Los mitos sobre la IA caen por su propio peso

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Desde que la inteligencia artificial alcanzó un grado de desarrollo suficiente para integrarse en los entornos digitales, han cobrado fuerza determinados mitos que han generado opiniones desacertadas sobre esta tecnología, sobrevalorando sus capacidades o situándolas como enemigo del ser humano. Pero, a medida que crece su implantación, estos conceptos erróneos se están desmintiendo, permitiendo entender mejor la realidad de la IA y sus implicaciones para los negocios y para la sociedad.

La inteligencia artificial se asocia comúnmente con el concepto clásico de robots inteligentes que realizan el trabajo en lugar de los humanos, pero la realidad es bien distinta, al menos por ahora. La ciencia ficción ha pintado numerosos escenarios de aplicación de la IA, desde los más optimistas hasta los más nocivos para el ser humano, y desde la creación de este concepto han ido desarrollándose diferentes opiniones y estereotipos en torno a la IA, tanto positivos como negativos, muchos de ellos totalmente falsos.

Recientemente, Gartner ha publicado una lista con cinco de estos mitos, que actualmente ya se han desmentido, pero que han influido en la opinión que se tiene acerca de la inteligencia artificial, para bien y para mal. Según su opinión, la realidad se encuentra en un punto intermedio entre las opiniones que sobrevaloran la IA y las que la sitúan como enemigo del ser humano. Los expertos de Gartner recomiendan a los líderes de TI y los directivos de las organizaciones que se informen más sobre la IA, su funcionamiento y sus limitaciones, si quieren entender mejor las ventajas que puede aportarles en sus diferentes ámbitos de aplicación. Y, para ilustrar mejor el desconocimiento que todavía existe en torno a esta tecnología, la consultora señala cinco mitos falsos, que actualmente han demostrado ser muy exagerados, tanto en sentido positivo como negativo:

La IA funciona como el cerebro humano

La inteligencia artificial, e su estado actual de desarrollo, consiste en herramientas de software enfocadas a la resolución de problemas concretos. Algunas vertientes de la IA pueden dar la impresión de ser verdaderamente inteligentes, tal y como entendemos la inteligencia del ser humano, pero no es así. Aunque algunas ramas de la IA, como el machine learning, se inspiran en el funcionamiento del cerebro humano, no son comparables. Algunas, como el reconocimiento de imágenes, superan la precisión del ser humano, pero no pueden resolver tareas diferentes a su misión principal. Los expertos destacan que, si bien pueden hacer algunas tareas más rápido o mejor que las personas, cuando las tareas cambian ligeramente, el porcentaje de éxito se reduce considerablemente.

Las máquinas inteligentes aprenden por su cuenta

Aunque el aprendizaje automático pueda dar la impresión de que es capaz de aprender y mejorar por sí mismo, la realidad es que para realizar su trabajo requiere de una programación diseñada por seres humanos. Además, las personas son las encargadas de determinar los problemas que se resolverán con el machine learning, determinar los conjuntos de datos que se deben analizar, prepararlos, eliminar los posibles sesgos de la IA en el análisis y la interpretación de la información y, además, actualizar el software cada vez que sea necesario.

La IA puede ser 100% objetiva

Dado que la inteligencia artificial depende de las reglas y datos proporcionados por los humanos, no está exenta del sesgo que suelen tener los humanos, en mayor o menos medida. Esto se muestra más claramente en las formas de IA que trabajan con información recopilada en redes sociales y otras plataformas alimentadas por las opiniones de personas, algo que hace a la inteligencia artificial más propensa a fallar en sus conclusiones, y a verse afectada por sesgos malintencionados. Los expertos de Gartner afirman que por ahora es imposible eliminar el sesgo, pero se está haciendo lo posible por limitarlo. Especialmente en la IA vinculada a servicios al ciudadano, que pueden generar discriminación y otros perjuicios a las personas.

La IA solo reemplazará trabajos mundanos

La inteligencia artificial ya es capaz de tomar decisiones precisas a través de predicciones, clasificación y agrupación de información. Esto ha permitido trasladar la IA a los entornos de trabajo, reemplazando a las personas en determinadas labores repetitivas y rutinarias. Pero no solo en estos trabajos, ya que cada vez es más capaz de realizar tareas complejas en industrias como la banca, los seguros, y otros sectores en los que la investigación de información permite evitar fraudes o delitos de diversa naturaleza. Por ello, los expertos recomiendan a los interesados en implementar la IA en sus entornos laborales que ajusten los perfiles de trabajo y dediquen recursos a la formación y el reciclaje del personal, a fin de aprovechar las capacidades de sus empleados en otras áreas del negocio.

Mi negocio no necesita una estrategia de IA

Aunque parezca que no es necesaria, la mayor parte de las organizaciones tienen áreas de aplicación potencial de la IA, que les permitiría mejorar en competitividad en diversas áreas. Desde Gartner afirman que pasar por alto el potencial de la IA en un negocio podría provocar desventajas competitivas en el futuro, y que se debe tener en cuenta las mejoras que puede proporcionar par la futura automatización de procesos y tareas dentro del negocio.