Las marcas que dominen el Social Commerce tendrán una ventaja a largo plazo
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Crear una experiencia de compra basada en la confianza es fundamental para lograr el éxito. Cuando las redes sociales y los vendedores superen la barrera de la confianza, los compradores se convertirán en clientes habituales. Se prevé que el crecimiento de las ventas a través del comercio social se mantenga por encima de los niveles pre-pandémicos hasta 2024.
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A pesar de su éxito en China, tanto los consumidores europeos como los norteamericanos no han mostrado el mismo interés por el Social Commerce, hasta el punto de que Meta decidió cerrar sus funciones Facebook Live Shopping e Instagram Afiliados. Así mismo, TikTok ha abandonado sus planes de ecommerce y ha retrasado el lanzamiento de su Live Shopping. Con casi todas las grandes redes sociales dando marcha atrás en sus planes de comercio social, el que parecía un futuro prometedor para las compras a través de redes sociales está más lejos de lo previsto. Sin embargo, los profesionales del marketing tienen la oportunidad de apostar por el Social Commerce y apoyar a sus clientes.
En el Informe anual de Tendencias Sociales de Hootsuite se preguntó a los profesionales del marketing cuáles creían que eran los mayores obstáculos para los compradores en redes sociales. Y, aunque estos creen que la culpa es de la desconfianza en las redes, los datos sugieren que no se dan cuenta de que tienen un papel aún más importante que desempeñar.
De los encuestados, el 37% afirmó que la preocupación por introducir información de pago en las redes sociales era el mayor problema para los compradores. Para superar la falta de confianza y convertir a los compradores escépticos en clientes, los vendedores tendrán que ofrecer devoluciones y reembolsos sencillos, mostrar valoraciones y reseñas de otros compradores y mantener informados a los clientes sobre el estado de sus pedidos a lo largo de todo el proceso de compra. Cuando las redes sociales y los vendedores superen esa barrera de la confianza, los compradores se convertirán en clientes habituales.
En 2023 es probable que veamos cómo se reducen las funciones de Social Commerce, ya que muchas empresas reaccionarán precipitadamente y dejarán de invertir en sus comercios sociales. Las marcas proactivas seguirán aprovechando la oportunidad que se les presenta y disfrutarán viendo cómo sus competidores abandonan antes de tiempo sus planes de comercio social, dejando el terreno completamente libre a quienes tengan la paciencia necesaria para esperar.
Y es que, aunque el aumento del número de consumidores en redes sociales se está ralentizando, el volumen de ventas del comercio social sigue creciendo. Así, 2023 supondrá un punto de inflexión para los primeros en adoptarlo y para los que perseveren durante el periodo de estancamiento. De esta forma, el comercio social no desaparecerá, pero su adopción generalizada podría tardar más de lo que pensamos.