La segunda oleada de coronavirus impulsa nuevas inversiones tecnológicas para evitar riesgos

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Durante el tercer trimestre de 2020 las organizaciones seguían considerando el coronavirus como un gran riesgo emergente, ante la inminencia de una segunda oleada de contagios. A las posibles interrupciones del negocio por factores externos se suman los temores sobre la profunda transformación que se está produciendo en los propios modelos de trabajo, por lo que las empresas seguirán invirtiendo en tecnología para garantizar el teletrabajo y la resiliencia del negocio.

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Desde principios de año la pandemia se ha convertido en uno de los principales riesgos para las empresas, que se han enfrentado a dificultades sin precedentes por las interrupciones de las cadenas de suministro y por el confinamiento de los trabajadores en muchas regiones. Esta situación genera grandes problemas en muchas industrias, que han tratado de superar el escollo inicial recurriendo a soluciones de trabajo remoto y tecnologías fundamentales para mejorar su resiliencia, como la nube pública.

El resultado de todo esto ha sido un cambio muy radical en la forma de trabajar en las empresas, que se refleja en las tendencias de inversión en tecnología. Desde que comenzó la crisis las organizaciones situaron la pandemia como el principal riesgo emergente para el negocio, como constató en su momento la consultora Gartner. A la luz de los rebrotes que se están produciendo desde principios de otoño, en la encuesta del tercer trimestre de 2020 vuelven a situar la pandemia como principal riesgo emergente, que les está llevando a consolidar sus nuevas estrategias de teletrabajo y gestión del trabajo remoto.

Según esta investigación de Gartner, los ejecutivos siguen temiendo que la pandemia vuelva a afectar al negocio, y están trabajando para mantener a más largo plazo sus estrategias de teletrabajo, lo que conlleva seguir invirtiendo en herramientas digitales y servicios en la nube, así como en ciertas infraestructuras subyacentes. Como explica en su informe Matt Shinkman, vice presidente de la Práctica de Auditoría y Riesgos de Gartner”, la coherencia con la que los ejecutivos de todo el mundo destacan la segunda ola de COVID-19 como el mayor riesgo es notable, a la luz de una inminente y significativa elección presidencial estadounidense, los continuos eventos climáticos extremos y una amplia inestabilidad social”.

Añade que “la pandemia ha exacerbado muchos de los otros riesgos señalados por los ejecutivos en nuestro informe o ha creado conjuntos completamente nuevos de áreas de riesgo operativo, por lo que tiene sentido que predominen las preocupaciones sobre una segunda ola”. Lo más importante a considerar, según Gartner, es cómo las organizaciones modulan sus estrategias de gestión del trabajo para garantizar la salud y la seguridad de los trabajadores. Ante esto, se espera que después de la pandemia estarán teletrabajando de forma permanente casi el doble de empleados (19%) que antes de esta crisis (10%).

Shinkman explica que en Gartner están “empezando a ver que los ejecutivos aceptan el trabajo remoto prolongado de una manera que no era factible en las primeras etapas de la pandemia, y la brusquedad del movimiento revela grandes lagunas operativas en la capacidad de gestionar personas y riesgos”. Afirma que sus datos revelan “que los líderes de recursos humanos han intensificado drásticamente sus programas para monitorear la productividad de los empleados, con un 73% indicando que están participando en algún tipo de monitoreo, en comparación con menos de la mitad en abril”.

Al comienzo de la pandemia el teletrabajo se tuvo que adoptar a marchas forzadas, dejando de lado muchas otras tecnologías y sistemas como los de monitorización del trabajo, que ahora están consolidándose como parte de la estrategia de gestión. Así, en el futuro se espera que muchas de estas tecnologías formen parte del ecosistema de gestión remota del trabajo. Estos cambios provienen de esa percepción de alto riesgo, pero las organizaciones también ven una oportunidad para mejorar su eficiencia y para un 49% estas tecnologías y estrategias les permitirán ahorrar costes generales, mientras que un 27% prevé un incremento de la productividad de sus empleados.

Shinkman concluye su informe diciendo que, desde que comenzaron a rastrear los riesgos emergentes, siempre han aconsejado a sus clientes que miren los riesgos como una oportunidad de mejorar la organización. Explica que “la realidad del trabajo remoto prolongado ofrece una ventana única para que los equipos de gestión de riesgos empresariales den forma a las políticas adecuadas para fomentar la productividad, obtener rentabilidad y asegurarse de que la organización esté protegida desde una perspectiva de ciberseguridad”.