Las empresas dependerán cada vez más de proveedores externos para la gestión de sus infraestructuras IoT

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El ecosistema IoT está creciendo rápidamente en muchas industrias, y la administración de un número creciente de dispositivos conectados se vuelve cada vez más compleja. Para resolver este desafío las empresas se están apoyando en proveedores externos de servicios de gestión, un mercado con buenas perspectivas de crecimiento en el que está aumentando rápidamente la competencia.

Las tecnologías Internet of Things está encontrando un lugar importante en muchas industrias como la fabricación, el transporte y la logística, el suministro de agua y energía o el comercio minorista, entre otras. Muchas empresas están implementando dispositivos conectados e inteligentes para optimizar sus operaciones, construyendo vastas redes que pueden resultar muy complejas de administrar, escalar y proteger. Para hacer frente a este panorama en constante evolución los proveedores de servicios de gestión están mejorando su cartera de soluciones y adaptándola a las necesidades de diferentes industrias, con vistas a posicionarse en un mercado cada vez más variado y en el que está aumentando la competencia.

En un informe publicado recientemente por ABI Research, los investigadores apuntan a que para el año 2026 el 41,3% de los dispositivos conectados empleará algún tipo de tecnología de conectividad LPWA. Ante el crecimiento de las flotas IoT y el aumento de las capacidades de estos dispositivos las empresas necesitarán recurrir a servicios externos de gestión que les ayuden a aprovechar sus implementaciones, especialmente las más extensas. Por ello, los expertos creen que el mercado de servicios de gestión de dispositivos IoT va a crecer con fuerza en los próximos años, y sus ingresos podría superar los 36.800 millones de dólares para el año 2026.

Un tema importante que destacan los investigadores es que gracias a la proliferación de dispositivos con conectividad LPWA la estandarización está jugando un papel cada vez más importante en el ecosistema de servicios de administración IoT. Esto impulsó la adopción de LwM2M entre empresas de telecomunicaciones, y ahora está ganando aceptación entre los proveedores de módulos, chipsets y puertas de enlace. Pero este progreso de la estandarización vendrá acompañado de una mayor mercantilización de los servicios de administración de dispositivos.

En opinión de Abdullah Haider, analista de investigación de redes y servicios de IoT en ABI Research, “implementar un estándar común como LwM2M puede complicar la estrategia de diferenciación de productos de un proveedor de administración de dispositivos, pero los estándares abordan las reservas de los clientes ante la posibilidad de verse bloqueados en una plataforma propietaria”. Por otro lado, están surgiendo cada vez más asociaciones y colaboraciones entre los proveedores de servicios de gestión de dispositivos con integradores de sistemas y otros actores implicados en la cadena de valor relacionada con IoT.

En este sentido, Haider comenta que “las empresas reconocen que una asociación estratégica puede facilitar tanto las ventas como los canales de soporte de productos. Cooperar con el servicio de administración de dispositivos de otro proveedor es beneficioso para un hiperescalador en la nube que vende almacenamiento y análisis de datos, y para un operador de red móvil (MNO) que vende conectividad o servicios de habilitación de aplicaciones, ya que las plataformas de administración de dispositivos IoT se integran con estos otros sistemas”.

Entre los proveedores de servicios de gestión de dispositivos IoT destacan los hiperescaladores de la nube como AWS y Microsoft, las empresas específicas de este sector, como Eurotech, Telit y Sierra Wireless, los operadores de redes móviles como Vodafone, Verizon y Deutsche Tekekom y nuevas empresas que están entrando en el mercado, como EdgeIQ, Memfault y 1nce.

Aunque la mayor competencia entre estos actores provoca esa mayor mercantilización, estas empresas todavía están buscando formas de diferenciarse. Algunas buscan proporcionar servicios de seguridad como la certificación de dispositivos y la autenticación mutua, mientras que otras se centran más en configurar el hardware de forma remota en segmentos de aplicaciones específicos, como el seguimiento de activos, la telemática y la supervisión basada en condiciones.