Estados Unidos podría retirar su protección a las empresas tecnológicas

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Según se acaba de conocer, la administración Trump está planteándose seriamente retirar la protección que actualmente otorga a las grandes empresas tecnológicas, pero esto nada tiene que ver con las reclamaciones sobre su fiscalidad a nivel internacional. Por el contrario, esta estrategia tendría más que ver son sus desavenencias personales con Twitter, surgidas a raíz de que la red social etiquetase los tweets de Trump con advertencias.

Por increíble que pueda parecer, el gobierno de un país supuestamente democrático como Estados Unidos no para de anteponer los intereses personales de una administración a la propia legalidad vigente. Desde hace años el presidente Donald Trump ha protagonizado numerosos escándalos de injerencia en las actividades económicas de diferentes sectores de su país. En muchos casos para favorecer a sectores concretos, en detrimento de los derechos de los ciudadanos del país, y también de otras regiones.

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En otros casos, aparentemente, sus “posibles” intervenciones han tenido como objeto proteger intereses puramente personales, como se desprende de su “supuesta” participación en la concesión del contrato JEDI a Microsoft, cuando estaba casi absolutamente claro que sería Amazon quien conseguiría el contrato. Pero los desacuerdos personales de Trump con el CEO de Amazon, Jeff Bezos, parecen haber motivado el cambio de rumbo del proceso de concesión del Departamento de Defensa, nada menos, como dejan claro las negativas de ciertos responsables del proceso a explicar ciertas partes del proceso y ciertas conversaciones con el propio presidente.

Ahora, asistimos a un nuevo capítulo de esta hoja de ruta del sinsentido político, con el reciente anuncio de la administración Trump, que va a presentar una propuesta para retirar su “apoyo extra” a las grandes tecnológicas del país. Inocentemente, se podría pensar que esto es una respuesta coherente a las demandas de los gobiernos de las principales economías del mundo, pero en realidad todo apunta a que se trata de otro movimiento motivado por cuestiones puramente personales del presidente Trump.

Según informan desde la agencia Reuters, parece ser que se ha generado un conflicto entre la popular red social Twitter y el gobierno de Donald Trump, a raíz de que esta plataforma social etiquetase unos pocos tweets del presidente con una advertencia sobre la necesidad de verificar el contenido. Aunque pueda resultar inverosímil, según informan desde Reuters, esto habría llevado a que el Departamento de Justicia se plantee presentar una propuesta legislativa para retirar el apoyo” “reforzado del gobierno a todo el sector de las grandes empresas de Internet.

Parece ser que las declaraciones del presidente contra la posibilidad de un sistema de votación postal, que en su opinión llevaría a un fraude generalizado, encendieron la mecha de una bomba de tamaño desproporcionado. A esto se sumó un desafortunado tweet del presidente sobre la actuación del alcalde de Minneapolis, en el contexto de las protestas antirracistas que se están produciendo. Este incluía amenazas expresas sobre el despliegue de la Guardia Nacional e la región, y en un posterior tweet llegó a mencionar la posibilidad de tirotear a la población civil “rebelde”.

Al margen de la naturaleza desafortunada de estos sucesos, lo que más puede chocar a los que asisten a este espectáculo político-mediático es que Estados Unidos pueda retirar el apoyo a un sector económico de importancia como el de las empresas tecnológicas por desacuerdos con una de sus empresas. Pero parece ser así, aunque, como en otras ocasiones, podría ser una cortina de humo para quitar importancia al hecho de que Estados Unidos finalmente deba plegarse a las demandas internacionales de regular la depredación económica que están llevando a cabo las empresas estadounidenses en regiones concierto poder, como es Europa y ciertas partes de Asia, con un peso importante en la OCDE.