La economía taiwanesa rebaja la inversión en China un 51% desde enero

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Tradicionalmente, las empresas de Taiwán han invertido mucho en la economía china, especialmente las compañías tecnológicas, que han afincado muchas de sus fábricas en el país. Pero con el avance del conflicto comercial con Estados Unidos han comenzado a mudarse fuera del país, y en los primeros seis meses han reducido su inversión en un 51% con respecto a las cifras de 2018.

China tiene una economía muy potente, pero no depende exclusivamente de su propia capacidad, sino que empresas de muchos países tiene intereses dentro de sus fronteras, y han instalado gran parte de su maquinaria de producción allí porque les salía más ventajoso. Pero con las restricciones y los aranceles que Estados Unidos ha impuesto a los productos manufacturados en China, especialmente los tecnológicos, las empresas están trasladando su producción y sus inversiones a otras regiones.

Concretamente, Taiwán ha rebajado mucho el capital destinado a inversiones en China en lo que va de año. Según las cifras publicadas por el Ministerio de Asuntos Económicos de Taiwán (MOEA), se han aprobado 282 proyectos de inversión de empresas nacionales en China, que suman un valor de 2.079 millones de dólares. Esto supone una rebaja del 10,79% en el número de proyectos y del 51,01% en las inversiones económicas con respecto al mismo período de 2018.

Y solamente en el ámbito de la fabricación de componentes electrónicos el valor de las inversiones se ha reducido en un 77,33% interanual entre enero y junio, mientras que las de negocios mayoristas y minoristas han caído un 26,41%. Aunque esta caída de inversiones esta siendo bidireccional, ya que el MOEA ha aprobado solo 62 proyectos de inversores chinos en Taiwán, con un valor de 47,47 millones de dólares, un 65,48% menos que el año pasado.

Mientras las relaciones comerciales entre las empresas de estos dos países están cambiando por los problemas de este conflicto comercial con terceros, ambos gobiernos están tratando de impulsar una reconversión industrial para que su economía no dependa tanto de factores externos. China está tratando de construir su propia cadena de suministro completa de tecnologías clave, mientras que Taiwán está tratando de impulsar la competitividad en sectores tecnológicos clave.

Un ejemplo son los recientes programas de ayuda para la investigación y el desarrollo de chips de inteligencia artificial, y otro es el esfuerzo que está haciendo para que los fabricantes del país aprovechen el traslado de sus fábricas para cambiar hacia un model de industria 4.0 altamente automatizada. Esto les permitiría mejorar su competitividad a largo plazo, y las autoridades consideran que merece la pena hacer ahora estos esfuerzos de reconversión para garantizar la economía industrial del futuro.