Nuevas tecnologías de sensores para las ciudades inteligentes

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El concepto de ciudad inteligente engloba el uso de diferentes tecnologías para mejorar el conocimiento y la gestión urbana, y en los últimos años se han dado importantes avances en este campo. Un ejemplo son las modernas tecnologías de sensores, que permitirán nuevos niveles de monitorización, que también tendrán aplicación en el campo de la lucha contra futuras crisis sanitarias.

Las Smart Cities requieren sistemas capaces de monitorizar numerosos aspectos de la sociedad, la economía y el medio ambiente en el ámbito urbano, desde los flujos de personas en el transporte público y privado al suministro de servicios básicos, a meteorología y la calidad del aire. Todo ello a través de un ecosistema digital que ha ido evolucionando con la introducción de nuevas tecnologías en ámbitos que se han ido integrando cada vez más.

En este entorno digital complejo los sensores son una pieza fundamental, ya que se encargan de la recopilación de datos e imágenes para su uso en las plataformas Smart City, y en los últimos años la industria ha avanzado mucho en el desarrollo de tecnologías que ahora se pueden aplicar en este campo. Los expertos de Frost & Sullivan han estudiado cómo la evolución de estas tecnologías impactará en el ámbito de las ciudades inteligentes. Y destacan cómo varias innovaciones están confluyendo para proporcionar soluciones de nueva generación que tendrán su aplicación en este campo, y también en ciertos usos empresariales.

Su investigación abarca sensores acústicos, radar, LIDAR, cámaras 3D, sensores ambientales, sensores de flujo, sensores de gas, de humedad y temperatura, y sus diferentes escenarios de adopción. En palabras de Krithika Shekar, analista de investigación senior de TechVision en Frost & Sullivan, “la necesidad de una ciudad inteligente está impulsada principalmente por el requisito de un entorno seguro, protegido y sostenible que permita una gestión eficaz de la población al tiempo que brinda servicios a los ciudadanos de manera satisfactoria”.

Y explica que “un sistema de sensores integrado ayuda a establecer una red perfectamente interconectada con una aplicación de anclaje y una plataforma centralizada. Dicha red de sensores establecida para un propósito, como el alumbrado público, puede habilitar varias otras aplicaciones conectadas, como la supervisión del entorno, la seguridad pública y la gestión de residuos. Una red centralizada ayudará a reducir la duplicidad de ciertos gastos de capital y eliminará la necesidad de varias redes complejas individuales”.

Conscientes de esto, diferentes ciudades destacadas en el campo de las Smart Cities están evolucionando sus tecnologías para seguir avanzando. Como explica Shekar, “las grandes inversiones de los principales gobiernos de ciudades inteligentes en Singapur, Nueva York y Tokio muestran un rápido ritmo de adopción de soluciones inteligentes. El auge de las ciudades inteligentes no solo ha creado oportunidades de crecimiento para los fabricantes de sensores, sino que también ha acelerado la adopción de varias tecnologías de soporte, como 5G, robots, IA e informática perimetral, creando infinitas oportunidades de crecimiento para aplicaciones de ciudades inteligentes”.

En este nuevo mercado, los expertos creen que las administraciones locales y los gobiernos responsables de estos grandes proyectos de ciudad inteligente aprovecharán ciertas tecnologías de sensores. Destacan especialmente los sensores electrónicos que se implementan en los equipos de monitorización ambiental y de energía para mejorar la detección de posibles fallas o problemas ambientales. Otras tecnologías son las de sensores infrarrojos, sensores de radar, sensores térmicos, sensores inteligentes para la red eléctrica, sensores de proximidad y LIDAR.