Rusia pospone las pruebas de su nueva red nacional de Internet

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El ejecutivo ruso ha decidido aplazar una prueba crítica con la que afirmaban que podrían incrementar el rendimiento de su futura nueva red de Internet nacional, que estaría controlada por el estado. A la espera de saber si este controvertido plan va a poder llevarse a cabo como espera el gobierno, los usuarios de redes continúan recurriendo a la red global de Internet.

Desde hace algún tiempo el gobierno ruso ha estado desarrollando un ambicioso plan para crear lo que denominan una red de “Internet soberana”, que consiste en sustituir la infraestructura que proporcionan los operadores extranjeros por una red nacional, que estaría bajo un control más estricto del Estado. En los últimos meses dieron a entender que el proyecto estaba en sus fases finales, pero ahora acaban de reconocer que han tenido que posponer unas “últimas pruebas” que habrían permitido mejorar la capacidad de sus infraestructuras nacionales ante la eventual desconexión de las redes globales.

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La información oficial proporcionada por el Ministerio de Comunicaciones indica que se pospone por el efecto del coronavirus, pero como suele suceder con todo aquello que proviene del gobierno de Rusia, no hay detalles concretos. Esto supone un varapalo a los planes nacionales, ya que tras las pruebas que hicieron a finales del año pasado, y que supuestamente fueron un éxito, se pretendía poner en marcha la infraestructura de red nacional en un punto indeterminado de 2020, tras ciertas pruebas como la que se ha pospuesto ahora, prevista para el 20 de marzo.

Según han afirmado escuetamente desde el Ministerio, “los ejercicios planificados fueron pospuestos debido al fortalecimiento de las medidas para prevenir la propagación de la infección por coronavirus Covid-19”. Pero las dudas se ciernen sobre esta información, ya que este tipo de pruebas han sido fomentadas por los operadores nacionales de telecomunicaciones, que querían verificar los efectos que tendría esta desconexión de las redes globales en su infraestructura.

Se trata de una cuestión complicada a nivel de calidad del servicio, ya que se debe construir e interconectar una nueva infraestructura para proporcionar acceso a Internet en una extensión tan grande como la que tiene Rusia. Esto, que de por sí es complejo de llevar a cabo, tiene el añadido de que el acceso a las redes de ámbito mundial se centralizaría en nodos específicos que deberían soportar el tráfico entrante y saliente del país.

Y aquí es precisamente donde se pueden producir más problemas, ya que los planes del gobierno es establecer un control férreo sobre estas comunicaciones, un punto en el que no quieren incidir los responsables de este proyecto, a pesar de que es la cuestión más preocupante para los ciudadanos, para los negocios rusos que trabajan con clientes extranjeros y para las empresas de otros países que quieren operar en Rusia. La excusa del gobierno se estableció con la ley aprobada hace casi un año, que pretende garantizar la capacidad de conexión a Internet incluso en el hipotético caso de que el país quedase desconectado del resto del mundo.