El aumento de amenazas cibernéticas potencia las ventas de soluciones de detección y respuesta administradas

Protegerse frente a las ciberamenazas se ha convertido en un reto importante para muchas organizaciones, ya que los delincuentes se han profesionalizado mucho y ahora recurren a estrategias muy sofisticadas, que ponen a prueba las habilidades de los responsables de seguridad. La complejidad no para de crecer, y las empresas se ven superadas a la hora de enfrentarse a los riesgos que amenazan a sus datos, por lo que recurren cada vez más a soluciones administradas para incrementar la protección.

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Según la última investigación publicada por Frost & Sullivan, fruto de esta tendencia, el mercado global de soluciones de detección y respuesta administradas (MDR) va a crecer a una CAGR del 16,4% entre 2019 y 2024, para cuando los ingresos podrían alcanzar unos 1.900 millones de dólares. Como explica Mauricio Chede, analista senior de la industria en Frost & Sullivan, “el aumento en el número y la complejidad de las amenazas ha hecho que la gestión interna de la seguridad de la información sea cada vez más laboriosa y costosa. En este contexto, la externalización se considera un aliado estratégico en la gestión segura de entornos de TI en línea con las estrategias comerciales de las empresas”.

Por ello, señala que “los proveedores de MDR ofrecen a las organizaciones la tecnología, el proceso y las personas necesarias para la monitorización proactiva del entorno de seguridad de sus clientes, y la detección de amenazas las 24 horas del día, los 7 días de la semana, para ayudar a mitigar las brechas de seguridad, aún más durante COVID-19”. Porque precisamente en esta época de dificultad los ciberdelincuentes se han vuelto más agresivos y más creativos, enfocando sus estrategias para violar la seguridad aprovechando el reclamo del coronavirus.

Para Chede, los proveedores de MDR que quieran capturar más cuota de mercado ante el aumento de la demanda “deben demostrar confiabilidad en la resolución de incidencias sin generar interrupciones en las operaciones comerciales de los clientes. Por ello, les recomienda “adaptarse a las necesidades y el presupuesto del cliente, comprender la verticalidad en la que se encuentran y proporcionar soluciones de detección y respuesta en el menor tiempo posible, junto con informes personalizados. La interacción personal a través de correo electrónico o teléfono con un analista asignado también es un factor diferenciador”.