Rusia prueba con éxito su propia red de Internet

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El gobierno ruso ha logrado materializar su plan para construir una red de Internet propia, al margen de la infraestructura global que se usa en el resto del mundo. Con ello quiere poder controlar más las comunicaciones, según establece su última propuesta de ley de seguridad nacional, y acaban de anunciar el éxito de las primeras pruebas realizadas.

Hace aproximadamente un año el gobierno de Rusia anunció que estaba embarcado en un proyecto para construir su propia red de Internet, con infraestructura perteneciente por entero al gobierno y a los operadores de telecomunicaciones nacionales. Esto permitiría al Kremlin implementar una nueva ley de seguridad nacional mucho más restrictiva, que le permitiría controlar completamente las comunicaciones dentro de sus fronteras.

Esta ley ya ha sido propuesta y las primeras etapas de construcción de esta red ya han concluido, por lo que pronto podría haber una internet paralela operando en Rusia. Según han publicado medios de comunicación del país, las pruebas iniciales han sido muy satisfactorias, y afirman que los usuarios no han notado cambios en el funcionamiento de su acceso a la red global. Aunque no se han publicado muchos detalles sobre las pruebas que han realizado, lo que lleva a pensar que se trata de información propagandística del gobierno.

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Pero el corazón de este así llamado “Internet soberano” es una infraestructura bajo el control estatal que, según muchos expertos, arrasará con el derecho a la privacidad de los ciudadanos y de las empresas, cuyas comunicaciones podrían estar sometidas a una vigilancia constante y exhaustiva. Esta nueva red supondría una importante oportunidad para las empresas de telecomunicaciones de Rusia y, según dice la ley en que se ampara, presentada en diciembre de 2018 y aprobada en abril de 2019, permitirá al país que sus comunicaciones internas funcionen incluso si se desconecta la red global.

Pero la contrapartida es que todas las comunicaciones pasarán, por ley, a través de nodos controlados y monitorizados constantemente por el gobierno. Así dicen que quieren controlar la transmisión de contenido ilegal y centralizar el tráfico dentro del país para beneficiar a la industria y al estado y sus ciudadanos. Según su hoja de ruta inicial, se prevé que a lo largo de este año el 95% de las comunicaciones de internet dentro de Rusia estará enrutada a través de esta nueva red.

Así se acabará con numerosas prácticas que actualmente están muy extendidas en Rusia, como el uso de redes privadas virtuales (VPN) para acceder a servicios que están prohibidos en el país pero que mucha gente necesita o quiere usar, por ejemplo, aplicaciones como Telegram. Mientras tanto, se espera que este año también entre en vigor otra nueva y controvertida ley por la que no se podrán comercializar dispositivos electrónicos que no tengan preinstalado software desarrollado en Rusia, incluyendo ordenadores, smatr TV o smartphones.

Todo esto forma parte de los planes de la administración de Vladimir Putin para incrementar su control sobre el país, con la excusa de beneficiar a su economía y a su sociedad y, aunque pueda aportar ciertas ventajas en materia de seguridad nacional, los expertos prevén que podría tener un impacto muy negativo en los negocios, sobre todo en aquellas empresas con proyección internacional, cuyos clientes no querrán “pasar por el aro” de ser controlados en sus comunicaciones comerciales dentro de Rusia.