Cinco claves para recuperar el potencial de innovación en Europa

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A pesar de sus esfuerzos, Europa no está alcanzando la capacidad de innovación que tenía hace un siglo, y en el contexto actual necesita recuperarlo para ganar en competitividad. Los expertos de la consultora McKinsey afirman que los países deben aprovechar sus fortalezas para avanzar, y han publicado un informe con cinco claves que les ayudarán a lograrlo.

Actualmente la innovación tiene un peso más grande que nunca en el futuro y la competitividad de las economías globales, y Europa está haciendo esfuerzos para impulsar la innovación. Los expertos señalan que ahora mismo la región no tiene la fuerza innovadora de hace cien años, lo que le ha hecho perder posiciones en el ranking mundial. Por ello, desde McKinsey Global Institute han elaborado un informe en el que ofrecen cinco claves que pueden ayudar a los países europeos a aprovechar sus puntos fuertes para desplegar todo su potencial de innovación y mejorar su competitividad a nivel global.

Este informe, denominado “Innovación en Europa: cambiando el juego para recuperar una ventaja competitiva”, pone el foco en los aspectos en los que Europa continúa siendo una potencia, y que pueden contribuir a potenciar su fuerza innovadora. Algunos de ellos son el talento en investigación o las iniciativas de I+D privadas, pero también destaca otros aspectos en los que está cada vez más por detrás de las grandes potencias como Estados Unidos y China. En este estudio se pueden destacar cuatro puntos interesantes:

Start-ups y financiación de proyectos: en los últimos tres años el número de start-ups centradas en la inteligencia artificial se ha triplicado y las inversiones europeas en tecnología han crecido hasta un nivel nunca visto, que alcanzó los 23.000 millones de dólares en 2018. Pero los expertos advierten que esta start-ups no están logrando aprovechar los mecanismos de financiación mediante capital, alcanzando la mitad del valor que en Estados Unidos.

Talento: Aunque la comunidad de investigadores en Europa es mayor que en otras regiones, se encuentra más dispersa que en EEUU o China. Aunque aquí hay un gran potencial ya que, por ejemplo, en los últimos dos años el número de desarrolladores de software ha crecido entre un 4% y 5%, llegando a 5,7 millones de personas, frente a los 4,4 que hay en EEUU.

Adopción digital:  la digitalización en Europa está avanzando a buen ritmo, y la brecha de digitalización está a más o menos un tercio de la de Estados Unidos. Pero los expertos destacan que el número de digital attackers y la cuota de ingresos digitales son mucho más bajas que en EEUU.

I+D: Europa está perdiendo posiciones en investigación y desarrollo, especialmente en los sectores digitales. En el caso del software y los servicios informáticos, por ejemplo, las empresas europeas solo representan el 8% del total, mientras que China alcanza el 11% y Estados Unidos el 77%.

A pesar de esto, los expertos señalan que uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la región es que tiene una desventaja estructural, debida a la fragmentación de sus diferentes regiones. Y esto es un freno en el ecosistema digital global, donde la escala es cada vez más importante. Por ello, el volumen de grandes empresas que McKinsey denomina “superestrellas” (firmas que se encuentran en la franja del 10% superior en la escala de beneficios económicos) ha descendido un 50% en los últimos 20 años. Mientras tanto, en otros países como Estados Unidos y Canadá el índice se ha mantenido constante y en Asia Pacífico no ha dejado de crecer.

En opinión de Jacques Bughin, director de McKinsey Global Institute y principal autor del informe, “Observamos una necesidad real y una oportunidad de que Europa defina su propio y único modelo de innovación, aprovechando sus numerosos puntos fuertes, sacando partido de la fragmentación y eliminando las barreras que le impiden aprovechar su amplio mercado y su gran escala”. Y apuntó que “En el mundo actual de modelos de negocio basados en datos, y con la aparición de un ‘efecto superestrella’ en el cual los beneficios son obtenidos cada vez más por un pequeño número de empresas fuertes, la mejora de las innovaciones de forma efectiva es más importante que nunca, si Europa desea recuperar su ventaja competitiva y generar los beneficios económicos y sociales del crecimiento económico que esto puede impulsar”.

De las investigaciones realizadas por la consultora se extraen una serie de conclusiones, que han llevado a los expertos de McKinsey a ofrecer cinco claves que pueden ayudar a los países europeos a aprovechar sus fortalezas para mejorar en innovación. En su opinión, centrándose en estos aspectos y aprovechando la fragmentación inherente a Europa, la región en su conjunto podría desarrollar su propio modelo de innovación, dejando de lado la visión que predomina en otras regiones, donde la escala es el factor más importante. Estos cinco puntos clave son:

Difusión tecnológica

Se trata de sacar partido de la potencia industrial de Europa para aprovechar su escala y su capacidad de difusión de las tecnologías en la cadena de suministro. En este sentido los expertos de McKinsey destacan que los operadores de telecomunicaciones, los proveedores y fabricantes de automóviles y camiones, y los suministradores están esforzándose para mejorar en investigación, buscando la forma de llegar a más clientes y de proporcionar acceso a más datos en el sector del automóvil. Teniendo en cuenta el gran potencial de estas dos industrias en la región, recomiendan impulsar la difusión de tecnologías para reforzar su propia capacidad de innovación de cara a un futuro en el que el avance tecnológico va a acelerarse en estos dos sectores.

Gobernanza de datos

Consolidar la posición de Europa como la región líder en gobernanza de datos es un factor que puede ayudar a potenciar la innovación. Esto permitiría posicionarse mejor frente a las grandes plataformas digitales, principalmente norteamericanas, que no están acostumbradas a operar bajo normas tan estrictas como las que imperan dentro del marco europeo. Aunque los expertos afirman que los gobiernos y las organizaciones pueden abrir el acceso a ciertos datos en sectores clave como el transporte o la atención sanitaria, logando beneficios muy importantes, como incrementar la eficacia de los medicamentos, la medicina preventiva o los flujos de transporte de personas y mercancías dentro y fuera de los núcleos urbanos.

Adquisiciones para el sector público

Una forma de impulsar la innovación en bienes y servicios digitales por parte de las organizaciones del sector público es aprovechar la gran capacidad que tienen de realizar adquisiciones. Según las cifras de McKinsey, el gasto europeo en adquisiciones para servicios públicos es de unos 2.000 millones de euros al año, y opinan que una parte de estos recursos podría empelarse de forma más eficaz para generar una mayor demanda en innovación. Y destacan que las iniciativas para digitalizar las instituciones de gobierno suponen un paso importante en materia de innovación que debería seguir potenciándose en el futuro.

Apertura y conectividad frente a la fragmentación nacional

Uno de los problemas que dificultan un buen desarrollo de la innovación y la competitividad dentro del marco europeo es la dificultad para lograr un flujo libre de profesionales entre los diferentes países de la Unión. Especialmente cuando se trata de trabajadores de alta cualificación, que actualmente encuentran trabas para la libre circulación entre empresas de diferentes estados. 

Como ejemplo de una mejor forma de entender estos flujos naturales de talento, los expertos de McKinsey destacan las redes como Inovate UK y la francesa Cap Digital, que están creando un ecosistema robusto de talento internacional. Además, los analistas destacan que se debería realizar una modificación de los impuestos sobre las participaciones accionariales, algo que permitiría convertir a Europa en una región más atractiva para el talento internacional de máximo nivel, que en otras regiones puede acceder a mejores condiciones de participación en las empresas de destino.

Aprovechar la capacidad de innovación de las empresas internacionales

Las condiciones de economía abierta que imperan en Europa podrían aprovecharse mejor para atraer a empresas de otros países que están invirtiendo con fuerza en innovación en numerosos campos. Por ello, los expertos recomiendan que los países europeos traten de incentivar el traslado de estas empresas y sus capacidades al continente. Pero esto se complica con la introducción de regulaciones más estrictas en materias como la fiscal, entre otras, que llevan a muchas empresas globales a considerar otras ubicaciones.

Estas recomendaciones son un punto de partida para que los gobiernos y las organizaciones europeas puedan desarrollar mejores estrategias para impulsar la innovación dentro de la región. Porque se trata de una cuestión vital para la economía del futuro, en la que cada vez será más importante estar a la vanguardia de la innovación en campos como la industria tecnológica, los ecosistemas digitales, el software o la ciberseguridad. El potencial está ahí, pero es preciso saber sacarle partido.

En opinión de Pål Erik Sjåtil, socio director regional de McKinsey para Europa y coautor de este informe, “La innovación es un elemento clave para impulsar el crecimiento económico, y los líderes europeos deben ser más audaces a la hora de pensar en formas de innovar con mayor eficacia. Europa continúa siendo un modelo en innovación, especialmente en áreas como la fabricación y la robótica. Y no hay escasez de talento ni de startups. Lo que falta es centrarse en la ampliación de la escala”.