Las organizaciones europeas no están pensando en el futuro del trabajo

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Un reciente estudio de IDC revela que menos de un tercio de las empresas europeas ha elaborado una estrategia con respecto al futuro del trabajo. Esto pone de manifiesto que no están entendiendo los cambios que conlleva la introducción de las nuevas tecnologías, que requieren una recapacitación de los trabajadores para mantener la economía.

Las nuevas tecnologías no solo están reconfigurando el espacio de trabajo, sino que están cambiando profundamente todo el entorno laboral, modificando los roles y añadiendo nuevos requisitos de capacitación de cara al futuro. Teniendo en cuenta que el trabajo es uno de los aspectos fundamentales de la vida de las personas, los trabajadores deben adaptarse a los nuevos tiempos, pero también las propias empresas.

Pero en el reciente estudio “Preparados para el futuro del trabajo”, elaborado por IDC para Dell y VMware, se revela que solo el 29% de las organizaciones en Europa afirma haber establecido con éxito una estrategia para el futuro del trabajo. Esto consiste en adoptar una visión holística e integradora, que incluya a los trabajadores en los planes de futuro de la empresa, contribuyendo a adaptar sus conocimientos a las nuevas necesidades tecnológicas que conlleva la transformación digital y las innovaciones que vendrán en el futuro.

Esto va a en sintonía con lo que se denomina Future of Work Determined Organization (FDO), un concepto de empresa que está verdaderamente comprometida con el futuro del trabajo y, por tanto, de la sociedad y su economía. Según indica el informe de IDC, en España, el 56% de las FDO ya han iniciado programas de recapacitación de los empleados, para que puedan trabajar con las nuevas herramientas digitales, situándose por encima de la media europea (50%).

Además, un 48% de las FDO en España reconoce que la productividad de los trabajadores es el principal motor de la transformación digital del espacio de trabajo. Y, en general, las empresas de nuestro país opinan que las plataformas basadas en la nube, el software de seguridad móvil y el acceso a aplicaciones desde dispositivos móviles son factores clave para incrementar la productividad de los trabajadores.

Un dato interesante sobre esta corriente de transformación es que un 50% de estas empresas en España ya ha implementado asistentes digitales inteligentes, mientras que una cuarta parte ya está usando, o va a implementar, funciones de back office basadas en inteligencia artificial. Pero IDC afirma que contribuir a desarrollar el futuro del trabajo de forma sostenible no consiste solo en capacitar a los empleados para trabajar con herramientas digitales, sino que se debe rediseñar profundamente el espacio de trabajo.

En este sentido, el 43% de las empresas de España cree que rediseñar el espacio de trabajo para ganar en productividad es una parte fundamental del programa integral que han iniciado para el futuro del trabajo. Pero también opinan que toda la organización debe implicarse en este cambio, y según IDC un 43% de las empresas consultadas en España ya ha lanzado políticas que apoyan este enfoque, como la flexibilidad horaria o el teletrabajo. Y más de la mitad opina que la flexibilidad ayudará a mejorar la productividad y la satisfacción del empleado, lo que redunda en beneficios para la organización, que van más allá de lo meramente económico.

Aunque el estudio también revela una serie de desafíos que enfrentan las empresas que quieren aplicar la innovación al espacio de trabajo. Los principales se refieren a la seguridad y a la gestión, pero también la redundancia de sistemas TI afecta a la buena integración de las nuevas tecnologías, como señala un 34% de las organizaciones encuestadas. Otros son las grandes diferencias que existen entre las distintas generaciones que componen la plantilla, que como media en Europa abarca la generación X (35%), la generación Y (38%) y la generación Z (7%). Esto fomenta ciertos conflictos entre los diferentes grupos de trabajadores, poniendo obstáculos para la implementación de medidas innovadoras, como ha reconocido un 29% de las empresas europeas y un 38% de las españolas, que consideran este factor como el segundo obstáculo más importante para la renovación del espacio de trabajo.