Las tecnologías de IA e imagen mejorarán el desempeño de los robots

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Gracias a la visión estereoscópica y la inteligencia artificial los robots actuales pasarán a la historia, dando paso a una nueva era en la que estas máquinas podrán operar de forma más autónoma y eficiente en todos los ámbitos. Desde la industria al sector servicios, los nuevos robots será capaces de entender mejor su entorno e interactuar con él y con los humanos de una forma más efectiva y natural.

La robótica que se emplea en la actualidad, fundamentalmente en la industria, está compuesta por maquinas más o menos autónomas, dedicadas a tareas automatizadas que suplen a los humanos. Gracias a estos avances se ha logrado mejorar la productividad en numerosos entornos de fabricación, montaje y empaquetado, tanto de vehículos como de estructuras, maquinaria, tecnología, alimentación y, cada vez más, en la logística. Aunque estas máquinas son, en la mayoría de los casos, simples herramientas dedicadas a tareas automáticas, incapaces de salirse de su papel predefinido y con poca o nula capacidad para el aprendizaje o la interacción directa con su entorno y con los seres humanos.

Pero este campo se está desarrollando a pasos agigantados, y los fabricantes del sector están explorando las ventajas que pueden obtener al combinar la “simple” maquinaria con nuevas tecnologías de inteligencia artificial y captación audiovisual, desarrollando una nueva generación de robots con ojos, oídos y cerebro. Esto supone un gran salto evolutivo que acerca la robótica al concepto imaginado por los autores clásicos de ciencia ficción, según el cual los robots formarán parte de la sociedad en múltiples entornos, convirtiéndose en parte fundamental de la vida diaria de las personas y de las actividades de las empresas.

Uno de los ámbitos en los que se está mirando con buenos ojos este avance es en el de los cuidados sanitarios, muy especialmente para los ancianos. Robots dotados de vista, oído, cierto grado de sensibilidad táctil y un sistema operativo inteligente podrían revolucionar este sector para siempre, encargándose de las difíciles tareas de atender las necesidades físicas y la higiene de las personas mayores o los pacientes con problemas de movilidad. Igualmente podrían asumir funciones vitales en la rehabilitación músculo esquelética de enfermos y accidentados. Otro campo clave sería el de mover objetos pesados, con diversas aplicaciones en la construcción, la industria, los almacenes y la logística, entre otros sectores. Y, una vez perfeccionado el concepto de robots humanoides, se abren las puertas a su introducción en el sector servicios, por ejemplo para la atención al cliente en tiendas, hoteles, museos, edificios públicos, hospitales y comercios. Las posibles aplicaciones son incontables.

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Pero, para lograr semejantes avances es fundamental combinar la ingeniería mecánica que ya se emplea en la construcción de robots con las mejores tecnologías de captación sensorial, tanto de imagen y sonido como proveniente de otros tipos de sensores (presión, temperatura, etc.). Todo ello gobernado por un moderno sistema de inteligencia artificial, capaz de controlar el robot para que pueda desenvolverse por sí solo según los márgenes de actuación dictados por el programador. En esto es fundamental aplicar otras tecnologías de base que aporte inteligencia a los datos, como el reconocimiento e interpretación de imágenes, el reconocimiento de lenguaje natural y potentes herramientas de aprendizaje automático para que la inteligencia artificial pueda operar sin problemas y de forma adaptativa en su ámbito de actuación.

Los ingenieros especializados en robótica se afanan en desarrollar soluciones para dar respuesta a estas y otras necesidades, y algunas ya están en funcionamiento. El camino hacia la construcción de robots con forma y comportamiento semihumano verdaderamente eficientes y autónomos aún es largo. Pero los expertos opinan que durante la próxima década se habrán logrado los avances necesarios para que estas nuevas máquinas se integren en numerosos ámbitos de la sociedad, transformando radicalmente el papel de los humanos en la economía global.