La automatización en las fábricas no puede minimizar los retrasos en la cadena de suministro

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Un buen número de fabricantes han implementado sistemas de automatización basados en IoT y robótica avanzada, lo que les permite mantener sus operaciones con el mínimo de personal. Pero con ello las fábricas no pueden suplir la carencia de materiales base para la fabricación, y los proveedores de estos productos se han convertido en el eslabón más débil de toda la cadena de suministro.

La automatización en las fábricas está permitiendo a las empresas manufactureras mantener en marcha la mayor parte de sus operaciones a pesar del impacto del coronavirus, ya que necesitan poco personal para que las máquinas funcionen a un rendimiento aceptable. En el caso de esta industria, los trabajadores que no necesitan personarse en las instalaciones son minoría, y en la mayoría de los casos están pudiendo desempeñar sus funciones a través del teletrabajo.

Pero la automatización inteligente, basada en la robótica, la monitorización IoT y la inteligencia artificial no pueden aplicarse para combatir el principal problema al que se enfrentan los fabricantes, que es la carencia de materia primas para sus productos. Según la última investigación de ABI Research, es difícil valorar adecuadamente el impacto que tendrá la pandemia del COVID-19 en la cadena de suministro. Pero afirman tajantemente que reducirá drásticamente los ingresos de la industria manufacturera, que bajarán por debajo de los 15 trillones de dólares que han pronosticado anteriormente para el año 2020.

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Esta imprecisión se debe a que piensan que la expansión de la enfermedad tendrá ramificaciones a corto y largo plazo para los fabricantes. En palabras de Michael Larner, analista principal de ABI Research, “inicialmente, los gerentes de planta y los propietarios de fábricas buscarán asegurar los suministros y apreciarán las limitaciones en la cadena de suministro más la influencia que tienen en sus proveedores”. Posteriormente, afirman que los fabricantes necesitarán estudiar cuidadosamente su exposición al riesgo, y el impacto que tiene para ellos el riesgo de sus propios proveedores de materias primas.

A la luz de la situación actual se está pudiendo comprobar cómo los fabricantes que logran gestionar mejor su inventario y equilibrar mejor sus flujos de fabricación con la capacidad de sus proveedores de materias primas están consiguiendo mantener sus operaciones. Según Larner, “para mitigar los riesgos de la cadena de suministro, los fabricantes no solo no deben obtener componentes de un solo proveedor, sino que, como ha destacado el COVID-19, no deben obtener de proveedores en una sola ubicación”.

A grandes rasgos, los analistas de ABI Research prevén que el impacto de la cadena de suministro en las operaciones de fabricación impulsará el gasto de los fabricantes en software de planificación de recursos empresariales. Esto hará que el mercado de soluciones ERP alcance un valor estimado de 14.000 millones de dólares para 2024, lo que beneficiará a los proveedores que sepan ampliar las capacidades de su oferta para contemplar las cuestiones relativa a la cadena de suministro.

Como dice Larner en su informe, “la orquestación de la cadena de suministro requiere que el software sea más que un sistema de registro y proporcione análisis de riesgos y ejecute simulaciones, permitiendo a los fabricantes comprender y prepararse para los choques de la cadena de suministro”. Concluyó apuntando una de las mayores carencias de los enfoques de automatización actuales: que “las inversiones en robótica o sensores IoT y similares asumen que las líneas de ensamblaje reciben un flujo constante de materias primas”. Ahora, el “COVID-19 demuestra que los fabricantes deben centrarse tanto en las capacidades de sus proveedores como en su fábrica”.