Estados Unidos modificará la regulación de drones para habilitar nuevas posibilidades y un mayor control de las operaciones

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La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos acaba de anunciar que modificará la regulación de las operaciones con drones para habilitar nuevas posibilidades a los consumidores y pilotos profesionales. Entre estos cambios está el permiso para volar sobre personas con drones pequeños o las operaciones nocturnas, pero las autoridades también avanzan hacia la obligación de contar con sistemas de identificación remota, lo que se enfrenta a la oposición de fabricantes.

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Las aeronaves pilotadas de forma remota (RPAs) se han convertido en herramientas muy importantes para muchas empresas, y también en una forma de ocio emergente, pero en muchos lugares como Europa su regulación es muy restrictiva. No es el caso de Estados Unidos, cuyas autoridades han regulado desde hace tiempo de forma bastante abierta, permitiendo que los negocios vinculados a los drones fluyan con bastante libertad, y ahora han anunciado cambios que abren nuevas posibilidades, pero que a su vez encierran medidas muy polémicas.

La normativa que están preparando habilitará el vuelo con drones pequeños sobre personas, algo que no está permitido en muchos otros lugares, pero que según su visión es fundamental para expandir el uso de estos aparatos con fines lúdicos o de aprendizaje. También permitirá el vuelo nocturno de drones bajo ciertas condiciones, lo que contribuirá a expandir el mercado de drones.

Al mismo tiempo, la FAA afirma que continuará con sus pretensiones de implementar la obligatoriedad de contar con sistemas de identificación remota, lo que se enfrenta a una fuerte oposición en varios sentidos. Por un lado, para ciertas organizaciones esta medida implicaría ciertos problemas en materia de privacidad. Por otro, los fabricantes afirman que esto supondría la eliminación de la inmensa mayoría de drones en uso y a la venta actualmente, que no cuentan con la tecnología necesaria para este tipo de identificación, algo excesivamente complejo y costoso.

En especial la marca china DJI, líder indiscutible de la industria nivel mundial, que está sufriendo actualmente el acoso de las autoridades estadounidenses al ser incluida en la lista negra de empresas sospechosas de colaborar con los servicios de inteligencia chinos. Algo similar opinan desde otras empresas estadounidenses, que anticipan un aumento dramático de los costes de propiedad y de las operaciones con drones, debido a la necesidad de sustituir los equipos actuales.

Mientas tanto, la FAA afirma que el denominado “Remote ID” ayudará a “mitigar los riesgos asociados con las operaciones ampliadas de drones, como vuelos sobre personas y por la noche, y ambas reglas respaldan la innovación y los avances tecnológicos y operativos”. Explican que se requeriría la identificación remota de todos los drones que pesen 250 gramos o más, pero también para drones más pequeños en ciertas circunstancias, medidas que permitirán integrar totalmente el uso de drones en la gestión del espacio aéreo nacional.

En opinión de Elaine L. Chao, Secretaria de Transporte de Estados Unidos, “estas reglas finales abordan cuidadosamente las preocupaciones de seguridad, protección y privacidad al tiempo que avanzan las oportunidades para la innovación y la utilización de la tecnología de drones”. Estas medidas ponen trabas a la industria de drones, tal como se concibe actualmente, y tiene claros tintes de ser un paso más en la lucha contra la supremacía del proveedor chino DJI.

Por ahora, la industria estadounidense no tiene este impulso, ni en producto ni en innovación. Como explican desde la industria nacional, si la administración del país quiere acabar con el liderazgo de empresas extranjeras dentro de sus fronteras debería trabajar para apoyarles, y no solo a través de regulaciones que persigan penalizar a los proveedores de otros países como China.

Las alegaciones de la FAA van en el sentido de lograr una integración real de las operaciones con drones, en sus diversas modalidades, dentro de la regulación del espacio aéreo del país, garantizando la seguridad y la lucha contra las irregularidades. Así, beneficia a los pilotos no comerciales en sus actividades, potencialmente inofensivas y centradas en el ocio, y ofrece más facilidades para ciertas operaciones comerciales que actualmente requieren permisos especiales.

Para Steve Dickson, administrador de la FAA, “las nuevas reglas dan paso a una mayor integración de los drones en nuestro espacio aéreo al abordar las preocupaciones de seguridad. Nos acercan al día en que veremos de forma más rutinaria operaciones con drones, como la entrega de paquetes”. Estas reglas entrarán en vigor 60 días después de su publicación en el registro federal, que se realizará este mismo mes, y los fabricantes de drones tendrán 18 meses para comenzar la producción de nuevos modelos con Remote ID, y los operadores tendrán otro año más para proporcionar esta capacidad.