Nuevo supercomputador para impulsar la investigación académica

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La Universidad de Texas acaba de poner en funcionamiento un nuevo superordenador que promete ser el equipo destinado a la investigación académica más rápido del mundo. Este computador, denominado Frontera, es la quinta plataforma HPC más rápida del mundo y, como parte del Centro de Computación Avanzada de Texas, será utilizado por científicos de universidades de todo Estados Unidos.

El ordenador Frontera de la Universidad de Texas ha arrancado por fin, un año después de que se plantease el proyecto para duplicar la potencia de su Centro de Computación Avanzada. El nuevo equipo ha vuelto a situar a esta institución como la primera del mundo en capacidad de computación, gracias al quinto equipo HPC más potente del mundo, según el ranking Top500. Esta máquina proporciona un rendimiento máximo teórico de 38,75 Petaflops, gracias a sus más de 500,000 procesadores Intel Xeon 8280 Platinum.

En declaraciones recientes de Intel, sus representantes dijeron que “Frontera es único entre los mejores sistemas del mundo en su uso de procesadores Intel Xeon para proporcionar su potencia informática principal. La arquitectura Intel x86 es el estándar más utilizado en informática y requiere menos cambios en los códigos de software científicos para ejecutarse”.

El equipo está construido a partir de servidores Dell EMC PowerEdge cn interconexión de Mellanox Inifiniband, almacenamiento DataDirect Netyworks y tres sistemas distintos de refrigeración líquida. Y la Universidad también ha empleado GPU y procesadores IBM para ciertos subsistemas de computación, pero que forman parte de otros proyectos.

El objetivo del supercomputador Fontera es mantener la posición de esta institución como referente en la investigación a nivel estatal y mundial, en campos como la exploración espacial, el desarrollo de modelos de predicción climática, investigación médica, farmacéutica y más campos de alta exigencia de cálculo, como la física de partículas, entre otros. Pero sus creadores han decidido cambiar de enfoque, apostando por acometer menos proyectos, pero con mayores requisitos en cuanto a capacidad de computación.

El equipo anterior que tenía en Centro de Computación Avanzada de Texas daba soporte a miles de proyectos distintos pero, según sus creadores, Frontera se usará para unos cientos pero con “una necesidad computacional extraordinaria y una escala masiva de cómputo”. Según dijo en su presentación el año pasado Robert Gardner, profesor de investigación en el Instituto Enrico Fermi de la Universidad de Chicago, “Necesitamos sistemas como Frontera para responder las grandes preguntas de nuestro tiempo, como la sostenibilidad del medio ambiente y las energías renovables. Tenemos que seguir trabajando en la ciencia de la frontera y todo lo que viene después, y no podemos hacerlo sin la computación”.