Estados Unidos se prepara para responder al impuesto francés a las tecnológicas

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Esto ya se preveía desde que las autoridades francesas dijeron que impondrían su propio impuesto a las tecnológicas norteamericanas, como ya anticipó la administración Trump. Ahora, se ha dado a conocer que el gobierno estadounidense prepara una respuesta para el próximo lunes, ante lo que en su momento consideraron como una medida desproporcionada y discriminatoria contra las empresas de su país.

Acaba de anunciarse que los funcionarios de comercio de Estados Unidos están preparando una respuesta frente a la imposición de un impuesto a las grandes tecnológicas americanas por parte de las autoridades francesas. Supuestamente, darán a conocer sus próximas acciones el próximo lunes, con las que tratarán de contrarrestar en términos comerciales la actitud de Francia.

En su momento tacharon las medidas francesas de estar mal concebidas y ser discriminatorias con las empresas estadounidenses, por lo que el departamento del Tesoro está planeando una repuesta, que dado el rumbo que ha tomado la política de comercio exterior estadounidense, podría ser muy dura contra el comercio con Francia. Teniendo en cuenta los antecedentes contra otros países, se prevé una nueva y muy elevada carga arancelaria contra los productos manufacturados en Francia, que presumiblemente podría extenderse a cualquier servicio proveniente del país galo.

Según ha anunciado este mismo miércoles la oficina del Departamento del Tesoro de Estados Unidos, el representante del comercio del país está completando su investigación contra el impuesto francés a los servicios digitales estadounidenses, y que anunciará las contramedidas que pretende lanzar este próximo lunes. A pesar de que ha habido conversaciones entre las autoridades de ambos países para suavizar las tensiones, la administración de EEUU tomará medidas en base a los hallazgos de su investigación sobre la norma francesa.

Mientras tanto, otros países y la propia UE están preparando impuestos contra las grandes empresas tecnológicas, para evitar la fuga de capital de sus países, y para controlar mejor las actividades de estas grandes empresas, que tienen una influencia cada vez mayor en la sociedad y en la economía. Ejemplos de ello están en Canadá, Reino Unido, Italia, Alemania o la propia España, pero lo más importante es que se está negociando esta cuestión a nivel internacional, con el apoyo de la OCDE, y se espera que se llegue a alguna conclusión y a posibles medidas regulatorias de carácter más global para algún punto de 2020.