Los problemas de suministro dificultarán la transición a los vehículos eléctricos

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A lo largo de esta década los fabricantes de automóviles pretenden llevar a cabo una gran transformación en su industria, sustituyendo los motores de combustión por los eléctricos para 2030. Pero tanto este avance como la introducción de los coches autónomos se verán lastrados por los constantes problemas en la cadena de suministro de las modernas tecnologías que integrarán estos vehículos, lo que obligará a seguir fabricante coches convencionales.

Según un informe publicado por ABI Research, los OEM de automoción tienen previsto invertir 515.000 millones de dólares en tecnología y en la transición de la industria hacia los coches eléctricos, un objetivo que pretenden alcanzar para el año 2030. Para lograrlo deberán llevar a cabo una profunda transformación en sus propias plantas de fabricación, en las que se emplearán numerosas tecnologías y procesos de producción diferentes a las actuales.

Aunque la hoja de ruta de las principales marcas está bastante clara, los expertos afirman que este avance se verá dificultado por los constantes problemas relacionados con la cadena de suministro. Los expertos afirman que los fabricantes no han sido capaces de reconocer el nivel del desafío al que se enfrentan, ya que existen otros impactos imprevistos que tendrá la transición hacia los vehículos eléctricos en la cadena de suministro y, por ende, en su capacidad para alcanzar sus objetivos.

Ryan Martin, director de investigación industrial y de fabricación en ABI Research, explica que “específicamente, los fabricantes de automóviles, desde GM y Ford hasta VW y Mercedes, deberán mantener el desarrollo simultáneo de modelos de motor de combustión interna (ICE) nuevos/actualizados y la introducción de modelos de vehículos eléctricos diferenciados (modelos que no son variantes de tren motriz de los modelos ICE existentes)”.

Opina que “los fabricantes de automóviles establecidos también deben lidiar con la afluencia de nuevos participantes OEM más allá de Tesla, incluidos Lucid Motors, Rivian y Fisker. Estas presiones del mercado requerirán un nivel elevado de nuevos modelos que aborden las limitaciones de la capacidad operativa, que se han pasado por alto en gran medida”.

Por su parte, Jake Saunders, vicepresidente de ABI Research, explica que los vehículos modernos cuentan con decenas de miles de piezas que provienen generalmente de una red de proveedores globales, muchas de ellas personalizadas para cada modelo o plataforma empleada por los OEM. Y afirma que “la gestión de programas automotrices no ha recibido la misma atención gerencial ni el mismo nivel de inversión que la cadena de suministro que la respalda”.

Martin señala que la capacidad de los proveedores para administrar los lanzamientos de nuevos modelos es limitada y sus recursos se están agotando. Y concluye diciendo que “a menos que los fabricantes de automóviles y los proveedores tomen las iniciativas necesarias para expandir la capacidad general de lanzamiento del programa, sus objetivos de electrificación están amenazados”.