Las PYMEs están en riesgo por la lenta actualización de Windows 7

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En enero de 2020 Microsoft finalizará el soporte para su viejo sistema operativo Windows 7, y gran cantidad de consumidores y empresas aún no se han pasado a la versión más reciente. Especialmente las pequeñas y medianas empresas, que no parecen haber asumido los grandes riesgos de ciberseguridad que supondrá mantener un SO obsoleto.

El plazo para cambiar a la “nueva” versión de Windows está acabándose, pero un 40% de las empresas muy pequeñas y un 47% de las PYMEs aún no han actualizado sus equipos a la versión actual: Windows 10. Así lo revela el último informe del experto en ciberseguridad Kaspersky Lab, que muestra la gran dependencia de muchas empresas del viejo Windows 7.

No cabe duda de que este es uno de los sistemas operativos mejor conseguidos y más estables de Microsoft, pero a principios del año que viene se acabará el soporte para los usuarios de esta versión, y mantenerla supone grandes riesgos de seguridad informática. Porque acabar con el soporte significa que no habrá más parches de seguridad, por lo que se generarán brechas potenciales que cualquier ciberdelincuente podría aprovechar.

Estas vías de entrada serán totalmente evidentes para los criminales, y las empresas que mantengan equipos con este sistema conectados a sus redes dejarán las puertas abiertas a intrusiones, robo de datos, secuestro de equipos y muchas más amenazas. Por ello, el proveedor Microsoft lleva bastante tiempo anunciando que se acaba el plazo de actualización, tratando de incentivar este cambio.

Pero actualizar el sistema implica, en muchos casos, cambiar de ordenador, ya que muchas placas base antiguas, como muchas con socket para la 2ª generación de Intel, no admiten instalar Windows 10. Y, aunque podrían instalar Windows 8.1, este sistema no es ni tan fiable ni tan estable como Windows 10. De hecho, para muchos es un SO inacabado, que nunca cumplió con las expectativas ni de los usuarios ni de la propia marca.

De ahí que todavía exista una base tan grande de usuarios de Windows 7. Pero los expertos de Kaspersky señalan que los ciberdelincuentes pondrán el foco en los equipos con el viejo sistema. Para evaluar el alcance de este problema, este estudio ha recogido los datos anónimos del uso del sistema proporcionados por usuarios de sus aplicaciones de seguridad, y el resultado es que cuatro de cada diez consumidores aún usan sistemas obsoletos (incluyendo Windows XP, Vista y 8.1).

De todos ellos, la gran mayoría sigue usando Windows 7, y en el caso de las PYMEs el porcentaje es del mencionado 47%. Según dijo Alexey Pankratov, Gerente de Soluciones Empresariales de Kaspersky, “Las estadísticas muestran que una parte importante de los usuarios, tanto empresas como consumidores, todavía usan estaciones de trabajo que ejecutan un SO obsoleto o cercano al final del ciclo de vida. El uso generalizado de Windows 7 es preocupante, ya que quedan menos de seis meses para que esta versión deje de ser compatible”.

Añadió que “Las razones detrás de este retraso varían según el software implementado, que puede ser incapaz de ejecutarse en las versiones más recientes del sistema operativo, por razones económicas e incluso solo por costumbre. Sin embargo, un sistema operativo antiguo sin parche es un riesgo de seguridad cibernética: el costo de un incidente puede ser sustancialmente mayor que el costo de la actualización”.

Por ello, recomiendan “que los clientes migren a versiones compatibles y se aseguren de que existan herramientas de seguridad adicionales durante el período de transición”. En general, las recomendaciones de los expertos de Kaspersky son que las empresas usen una versión actualizada del sistema operativo, habilitando la función de actualización automática. Y, en caso de no poder actualizar a sistemas en vigor, deberían entender el riesgo que supone y aislar estos equipos en nodos separados de la red, sujetos a medidas adicionales de seguridad. Además, aconsejan que se usen tecnologías de prevención de exploits basadas en el comportamiento, que protegen especialmente contra el malware destinado a sistemas operativos obsoletos.