En tres años, las redes de datos submarinas crecerán en 300.000 kilómetros
- Infraestructura
Las redes de interconexión son la base de las nuevas tecnologías de la nube y de los servicios digitales utilizados por las personas y las organizaciones en todo el mundo. Con el avance de la digitalización las conexiones actuales están cada vez más saturadas, por lo que las empresas de interconexión van a construir nuevos cables submarinos que sumarán 300.000 kilómetros en los próximos tres años, ampliando el ancho de banda disponible en el mundo y cambiando el mapa de interconexión global.
Según indica un estudio realizado por la consultora especializada TeleGeography, durante los próximos tres años las redes van a vivir la mayor expansión de su historia, incrementando el ancho de banda y reduciendo la latencia en las comunicaciones en todo el mundo. Mientras en boom de 2004 los rápidos despliegues de cables submarinos añadieron 74.000 kilómetros de conexiones intercontinentales, los expertos pronostican que, en los próximos tres años, los nuevos proyectos de construcción añadirán 300.000 nuevos kilómetros de líneas de última generación. Esto elevará la cifra de redes submarinas a 74 sistemas independientes, y supondrá una inversión total de unos 8.800 millones de dólares.
El estudio de TeleGeography, encargado por DE-CIX, no solo busca cuantificar el crecimiento que se está produciendo en los enlaces intercontinentales, sino que trata de entender qué está motivando este avance, cómo se relaciona con el surgimiento de nuevos nodos de interconexión y de nuevas rutas, y cómo afecta al esquema actual del tráfico global de datos.
Las principales conclusiones son que los principales hubs, como Nueva York, Frankfurt o Hong Kong continuarán siendo los más importantes del mundo. Pero, con el avance de la digitalización en las principales regiones económicas, hacen falta nuevos caminos para ofrecer conectividad a Internet y servicios en la nube de calidad. Las actuales redes no serán capaces de soportar el volumen de tráfico que se generará en la próxima década, por lo que las grandes empresas dedicadas a la interconexión han comenzado a explorar nuevas ubicaciones costeras, como Lisboa o Marsella, y también nuevas vías de comunicación intercontinentales, como la que pasa a través de Madrid.
Esto está elevando el valor de estas ciudades para el mercado de interconexión, convirtiéndolas en importantes nodos para las redes globales e impulsando los negocios digitales. Mientras tanto, los hubs actuales continúan incrementando su capacidad de conexión con nuevos cables de fibra de más ancho de banda y menos latencia, lo que conjuntamente impulsará el mercado de interconexión y la industria dedicada a la infraestructura de redes ópticas.