Las empresas aceleran la inversión en big data e inteligencia artificial
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Esta es la conclusión de un reciente estudio, que refleja que la mayoría de las grandes empresas están invirtiendo con fuerza en proyectos de big data e IA para no quedarse rezagadas con respecto a la competencia. Estos esfuerzos persiguen mejorar la agilidad en los procesos y en la toma de decisiones mejor informadas, pero por ahora muchos no están arrojando resultados cuantificables.
La introducción de las tecnologías digitales basadas en datos es una tendencia al alza entre las empresas que apuestan por los nuevos modelos de negocio digital, pero requiere importantes inversiones que no tienen un retorno a corto plazo. Aun así, las grandes compañías están apostando con fuerza por tecnologías como el big data y la inteligencia artificial, ya que reconocen que es el camino para seguir avanzando y no quedarse rezagados con respecto a sus competidores.
Esta situación se ve claramente reflejada en las conclusiones del Big Data and AI Executive Survey 2019, elaborado por la consultora especializada NewVantage Partners, para el que se ha entrevistado a más de 60 empresas destacadas, muchas de ellas miembros de la lista Fortune 1000. Los datos de este estudio revelan que el 97,2% de estas compañías están invirtiendo en proyectos de big data e inteligencia artificial, con la intención de agilizar sus operaciones y cambiar a modelos de negocio más inteligentes, basados en datos. Pero, al mismo tiempo, muestran que solo el 62,2% está percibiendo ventajas derivadas de estas inversiones.
Pero esto no está frenando los esfuerzos de esta categoría de empresas, ya que el 91,6% está incrementando sus inversiones en estos dos campos y planea seguir haciéndolo. Y el 87,8% afirma que sienten urgencia por seguir invirtiendo en IA y big data, ya que temen el avance de la competencia. Concretamente, el 75% de estas grandes compañías no quieren dejar margen para que sus competidores generen una disrupción impulsada por los nuevos enfoques del negocio basado en los datos. Por otra parte, el 91,7% de los encuestados dice que la inversión en mejorar la tecnología es imprescindible de por sí para ser cada vez más ágiles y competitivos, y solo un 5% del total justifica estas inversiones por la búsqueda de una reducción de los gastos.
El estudio también pone de manifiesto una realidad que también se está percibiendo en otras compañías de menor tamaño, y es que las empresas no están bien preparadas para aprovechar el potencial que pueden proporcionar los datos para sus negocios. En este sentido, el 54,4% de los entrevistados ha reconocido que no está logrando una mayor agilidad ni ser más competitivo mediante el uso de las nuevas tecnologías basadas en datos. Y solo un 47,6% se siente verdaderamente competitivo en lo relacionado con los datos y la analítica. Por su parte, un 31% está convencido de haber creado un negocio basado en los datos, y solo un 28,3% piensa que ha logrado construir una cultura basada en los datos. Mientras tanto, el 79,4% de estas empresas siente temor ante la llegada de nuevos competidores que verdaderamente funcionan según el concepto “Data driven”.
Los principales impedimentos para la implantación de la inteligencia artificial, el big data y la analítica avanzada en este tipo de empresas no son las trabas tecnológicas, sino los problemas de cultura empresarial. De hecho, el 95% de los encuestados identifica que para lograr el éxito en esta estrategia deben enfrentarse a desafíos culturales relacionados con las personas y los procesos del negocio, entre ellos la resistencia al cambio por parte de los integrantes de la empresa. Y solo el 5% ve mayo problema en enfrentar los desafíos tecnológicos que supone la introducción e estas tecnologías.
Por último, este estudio muestra que los responsables de datos, encabezados por el CDO (Chief Data Officer), están mostrándose como piezas clave en esta evolución hacia los modelos de empresa basada en datos. Un 67,9% de los entrevistados afirma que cuenta con un CDO en su plantilla, aunque con un rol poco definido. Y, mientras que el 48,1% considera que el CDO es el principal responsable de los datos, el 28,4% identifica más de un responsable y un 17,5% cree que no es imprescindible contar con un CDO.