Los coches autónomos impulsarán nuevos ecosistemas y mercados tecnológicos

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Aunque de momento la sociedad no está preparada para la introducción de los vehículos sin conductor, en la próxima década este mercado comenzará a florecer. Y esto no solo impulsará una nueva forma de entender el transporte, sino toda una categoría de infraestructura TI y servicios asociados a la conducción autónoma, que revolucionará la industria de la automoción y el papel de que juega la TI en su negocio.

Los datos que baraja la industria automovilística indican que el mercado de coches autónomos logrará despegar a lo largo de la próxima década, al menos en los países más desarrollados, con previsiones de que podría alcanzar un valor de 40.000 millones de dólares para el año 2030. Pero, más allá de estas previsiones, que pueden variar mucho en los próximos años, la realidad es que en algún momento de los próximos 10 años comenzarán a llegar estos vehículos al transporte personal y comercial.

Esto ya está impulsando una modernización tecnológica, en forma de coches conectados y de infraestructura digital asociada a la conducción. Los fabricantes, por su parte, están creando nuevos ecosistemas digitales para ampliar los servicios al conductor, lo que está sirviendo de campo de pruebas para la gran complejidad que supondrán los vehículos sin conductor.

Desde nuevos sistemas de comunicación entre vehículos a plataformas para manejar los datos generados durante los desplazamientos, las marcas están invirtiendo mucho en tecnologías de monitorización, transmisión, almacenamiento y procesamiento de los datos generados por los propios coches. Al mismo tiempo, se están estableciendo nuevas alianzas para desarrollar los estándares tecnológicos que permitirán hacer todo esto con la máxima seguridad para los conductores y los peatones, independientemente del nivel de autonomía de los vehículos que haya en circulación.

Para soportar las cargas de trabajo de estas nuevas tecnologías se plantean diferentes modalidades, desde coches con más capacidad TI integrada, para una mayor autonomía, a infraestructuras distribuidas que recogerán los datos y proporcionarán instrucciones y servicios a los vehículos. Aún no está claro qué modelo se acabará imponiendo, pero en cualquier caso se requerirá una computación de nueva generación que estará a caballo entre los centros de datos y las más avanzadas tecnologías IoT.

Esto impulsará nuevos mercados tecnológicos que irán ganando terreno frente a los segmentos de infraestructura empresarial y para centros de datos tradicionales, que actualmente son los más potentes dentro de las industrias de informática y telecomunicaciones, entre otras. Esta transformación impactará en la propia industria automovilística, responsable de construir los vehículos autónomos. Pero también los gobiernos y las empresas de telecomunicaciones y de la nube tendrán un papel clave en la construcción, mantenimiento y operación de todo el ecosistema de vehículos sin conductor.

Los expertos pronostican que Norteamérica será la región líder en el mercado de coches autónomos en la próxima década, debido a la base de infraestructura tecnológica existente, al apoyo que están aportando los gobiernos al desarrollo de esta tecnología y a la buena aceptación por parte de los ciudadanos. A continuación, se espera que se sitúe Europa, donde también existen muchas iniciativas para el desarrollo de la conducción autónoma y una fuerte industria automovilística, y después Asia Pacífico, especialmente los grandes países continentales.