La computación periférica transformará las redes globales

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Con la llegada de los nuevos modelos de computación distribuida, las organizaciones están encontrando una buena forma de dar soporte a sus estrategias digitales en la periferia de su red. Estas infraestructuras no solo se acercan al origen de los datos, sino que conforman una estructura de red diversificada, más independiente, automatizada y eficiente, que cambiará el panorama de las redes globales de datos en la próxima década.

Las nuevas tecnologías digitales están transformando la forma en que las organizaciones trabajan, hacen sus negocios y dan servicio a sus clientes y usuarios. Y en este camino hacia la digitalización los datos son el centro de todo, ya que proporcionan base fundamental para la inteligencia de negocio, las aplicaciones digitales y la forma de relacionarse con los clientes. Estos datos provienen de dispositivos, búsquedas, compras, comunicaciones y de las interacciones a través de las plataformas y aplicaciones digitales, lo que supone una avalancha de información que crece sin parar. Recopilar, almacenar, administrar y procesar todo esto supone un gran reto para las organizaciones, que están confiando cada vez más en los servicios en la nube para reducir los costes, ganar en agilidad y centrarse más en el negocio.

Pero tener los datos y las aplicaciones en la nube requiere contar con una red de gran ancho de banda y baja latencia que permita trabajar con datos remotos sin perder eficiencia. Sobre todo, teniendo en cuenta que estos datos se generan cada vez más lejos del núcleo del negocio, gracias a la aportación de los usuarios finales y a la información proveniente de dispositivos conectados. Esto está transformando la arquitectura TI y de redes en las organizaciones, que han dejado de considerar el centro de datos on-premise como núcleo central, pasando a modelos de infraestructura híbrida y multicloud, en una tendencia que continuará en el futuro.

Pero a medida que progresa la digitalización y se descentralizan las plataformas de datos y aplicaciones, los proveedores de la nube están llegando a concentrar gran cantidad de usuarios y servicios, y no paran de incrementar su huella TI para cubrir las necesidades de sus clientes. Esto supone que el flujo de información entre las empresas y los centros de datos de la nube no para de crecer, haciendo que las redes se vayan saturando progresivamente. La industria de la interconexión y los centros de datos está expandiendo sus redes para enfrentarse a la creciente demanda de ancho de banda, pero este modelo no termina de dar soluciones a largo plazo, por lo que se impone la búsqueda de nuevas soluciones. El camino a seguir parece encaminarse hacia una combinación de los modelos de infraestructura híbrida actuales con la llamada computación Edge, periférica, o “en el borde”, y esto cambiará el panorama de las redes globales de forma significativa.

Las redes de interconexión crecen y se diversifican

En los últimos años los proveedores de telecomunicaciones e interconexión global han invertido muchos recursos para ampliar el ancho de banda y el alcance de las redes de datos, ya que tanto Internet como las redes privadas están saturándose rápidamente. Por un lado, están construyendo nuevas conexiones intercontinentales para reducir la latencia en el acceso a los datos y servicios, y para ofrecer mejores condiciones en las regiones emergentes. Ejemplos de ello son las nuevas líneas que se han tendido entre Europa y América, como el cable EllaLink, que interconecta Latinoamérica con Europa, MAREA, que enlaza Virginia Beach con Europa a través de Vizcaya y HAVFRUE, que va desde Nueva Jersey a Dinamarca. Pero otras regiones como Asia también están incrementando su capacidad de interconexión, con proyectos como PEACE, que comunica Asia con África y Europa a través de India, e INDIGO, que mejorará las comunicaciones entre Australia y el sudeste asiático, una de las regiones con más potencial de crecimiento a nivel mundial.

Estos son solo algunos ejemplos de las líneas de datos intercontinentales que se han construido o actualizado en los últimos años, o que se van a completar próximamente, aunque hay otras. Pero, además, las redes globales están ampliando su presencia en nuevas regiones, que acabarán convirtiéndose en importantes centros de interconexión de cara al futuro. Porque la digitalización está abriendo nuevas posibilidades tanto en países desarrollados como en regiones emergentes, que encuentran en las nuevas tecnologías digitales un camino viable para adaptar sus industrias a los nuevos tiempos y ser más competitivos a nivel internacional.

Pero, al mismo tiempo que las redes globales incrementan su ancho de banda y reducen su latencia, las necesidades de computación, almacenamiento, seguridad y administración remota también crecen. Por ello, los proveedores de la nube están explorado diferentes caminos para afrontar los nuevos requisitos de las tecnologías emergentes, que además de crecer están diversificándose y dando lugar a nuevos conceptos en materia de computación y comunicaciones.

Nuevas aplicaciones y nuevas necesidades

Aunque los últimos indicadores muestran que la transformación digital está progresando con más lentitud de lo que esperaban los analistas, es un proceso que no tiene vuelta atrás. La sociedad avanza hacia lo digital en todos los ámbitos y las organizaciones públicas y privadas están poniéndose al día, adoptando modelos organizativos y de negocio basados en los datos. La información se ha convertido en el centro de todo, y constantemente surgen nuevas plataformas, aplicaciones y servicios, que están cambiando la forma de hacer las cosas.  

Las empresas están invirtiendo grandes recursos en el desarrollo de aplicaciones de uso interno, y también en servicios digitales destinados al usuario final, que generan datos constantemente. Esa información debe ser almacenada, administrada y procesada para extraer el valor que contiene, y esto supone un gran desafío, ya que cada vez se genera más información que debe viajar desde su punto de origen hasta los centros de datos y, una vez almacenada y procesada, de vuelta al usuario.

Este tráfico constante satura las redes y los propios datacenter, que deben hacerse cargo de mucha información en bruto y gestionar la transmisión de grandes volúmenes de datos. Esto se convierte en un grave problema cuando se trata de las redes de los operadores de telecomunicaciones, que gestionan el tráfico de millones de usuarios. Pero también en los grandes despliegues IoT de la nueva industria conectada y en sectores que tienen una infraestructura muy diversificada y pretenden adentrarse en la era digital. En estos casos los viejos modelos pronto dejarán de ser efectivos, y se impone buscar nuevas soluciones, que reduzcan la carga de trabajo en las redes y en los centros de datos principales de empresas y proveedores de la nube. Y la opción que se presenta como la más efectiva es la computación Edge.

El futuro de la computación distribuida

El concepto de Edge computing consiste en una infraestructura TI distribuida, formada por datacenter ubicados cerca de la fuente de los datos, de tamaño reducido y con una misión específica. Estos equipos se encargan de recoger, almacenar y procesar la información de forma casi autónoma, proporcionando servicios rápidos y de calidad al usuario final, y enviando a la organización solo los datos útiles. Esta es una tendencia emergente en la infraestructura TI de difrentes sectores, que están viendo muchos beneficios potenciales en contar con centros de datos de nueva generación, localizados estratégicamente y especializados en tareas concretas.

Los ámbitos de utilización para la computación Edge están ampliándose rápidamente, pasando de ser una solución muy centrada en la industria 4.0 a ser la base tecnológica de las futuras telecomunicaciones 5G, las Smart Cities, los vehículos conectados y la infraestructura de sectores como las administraciones públicas o la atención sanitaria. Y también existen cada vez más casos de uso altamente especializados para la computación periférica, que están atrayendo a numerosas industrias. Por ejemplo, para la administración automatizada de comunicaciones telefónicas, el control de cadenas de producción industrial, la aplicación de la inteligencia artificial al transporte conectado, la gestión de puntos de atención al ciudadano y muchos otros.

Por el momento la computación Edge está en sus primeras fases de desarrollo, y aún no se ha construido un mercado suficientemente maduro, pero ya se están definiendo modelos de negocio más allá de los proveedores de infraestructura. Por ejemplo, los propios proveedores cloud ya están explorando la mejor forma de ofrecer este modelo de TI a sus clientes, lo que impulsará su desarrollo y proliferación. Aunque aún deben superarse varios retos tecnológicos para que la computación periférica alcance todo su potencial.

 

En camino hacia la estandarización

Las tecnologías de centros de datos están evolucionando para adaptarse a las nuevas tendencias y, aunque se siguen diferentes caminos, la industria ofrece soluciones estandarizadas y personalizadas para casi cualquier ámbito, desde los datacenter más pequeños a las grandes instalaciones hiperescala. Existen numerosas soluciones propietarias, pero también una gran comunidad de fabricantes y organizaciones que promueven las soluciones de código abierto, lo que da una medida de la buena salud del sector. Pero en el caso de la computación Edge hay mucho trabajo por hacer hasta alcanzar este grado de madurez, sobre todo teniendo en cuenta la alta especialización de estas instalaciones.

Para lograrlo, la industria ya está dando pasos importantes, y en los últimos meses varias organizaciones destacadas han iniciado proyectos en pos de la estandarización de este modelo de computación. Por ejemplo, las comunidades Open Compute Project y Linux Foundation, que están fomentando un marco de colaboración para facilitar el desarrollo de tecnologías estandarizadas de hardware y software específicos para la computación periférica. Gracias a estos esfuerzos, y al interés creciente de diferentes industrias en la computación Edge, en los próximos años este segmento de infraestructura crecerá hasta construir un mercado sólido y de rápido crecimiento.

Las redes privadas cambian su estructura

Con el avance de la computación Edge las organizaciones irán trasladando cada vez más cargas de trabajo directamente a la periferia de su red, dejando un núcleo central destinado a gestionar las operaciones más críticas para el negocio. Estas nuevas arquitecturas de TI les permitirán ser más ágiles y acelerar en la entrega de servicios a los usuarios y clientes, pero además modificarán de forma drástica la propia estructura de las redes de datos. Algo que no cambiará es que las empresas continuarán apoyándose en los proveedores cloud y de redes privadas para construir la base de sus esquemas de TI híbrida. Pero al agregar nuevos puntos finales necesitarán ampliar el alcance de su red empresarial a estos nuevos centros de datos.

Conscientes de esto, los proveedores de interconexión ya están trabajando para adaptar sus redes a la nueva realidad que impondrá la computación periférica. Dado que se necesitará una mejor conectividad en ubicaciones remotas, las redes deberán diversificarse y acercarse más a lugares que hasta ahora han estado fuera de su cobertura. Por ello, están potenciando nuevos nodos de interconexión cerca de lugares de potencial negocio de cara a los próximos años. Esto comenzará en localizaciones estratégicas de países que están avanzando en la transformación digital, en zonas vinculadas a la industria y núcleos de negocio. Un ejemplo de ello es Madrid, que está posicionándose como una ciudad clave para la interconexión en España y como vía de comunicación entre América y otras regiones de Europa. Pero esto mismo se puede ver en otras zonas de Europa, Estados Unidos o Asia, donde los principales proveedores de interconexión están construyendo nodos en nuevas regiones, que en el futuro serán claves para el buen funcionamiento de los modelos de infraestructura distribuida.

La computación periférica en entornos como la industria 4.0, los vehículos autónomos o la inteligencia artificial para aplicaciones muy localizadas puede funcionar de una forma casi autónoma. Esto se debe a que cuenta con la infraestructura de conectividad, almacenamiento y procesamiento de datos necesaria para cumplir su misión, que es trabajar con los datos cerca de su origen, y a su vez de su destino. Por ello, no necesitan enviar toda la información a los centros de datos centrales, lo que les otorga una gran autonomía. Incluso las instalaciones más avanzadas solo necesitan la conectividad “externa” para la administración remota y el envío de los datos “ya cocinados” que de verdad tienen valor para la organización. Gracias a esto, la computación periférica ofrecerá buenas soluciones digitales para la industria ubicada en regiones con poco ancho de banda disponible, que en algunos casos podría obtenerse a través de las futuras redes 5G, sin necesidad de contar con un nodo de interconexión cercano.

 

La red pública evoluciona y se diversifica

Por su parte, los operadores de telecomunicaciones también van a modificar la estructura de sus redes, y este cambio vendrá de la mano del nuevo estándar 5G, y también de los datacenter periféricos. Si algo caracteriza a la quinta generación de redes móviles es que no solo incrementa notablemente el ancho de banda, sino que permite gestionar la conexión simultánea de muchos más usuarios que el actual 4G. Pero, por otro lado, su alcance es menor, lo que obligará a los operadores de telecomunicaciones a desplegar más equipos, en una red celular más diversificada. Entre las varias opciones disponibles los operadores están considerando seriamente recurrir a la computación Edge, en forma de micro datacenter situados en las torres de comunicaciones. Estos estarían interconectados entre sí, conformando una amplia red de computación periférica altamente autónoma, que podría funcionar sin depender tanto de los centros de datos principales.

Por ahora, el despliegue de 5G tardará en sustituir a las actuales redes 4G, pero a lo largo de los próximos años se verán avances en países como España, donde ya se ha repartido el ancho de banda. Además, nuestro país cuenta con una de las mejores redes públicas de banda ancha, por su gran velocidad y alcance, por lo que adaptarse a 5G conllevará menores inversiones en la red base que en otros países de nuestro entorno. Es interesante que estas dos tecnologías se combinen para mejorar la eficiencia de las redes móviles, una infraestructura que depende de la conexión a un punto de acceso a Internet. Pero las ventajas de combinar la tecnología 5G con la computación Edge es que se pueden crear redes más distribuidas, con más puntos de acceso enlazados por cable a los nodos principales, lo que permite distribuir más el uso de ancho de banda y crear una red más eficiente.

Todos estos avances tecnológicos, desde la consolidación de la nube al advenimiento de la computación periférica, las redes 5G, Internet of Things y las nuevas tendencias digitales, están propiciando un cambio de modelo en las tradicionales redes de datos globales. En los próximos años asistiremos a una evolución hacia modelos más diversificados, especializados y autónomos, que sustentarán la nueva realidad digital que poco a poco está alcanzando las diferentes capas de la sociedad, el gobierno, la industria y los negocios en general.