Las industrias digitalizadas obtienen mejores resultados

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La estrategia de modernización de la industria a través de la automatización persigue aumentar la eficiencia y la calidad en los procesos de fabricación, y un estudio recientemente publicado lo corrobora. Según esta investigación los fabricantes que han robotizado sus fábricas están logrando vender hasta cinco veces más que la competencia.

El catedrático de Economía e investigador de los Estudios de Economía y empresa de la Universidad Oberta de Cataluña, Joan Torrent, acaba de publicar un estudio sobre el impacto de la robotización en los negocios de la industria manufacturera. En esta investigación ha revelado que las empresas que han robotizado sus procesos logran incrementar su facturación y sus ventas. Además, están logrando incrementar el valor añadido de sus negocios y otras ventajas como mejorar los salarios medios de sus trabajadores.

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Esta información sugiere que la robotización y el fomento de la innovación es el camino correcto para las empresas industriales, y que sienta las bases para la competitividad en el presente y el futuro de sus negocios. Esta investigación se ha realizado a lo largo de los últimos 25 años y su autor ha analizado la actividad y los resultados económicos de 1.190 empresas catalanas durante este tiempo, tas el cual a conclusión está bastante clara: la automatización mediante la robotización y la apuesta por la innovación son muy beneficiosas para el sector industrial.

Sus datos revelan que las compañías que han seguido este camino logran ingresar hasta 5 veces más que las no robotizadas. Pero, por otro lado, Torrent afirma que gran parte de los empresarios que han participado en este estudio, afincados en Cataluña, no saben sacar todo el partido al paradigma de la industria 4.0, por lo que están desperdiciando la oportunidad de rentabilizar aún más sus inversiones en la digitalización y la automatización de los procesos industriales.

Entre los datos que arroja este estudio destacan cosas como que en los 20 años que abarca este estudio se ha duplicado la cantidad de robots en las industrias catalanas. Mientras que en los años ’90 solo un 19,3% de las empresas de la región tenía alguno de sus procesos robotizados, en 2016 el porcentaje subió hasta el 39,4%. O que las empresas que no están robotizadas con un 75,5% menos eficientes que las que sí lo están.

En la parte de la creación de empleo las cifras no están tan claras, y el estudio no ha sido capaz de determinar si la mayor inversión en tecnología ha perjudicado o beneficiado a la fuerza laboral de la industria. Según indica el autor del estudio, esto se debe a que a corto plazo la automatización destruye puestos de trabajo, pero a largo plazo acaba creando puestos de trabajo de otro tipo. Y no se establece una relación directa en un sentido, ya que la automatización mediante la robótica y otras tecnologías de la industria 4.0 genera una transformación que no supone simplemente la sustitución de trabajadores por máquinas.

Los cambios que trae este nuevo modelo son más profundos, y no han logrado establecer relaciones directas en cuanto al impacto en la fuerza laboral o la productividad general, ya que la transformación abarca desde el nivel operativo a la propia organización interna de departamentos y procesos. Según Torrent, “Las relaciones de complementariedad tecnológica no se están traduciendo en mejoras de la productividad, lo cual nos da un toque de atención sobre las otras dimensiones de la generación de valor que habría que adaptar para explotar todo el potencial de la transformación digital”.

Finalmente, el estudio ha desvelado diferencias entre el grado de robotización de los diferentes tamaños de las empresas. Según esta investigación, en los últimos 20 años las empresas pequeñas y medianas han realizado unas inversiones considerablemente menores que las grandes empresas, tanto en robotización como en innovación. Esto se ha reducido, lógicamente, en un avance considerablemente menor a nivel tecnológico y en cuanto a la transformación digital, lo que incrementa el riesgo de quedar desbancadas por la competencia.

Así, las pequeñas y medianas empresas, que han invertido menos en cambiar un modelo de la industria 4.0, se están viendo desplazadas por las empresas más grandes, lo que eleva el riesgo de acabar desapareciendo. Por ello, Torrent recomienda a estas empresas que hagan un esfuerzo por adoptar las nuevas tecnologías asociadas a su industria, de forma que puedan ser más competitivas de cara al futuro. Y también insta a las administraciones pública a que desarrollen políticas para fomentar estas inversiones, fortaleciendo el tejido empresarial más sensible.