La videovigilancia evoluciona gracias a la inteligencia artificial

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Los clásicos sistemas de circuito cerrado de televisión han dado paso a un ecosistema de videovigilancia muy complejo y modernizado, en el que numerosas innovaciones trabajan juntas para mejorar la seguridad. Entre ellas destaca la inteligencia artificial, que proporciona nuevas capacidades y mayor precisión a las tecnologías que se emplean en los modernos sistemas de vigilancia.

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En los últimos años la videovigilancia se ha expandido desde lugares cerrados hacia entornos abiertos como las propias ciudades, dando grandes saltos evolutivos. En este camino se ha beneficiado de grandes avances tecnológicos en el campo de la grabación de vídeo, las aplicaciones digitales y las redes de datos. Pero, sin duda, la tecnología que cuenta más potencial transformador para la industria es la inteligencia artificial, que está proporcionando nuevas posibilidades en el campo de la seguridad.

Los expertos de Yole Développement han realizado un estudio en el que revelan cómo la IA está expandiéndose en el campo de la videovigilancia, y cómo en los próximos años seguirá haciéndolo hasta formar parte de casi todos los entornos de vigilancia, no solo en la seguridad. En palabras de Yohann Tschudi, analista de tecnología y mercado en Yole Développement, “la inteligencia artificial y la vigilancia masiva están impulsando el mercado de las cámaras y la informática”.

Este informe pronostica que para 2025 el mercado de videovigilancia podría alcanzar unos 38.000 millones de dólares, y solo los ingresos de las cámaras de vigilancia crecerán desde los 21.000 millones de dólares de 2019 a una estimación de 34.000 millones para 2025. Esto, teniendo en cuenta los dos segmentos principales de la industria, que son el de consumo (especialmente Smart Home), y el profesional (principalmente los segmentos de Smart Cities, Smart Retail e industrial).

Los responsables de esta investigación se han centrado en tres tecnologías fundamentales para esta industria, que son el procesamiento de imágenes, el análisis de vídeo y la inteligencia artificial. Y afirman que esta industria se expandirá a otros sectores, como el automotriz o el de la salud, y estará íntimamente relacionado con los avances que se están dando en el campo de los semiconductores, donde se están desarrollando nuevas tecnologías de CPU, GPU, FPGA y ASIC, específicamente diseñados para la inteligencia artificial.

Yohann Tschudi, miembro de Yole, explica que estos avances permiten desarrollar el hardware de computación y procesamiento necesario para las tareas de videovigilancia más avanzadas, en las que intervienen algoritmos complejos, como los de inferencia de redes neuronales profundas. Añade que los efectos del coronavirus y la guerra comercial entre Estados Unidos y China han sido mínimos, y no han causado una disminución en las ventas de cámaras de vigilancia, sobre todo gracias a los segmentos comercial y de Smart City.

En este mercado, China ha tenido un papel fundamental, ya que las organizaciones y el propio gobierno del país han llevado a cabo una ampliación y actualización masiva de estas tecnologías, principalmente por la red estatal de videovigilancia. Aunque esto ha beneficiado sobre todo a las empresas chinas como HiKVision y Dahua Technologies, que se han posicionado como líderes de la industria en oriente. Mientras tanto, las empresas europeas como Axis y Bosch Security Systems han seguido manteniendo sus posiciones predominantes en el mercado occidental.

Al mismo tiempo, está aumentando rápidamente la demanda de soluciones innovadoras para la videovigilancia, ya que las organizaciones necesitan nuevas capacidades como la analítica de vídeo y la inteligencia artificial, por motivos muy diversos. En la industria de fabricación se emplean para apoyar los sistemas de automatización, mientras que en el campo de la seguridad para la detección de personas, y en la salud para la identificación de posibles enfermos, entre otros usos.

Esto lleva a la utilización masiva de nuevos tipos de chips, más allá de los clásicos CCD o CMOS empleados en la inmensa mayoría de las cámaras domésticas, IP y profesionales. Aparte de estos, los expertos de Yole destacan una segunda categoría de chips, capaces de realizar análisis como los de detección de movimiento y patrones de calor. Aunque estos son solamente otros formatos de sensores, que simplemente amplían las capacidades de captación de imagen.

Pero en la industria están cobrando peso otros chips más vinculados al mundo digital, que son los diferentes tipos de procesadores especializados en las funciones de inteligencia artificial y analítica de datos de imagen. Estas tecnologías son procesadores CPU, GPU, FPGA y ASIC especializados en estas tareas, y según los expertos están proliferando por la mayor demanda de los mercados de videovigilancia. Las estimaciones de Yole son que para 2025 esta categoría de semiconductores representará el 42% de los envíos y el 66% de los ingresos del mercado de chips para videovigilancia, cuyos ingresos estimados podrían de unos 4.100 millones de dólares en 2025.