Facebook e Intel apuestan por la innovación en semiconductores para la IA

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Con el avance de las tecnologías de IA las plataformas de hardware convencionales están demostrando limitaciones, y la industria busca soluciones específicas para otorgar la máxima potencia a las diferentes ramas de la inteligencia artificial. En este camino, un fabricante tradicional como Intel y un cliente y gran consumidor de datos como Facebook han buscado un camino común para desarrollar nuevas tecnologías de semiconductores especialmente pensadas para la IA.

La llegada de la inteligencia artificial está generando una oleada disruptiva que afecta a diferentes ámbitos de la tecnología, comenzando por el desarrollo de aplicaciones y expandiéndose a numerosos ámbitos en los que se están logrando u elevado grado de automatización, como las interfaces de usuario, la gestión y el control de equipamiento e infraestructuras TI, la robótica, los vehículos y numerosas ramas de la industria manufacturera. Pero la revolución no se limita a las posibilidades que ofrece la IA, sino que está afectando a la propia tecnología subyacente que da vida a estos sistemas. El software de inteligencia artificial tiene unos esquemas de funcionamiento particulares y está pensado para trabajar con grandes cantidades de datos a alta velocidad, para analizar información y extraer conclusiones en el menor tiempo posible. Hasta hace relativamente poco, la IA corría sobre ordenadores con procesadores potentes pero “convencionales”. Con esto se logra un funcionamiento aceptable, pero cada vez más fabricantes de chips están viendo que diseños específicos proporcionan numerosas ventajas en el rendimiento y la fiabilidad de las plataformas de inteligencia artificial.

Por un lado, las GPUs han ganado la partida a las CPUs en lo que se refiere al rendimiento de inteligencia artificial, con fabricantes como Nvidia, que ya tienen productos específicos para este uso, basados en procesadores gráficos de alta capacidad de cálculo. El mayor número de núcleos de procesamiento y su capacidad de soportar cargas de trabajo de alta intensidad hacen de estos procesadores una de las soluciones más empleadas para dar vida a la inteligencia artificial.

Pero más allá de las GPUs, determinados fabricantes están explorando arquitecturas diseñadas específicamente para la inteligencia artificial. Un ejemplo es Huawei, que ha creado chips específicos para implementar IA en los centros de datos, que comenzarán a demostrar sus capacidades dentro de poco. Ahora, Facebook se ha aliado con Intel para desarrollar nuevas categorías de semiconductores específicos para las cargas de trabajo de IA. El enfoque de estos dos fabricantes es explorar todos los caminos posibles para desarrollar sus propios chips para estos usos, apostando por un mercado incipiente que en los próximos años podría ser clave tanto para las marcas de procesadores y memoria como para los operadores hiperescala, que son los mayores consumidores potenciales de plataformas para la inteligencia artificial.

El plan conjunto de estas dos grandes tecnológicas es enfocarse en las necesidades específicas de los sistemas de aprendizaje profundo, y afirman estar gestando nuevos conceptos de semiconductores, que funcionarán de forma distinta a los actuales. El objetivo primario es crear chips para el entrenamiento de los algoritmos de Deep learning, que son la base de otras formas de IA. Y están buscando arquitecturas que permitan manipular los datos sin tener que dividirlos en partes que se procesan por separado.

Mientras tanto, otras empresas como Google también trabajan en sus propios desarrollos, con el fin de tener más control sobre las tecnologías que serán la base de su negocio en el futuro. Y esto abarca diferentes categorías de semiconductores, desde los procesadores centrales a la memoria de proceso y de almacenamiento, así como a otros circuitos integrados y componentes que puedan intervenir en la cadena de datos de las plataformas de inteligencia artificial. Esto se podrá ver en los próximos años, cuando la disrupción de la IA generará nuevos caminos hacia la informática del futuro, lo que podría dar lugar a importantes cambios en la industria global de semiconductores.