La inteligencia artificial y la robótica cambiarán para siempre el mercado de trabajo

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La robotización de determinadas industrias y la aplicación de inteligencia artificial transformará de forma radical el mundo laboral, sustituyendo gran cantidad de puestos de trabajo actuales por máquinas, tanto físicas como virtuales. Durante el V Congreso Nacional de Directivos los expertos han debatido sobre la futura realidad de estas tecnologías de automatización en los entornos de trabajo.

Todos los indicadores muestran que gran cantidad de puestos de trabajo se van a sustituir por máquinas más o menos inteligentes en los próximos cuatro o cinco años, pero también crecerán los empleos relacionados con la IA y las nuevas tecnologías cognitivas. Concretamente, Gartner informa en un reciente estudio de que, para 2022, el trabajo de una de cada cinco personas estará relacionado con la inteligencia artificial. Y en 2021 esta tecnología habrá generado 2,9 millones de millones de dólares, devolviendo 6.200 millones de horas de productividad.

Pero estos cambios se están produciendo a una velocidad vertiginosa, y se corre el riesgo de alcanzar un cierto grado de descontrol sobre la operativa de las organizaciones, si se carece del talento humano que debe acompañar la implantación de estas tecnologías tan avanzadas, y a las que se quiere ir dotando de más y más capacidades y responsabilidad dentro de la infraestructura TI de las organizaciones.

Durante el V Congreso Nacional de Directivos, organizado por la Asociación para el Progreso de la Dirección, celebrado la semana pasada en Barcelona, entre otras cosas, se debatió intensamente sobre todo lo relacionado con la implantación y el desarrollo de la inteligencia artificial y la robótica. En ese contexto, la Presidenta de Microsoft España, Pilar López, dijo que “La inteligencia artificial potencia las capacidades humanas y hace a las empresas más inteligentes. Conocemos la magnitud de esta tecnología, es el momento de dirigir su rumbo. La pregunta correcta que hay que formular es qué debe hacer la IA. Las personas y las empresas nunca van a utilizar una tecnología en la que no confíen, hay que establecer un marco ético para la Inteligencia Artificial”. Esta escala de valores sería probablemente menos simple e inocente que las clásicas “leyes de la robótica de Asimov”, ya que deberían estar adaptadas a la realidad actual, que es que las empresas serán los principales impulsores del desarrollo de la IA, muy por encima de los gobiernos en sus niveles de desarrollo y de utilización. Y esto significa que se corre el riesgo de que se apliquen criterios económicos, por encima de los humanos, lo que podría generar conflictos.

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Pero, además, el impacto en la sociedad será muy importante, ya que se podrían perder gran cantidad de puestos de trabajo actuales. De hecho, según las cifras proporcionadas por McKinsey, el 45% de los trabajadores están en riesgo de ser sustituidos por máquinas en los próximos 20 años. Y otros indicadores, como los del Banco mundial, señalan que esta cifra podría ser del 57% en los países de la OCDE. Ante este cambio tan rápido, que se comenzará a ver en un plazo mucho más corto, ciertas voces como Andrés Ortega, Director del Observatorio de las Ideas, afirman que es necesario establecer un nuevo contrato social”. Afirma que “se vana a crear nuevos puestos de trabajo, pero se necesitaran medidas específicas para la readaptación profesional”.

Asimismo, reflexiona sobre la necesidad de reflexionar sobre los impuestos de los robots, algo que ya se ha comenzado a tratar en la Unión Europea, y de otras cuestiones como la posibilidad de recibir ingresos por compartir datos personales y la implantación de jornadas de menos horas. En sus palabras “El objetivo del nuevo contrato social debe ser proteger a las personas más que a los empleos, hay que avanzar a una sociedad inclusiva; que nadie se quede atrás”.

Por su parte, Rosa García, Presidenta de Siemens, dijo que “la automatización de procesos creará 133 millones de empleos y destruirá 75, por lo que será fundamental apostar por la formación de profesionales. Además, afirmó que: “Hacia 2020 habrá 20.000 millones de dispositivos conectados a Internet de las Cosas (IOT) en todo el mundo, una cantidad ingente de datos que hay que aprender y saber manejar por y para las personas”. Esta visión positiva sobre la robotización contiene ideas como que hay que formar a los niños en cosas que no puedan hacer los robots. Pero se debe tener cuidado al sentar las bases de una futura sociedad tan basada en los robots, ya que se puede acabar fomentando la desigualdad, especialmente endeterminadas sociedades. A este respecto, Antón Costas, Catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, dice que “hay que abandonar la complacencia con la desigualdad. De lo contrario, puede que en un futuro haya economías más cerradas. Ésta es un poderoso disolvente del contrato social de las economías de mercado. El núcleo moral que legitima el sistema de mercado es el ofrecer oportunidades a todo el mundo”.