Pocas empresas aprovechan la inteligencia artificial para detectar el fraude

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Esta es la conclusión de un reciente estudio, que indica que solo el 13% de las organizaciones están utilizando la inteligencia artificial o el aprendizaje automático para detectar el fraude. Aunque gran parte de las empresas se plantea comenzar a hacerlo, a la luz de los buenos resultados que están mostrando estas tecnologías en este campo.

Como indica el estudio elaborado por la Asociación de Examinadores de Fraude Certificados (ACFE), en colaboración con SAS, las tecnologías antifraude están evolucionando, pero todavía son pocas las empresas que emplean la inteligencia artificial o el aprendizaje automático para potenciar la detección del fraude. Concretamente, solo un 13% de los entrevistados afirma que está empleando estas tecnologías emergentes para mejorar estos procesos, aunque una cuarta parte ha manifestado que tiene intención de adoptarlas en los próximos dos años.

En general, el 55% de los entrevistados están abiertos a aumentar su inversión en tecnologías antifraude en los próximos dos años, pero todavía son pocos los que se plantean seriamente aplicar la IA o el ML en sus estrategias antifraude. Algo similar está ocurriendo con las tecnologías de identificación biométrica, que por ahora solo están presentes en 1 de cada 4 empresas consultadas, y solo un 16% tiene pensado usar datos biométricos para el año 2021.

Aunque cabe destacar que para este año un 72% de las empresas afirma que utilizará la monitorización automatizada, los informes de excepciones y la detección de anomalías para combatir el fraude. Por ello, se espera que el uso de analítica y modelos predictivos en este campo pasará del 22% al 52%, y la visualización de datos del 35% al 47%. Como dijo Bruce Dorris, presidente y CEO de ACFE, “Dado que los delincuentes se apoyan en las nuevas tecnologías para cometer nuevos tipos de delitos, los profesionales que luchan contra el fraude deben adoptar también nuevas tecnologías, pero más avanzadas que ellos para detenerlos”.

Para lograr estos objetivos, Dorris afirma que las empresas necesitan invertir en tecnologías que contrarresten las nuevas capacidades de los delincuentes, pero señala que es preciso evaluar con cuidado las diferentes opciones que existen, considerando el potencial de la inteligencia artificial o el aprendizaje automático para detectar el fraude, en términos de coste-beneficio.