La industria médica se apoyará cada vez más en las tecnologías de wearables

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En los próximos años las empresas del sector sanitario van a apostar con fuerza por los wearables como plataforma para integrar sensores capaces de monitorizar constantes físicas de los pacientes. Esto permitirá llevar un control más riguroso de las condiciones de salud de las personas, alertando en caso de posibles enfermedades, como la COVID-19.

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Monitorizar la salud de forma remota se está convirtiendo en una prioridad para muchos países y sistemas sanitarios, especialmente desde que dio comienzo la pandemia. Los analistas de la firma Yole Développement han realizado una investigación para entender mejor cómo se está moviendo el sector tecnológico en el ámbito de la salud, que constata el papel fundamental que tendrán los wearables en la nueva industria sanitaria, a raíz de la pandemia de COVID-19.

En palabras de Jérôme Mouly, analista senior de tecnología y mercado, y desarrollador comercial de Yole Développement, “la era de los wearables definitivamente está aquí y está confirmada por la adopción de los grandes consumidores. Como resultado, se espera que el mercado de estos dispositivos portátiles crecerá a una CAGR del 11,2% entre 2019 y 2025, para cuando se espera que alcance un valor de unos 97.900 millones de dólares. Y, de estos ingresos, 35.000 millones podrían deberse a los dispositivos audibles, 25.000 de ellos correspondientes al segmento de auriculares.

Al mismo tiempo, los expertos afirman que lo wearables de consumo están encontrando su lugar en el ámbito de las aplicaciones médicas, aunque para contar con verdaderos monitores de salud habrá que esperar a que los fabricantes sean capaces de integrar nuevos dispositivos sensores que puedan capturar ciertas condiciones físicas clave para realizar un diagnóstico preciso de las dolencias de los pacientes. Por ahora, desde Yole explican que Apple domina el mercado de wearables con una cuota de mercado global de casi el 40%. Mientras tanto, Samsung y Xiaomi solo han logrado capturar un 7% y un 6%, respectivamente.

Para Mouly, “dos aplicaciones principales son el fitness y la salud. Si los atletas adoptaron rápidamente brazaletes conectados para realizar un seguimiento de su rendimiento, las aplicaciones de salud se harán cargo rápidamente de un público más amplio que ya usaba relojes inteligentes y auriculares, estos últimos mostrando un gran interés. Este éxito se explica por la necesidad de realizar mediciones propias, que permitan a las personas monitorear sus parámetros de salud siguiendo un enfoque preventivo frente a la prevalencia continua de enfermedades crónicas, e impulsado por una transformación de los sistemas de salud para luchar contra los costos”.

Finalmente, destaca que “los desarrollos de plataformas de biosensores integrados en dispositivos portátiles ahora están logrando un rendimiento de grado médico, y están integrados en relojes inteligentes, así como más recientemente en auriculares. Pero en esta batalla los dispositivos portátiles para consumidores ofrecen precios asequibles y oportunidades de fabricación de mayor volumen, que podrían beneficiarse de estudios clínicos a gran escala con generación masiva de datos”.