El consumo eléctrico de 5G suscita dudas entre los operadores de telecomunicaciones

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Las expectativas que se están creando en torno a 5G superan a las de generaciones anteriores, ya que se le están encontrando aplicaciones en numerosos campos, más allá de las redes móviles. Pero, por su parte, los operadores de telecomunicaciones están preocupados por el elevado consumo eléctrico que generarán tanto 5G como la computación perimetral que le dará soporte.

Un reciente estudio de 451 Research indica que los operadores de telecomunicaciones están cada vez más preocupados porque el despliegue de 5G causará un incremento de su factura de la luz, ya que esta tecnología consume más energía que 4G y las generaciones anteriores. Además, para llevar a cabo un despliegue efectivo de las nuevas redes 5G deberán construir una compleja infraestructura de computación perimetral, que les permitirá gestionar la res y proporcionar mejor servicio de datos a los usuarios.

Lo mismo sucederá en los despliegues 5G en otros entornos fuera de las telecomunicaciones, como la industria conectada o los automatismos aplicados a infraestructuras críticas como el suministro de luz, gas, agua, etc. Este estudio se basa en una encuesta realizada a más de 100 operadores de telecomunicaciones globales, con la intención de conocer mejor las oportunidades y los obstáculos que existen en la implementación de 5G y la infraestructura de computación Edge que le acompaña.

La mayor parte de los entrevistados opina que los servicios 5G no se habrán expandido de verdad hasta 2021, y el 81% de ellos tiene pensado completar su despliegue entre 2021-2022. Pero están preocupados por el coste que generará esta nueva tecnología, especialmente por el consumo eléctrico, y un 90% de ellos opina que será superior al de las redes actuales. Por ello están buscando nuevas tecnologías que permitan incrementar al máximo la eficiencia para reducir el consumo.

Estas opiniones van en sintonía con otros estudios recientes, que prevén que el gasto total de energía en las redes de comunicaciones podría incrementarse en un 150-170% para 2026, especialmente por el consumo en las grandes áreas, en los nodos y centros de datos de estas redes. Y, teniendo en cuenta que la mayoría de los operadores de telecomunicaciones ya han desplegado (37%) o van a desplegar (47%) plataformas de computación Edge diseñadas para redes móviles (MEC), el gasto total de energía podría elevarse sustancialmente.

Esto genera una gran preocupación, ya que podría acabar repercutiendo en el precio final de las líneas móviles y las redes inalámbricas para empresas, algo que afectaría mucho al mercado de telecomunicaciones. Por ello es vital que la industria explore nuevas formas de mejorar la eficiencia tanto de las redes como de la infraestructura TI subyacente, diseñando arquitecturas que permitan optimizar al máximo el gasto energético para limitar el consumo eléctrico.