Los empleados necesitan adaptarse al modelo de infraestructura híbrida
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Operar sistemas locales en combinación con la infraestructura en la nube supone un reto para muchos trabajadores de TI, que encuentran dificultades para mantener los servicios en su datancenter la vez que gestionan lo que la empresa tiene en la nube. Los expertos ofrecen tres consejos fundamentales para ayudar a los trabajadores a moverse mejor en los entornos de infraestructura híbrida.
Muchas empresas que deciden transformar su infraestructura tecnológica hacia un modelo híbrido se encuentran con que su personal no es capaz de gestionar bien esta combinación de sistemas locales y en la nube. La falta de capacitación y la adaptación a las nuevas responsabilidades y cargas de trabajo generan problemas a los empleados, tanto de las áreas más tecnológicas como de los demás departamentos de la compañía que trabajan con los servicios y aplicaciones digitales.
Según indica un estudio de Forrester para finales de 2018 más de la mitad de las empresas a nivel global dependerán al menos de una plataforma de nube pública para avanzar en la transformación digital. Pero esto no significa olvidarse del centro de datos local, sino mantenerlo para sostener determinadas cargas de trabajo y combinar su capacidad con los servicios y la infraestructura en la nube. Según otros estudios, como la última encuesta realizada por Analysys Mason, indican que el 91% de las empresas opina que operar conjuntamente los sistemas locales y los que se encuentran en la nube supondrá un gran desafío para su organización.
Todo apunta a que el personal todavía carece de la experiencia, y en muchos casos de la capacitación, para trabajar en estos entornos híbridos. Por ello, los expertos ofrecen varios consejos fundamentales para ayudar a los trabajadores, y a las propias empresas, a enfrentarse a este gran reto. Los tres más importantes son:
- Construir una fuerza laboran multidisciplinaria: aprovechando el personal que ya trabaja en la empresa, y que conoce a fondo los sistemas preexistentes, lo ideal es desarrollar un plan de formación para que se familiarice con el trabajo en modelos de infraestructura híbrida. Al capacitar a los trabajadores en este nuevo campo se potencian sus habilidades para enfrentarse a la transformación digital, basada en un ecosistema híbrido y multicloud, que es el camino que seguirán todas las empresas para su digitalización.
Ayúdanos a conocer cuáles son las tendencias tecnológicas que se impondrán en la empresa el próximo año y más allá, y cómo se está construyendo el futuro digital.
- Crear una buena cultura de aprendizaje: el reto para empresas y trabajadores no solo es adaptarse a las infraestructuras híbridas, sino estar preparados para incorporar eficientemente los nuevos avances tecnológicos que llegarán en el futuro. Para ello es vital fomentar el interés por aprender nuevas disciplinas entre los trabajadores, apoyando la formación en áreas clave para el desarrollo del negocio. Esto supone beneficios para ambas partes, ya que se refuerza la cultura empresarial y los empleados pueden seguir desarrollándose dentro de la empresa. Y en esta estrategia es muy importante potenciar el conocimiento multidisciplinar, para que la empresa tenga más capacidad para enfrentar los nuevos retos que surjan en la era digital.
- Acabar con las limitaciones en materia de ciberseguridad: Uno de los factores que frena la adopción de la transformación hacia el concepto de infraestructura híbrida es afrontar los nuevos retos en materia de ciberseguridad. A medida que se combinan estas tecnologías, la protección de los sistemas alcanza nuevos niveles que las empresas ven como barreras difíciles de superar. Por ello, los expertos animan a afrontar este reto lo antes posible, reforzando los conocimientos de los trabajadores en lo que se refiere a la seguridad de la información y las comunicaciones. Afirman que la forma correcta de afrontar la transformación digital con éxito y poder avanzar en el negocio es acabar con esta limitación para que enfrentarse a las amenazas digitales no suponga un freno ni un riesgo para las actividades de las organizaciones. En esto tiene que ver mucho la formación y el establecimiento de una serie de buenas prácticas que debe seguir la empresa para mantener el riesgo cibernético en niveles aceptables y ser capaces de afrontar las nuevas ciberamenazas.