Los fabricantes asiáticos relajan sus planes para trasladar sus instalaciones de China

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Como consecuencia de los aranceles impuestos por Estados Unidos a los productos fabricados en China, los fabricantes de tecnología asiáticos han decidido trasladar muchas de sus cadenas de producción a otros países. Pero hacer esto está resultando algo más difícil de lo previsto y la pandemia lo ha complicado aún más, por lo que ahora muchas de estas empresas están más centradas en controlar el inventario que en el traslado.

El origen de la mayor parte de la tecnología se encuentra en el sudeste asiático, donde se concentran la mayor parte de fábricas de ordenadores, dispositivos móviles y de todos los componentes electrónicos que integran. Asimismo, muchas de estas empresas han construido sus fábricas en China para abaratar costes, pero el conflicto comercial entre este país y Estados Unidos se está pasando factura.

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Y precisamente de eso se trata, ya que Norteamérica es uno de los mercados más importantes para muchas de estas empresas, y los aranceles que ha impuesto la administración Trump a los productos manufacturados en China reducen sus ganancias. Por ese motivo, muchos fabricantes de la región decidieron trasladar sus fábricas en China a otros países, un proceso costoso que con la irrupción de la pandemia se ha vuelto más complicado de llevar a cabo.

La pandemia ha afectado a las cadenas de suministro en todo el mundo, retrasando la disponibilidad de todo tipo de productos, tanto para los clientes finales como para los fabricantes. Un ejemplo son los proveedores de tecnología, que ya están teniendo problemas para satisfacer la demanda de ciertos productos, y temen que en un futuro cercano sufran de una mayor falta de suministro de componentes y materiales básicos. Por ello, importantes firmas taiwanesas ya han reconocido públicamente que sus planes de trasladar las fábricas en China a otros países van a retrasarse.

Afirman que ante la situación que están viviendo, y con la posibilidad de un rebrote en perspectiva, van a centrarse más en optimizar el inventario que en seguir gastando para construir nuevas fábricas y trasladar sus equipos de producción. De esta forma quieren prepararse para poder cubrir los pedidos de sus clientes en el futuro cercano, y ahorrar por si la crisis económica que se está gestando se intensifica en la segunda mitad del año.

Esto, a su vez, tendrá un impacto económico en los países donde se van a construir estas nuevas fábricas, que incluyen Taiwán, Malasia, Vietnam o Filipinas. Pero también México, donde muchos fabricantes asiáticos de tecnología querían afincarse para potenciar sus negocios con Norteamérica, sobre todo tras el reciente acuerdo comercial entre México, Estados Unidos y Canadá.