proporciona las "allow lists" en los principales proveedores de email, de servicios de internet (ISP, por las siglas de Internet Service Provider) y de filtros de spam.
 
Protección de la Privacidad del Correo
La introducción de políticas de privacidad del correo puede parecer un cambio reciente con el anuncio de Apple, sin embargo, Gmail ya lo había lanzado en 2013 y Yahoo en 2018. La Protección de la Privacidad del Correo descarga en un servidor las imágenes que contiene un mensaje para que no se pueda hacer seguimiento de la actividad del destinatario.
 
Gmail y Yahoo activaban la política de privacidad cuando el destinatario abría su bandeja de entrada. Apple incorporó la Protección de la Privacidad del Correo de Apple Mail, que se pone en funcionamiento en cuanto la aplicación recibe el mensaje. Esto significa que los sistemas de seguimiento mostrarán casi todos los correos electrónicos que entren a Apple Mail como abiertos, independientemente de si el destinatario real los ha abierto o no. 
 
Otra diferencia estriba en que la política de privacidad de Apple no se aplica sólo a los buzones de iCloud, sino a todo Apple Mail, que es una aplicación para leer mensajes en todos los dispositivos iPhone, iPpad y Macs, donde la compañía de la manzana tiene aproximadamente el 40% de la cuota del mercado a nivel mundial.
 
Logos de autenticación (BIMI)
Las empresas no dejan de trabajar en la mejor tecnología para mantener segura la bandeja de entrada de los usuarios. Gmail se unió hace poco a un nuevo sistema de verificación de cuentas de correos electrónicos de las compañías usando sus logotipos, de modo que podrán certificar su identidad y la propiedad de su dominio de email mediante el estándar Brand Indicators for Message Identification (BIMI). 
 
Con BIMI, los remitentes pueden mostrar los logotipos de sus marcas junto a sus correos electrónicos, lo que supone un mayor reconocimiento y confianza. “Muchos expertos del marketing pensaron en un principio que la introducción de la legislación o de los avances tecnológicos antiespam iban a tener un efecto negativo en el rendimiento de sus campañas, pero el tiempo ha demostrado que no ha sido así. Esta evolución a favor de la protección de los datos y la privacidad de los consumidores ha conseguido que se establezca una relación sólida entre un consumidor y una marca, lo que hace que haya más predisposición a leer los contenidos que se envían”, explica Guy Hanson, VP Customer Engagement de Validity.
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