¿Qué es la tecnología háptica?

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La tecnología háptica recrea el sentido del tacto mediante la aplicación de una serie de fuerzas. Esta tendencia la popularizaron las videoconsolas Wii de Nintendo y Xbox Kinect de Microsoft. La clave son los Voice-coil actuators, unos motores hechos con unos imanes rodeados de una bobina conductora.

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La tecnología háptica, o comunicación cinestésica, recrea el sentido del tacto gracias a la comunicación de movimientos, vibraciones y fuerzas que se emiten sobre el usuario de un dispositivo concreto. La tendencia, que popularizaron las videoconsolas Wii de Nintendo y Xbox Kinect de Microsoft, también puede usarse con otros mecanismos sensoriales para ofrecer al usuario una experiencia más realista. 

Esta tecnología está vertebrada por los Voice-coil actuators, un tipo de motor lineal de accionamiento directo capaz de transmitir estimulaciones táctiles a través de una fuerza electromagnética generada por varios imanes rodeados por una bobina conductora. 

Igual que nuestro oído y nuestra vista pueden ser engañados mediante el audio 3D y la RV, nuestro sistema somatosensorial, responsable de las sensaciones táctiles y de cómo interpretamos cada cosa que tocamos, puede ser hackeado. Así, el balance de las ruedas en un juego de carreras, el peso de una espada en un hack ‘n’ slash o la humedad de una charca fangosa en un RPG pueden ser trasladados a nuestras manos por medio de la electromecánica.

Si juntamos la vibración en alta resolución con unos gatillos de distinta resistividad gracias al citado campo magnético, y a eso le sumamos un altavoz que emita distintos sonidos, como pueden ser unos chapoteos o el ulular del viento, lograremos una sensación inmersiva muy potente. Y eso es lo que hoy incorpora, por ejemplo, el mando Dual Sense de la PlayStation 5.

Y es que, el mundo del videojuego, un universo interactivo por definición, es un campo muy fértil para el desarrollo de esta tecnología. Ahora bien, que su uso sea notable en ese ámbito no significa que no se extienda a otros sectores. De hecho, ya hay importantes casos de uso en teléfonos inteligentes, tabletas y wearables. También en la automoción y la atención médica.

Precisamente, una de las aplicaciones más fascinantes de esta tendencia la encontramos en el sector de la Salud, pues no hace demasiado de la publicación de un estudio que explicaba la creación y el desarrollo de una piel artificial, extremadamente adaptable y fácil de usar, capaz de reproducir el sentido del tacto de la manera más realista posible. 

Parece obvio, por tanto, que las posibilidades que abre esta tecnología en el terreno de lo humano son múltiples, y su impacto en industrias como el videojuego, la rehabilitación o la realidad virtual, total.