Internet demuestra su capacidad para resistir el crecimiento digital provocado por la pandemia

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Este año las infraestructuras que dan vida a Internet se han enfrentado a la prueba más dura hasta la fecha, ya que se ha producido un crecimiento sin precedentes en el uso de servicios online y aplicaciones en la nube. Los responsables de gestionar el tráfico mundial afirmaban que podrían soportar este sobreesfuerzo cuando comenzó la crisis, y ahora lo han demostrado científicamente, en un estudio cuyo objetivo es analizar a fondo esta situación para saber cómo prepararse de cara al futuro.

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Desde sus inicios, el confinamiento impuesto para prevenir el contagio de la pandemia de COVID-19 condujo a un mayor uso de servicios digitales. Por un lado, muchas empresas se vieron obligadas a implementar el teletrabajo para seguir funcionando, lo que elevó el uso de servicios en la nube. Tanto los que ya se usaban comúnmente por las organizaciones como otras categorías que se han expandido de forma totalmente imprevista, por ejemplo, las aplicaciones de comunicaciones unificadas y colaboración.

Por otra parte, el ocio digital se ha disparado, ya que se ha convertido en una de las principales vías de escape de las personas que se han visto recluidas en sus hogares. Esto se ha traducido en un gran incremento del consumo de contenido audiovisual online y del uso de juegos online, que ha puesto a prueba la disponibilidad de ancho de banda en muchas regiones. Pero, desde el inicio de la pandemia, cuando se comenzó a percibir esta tendencia, las empresas que gestionan el acceso mundial a Internet afirmaban que las infraestructuras estaban preparadas para superar estos picos de tráfico. Aunque en ciertos momentos del año se han reportado interrupciones en el acceso a Internet en ciertas regiones, la industria sigue afirmando que la red es lo suficientemente sólida como para superar la crisis.

Ahora, un equipo formado por miembros de DE-CIX, BENOCS GmbH, la Universidad Técnica de Brandenburgo Cottbus-Senftenberg, el Instituto IMDEA Networks de Madrid, el Instituto Max Planck de Informática y la Universidad Carlos III de Madrid, han realizado una investigación para conocer en profundidad cómo han funcionado estas infraestructuras entre enero y junio de 2020, y determinar si han estado a la altura del reto. Además, su objetivo ha sido anticipar las mejores estrategias para superar posibles situaciones similares que se puedan presentar en el futuro.

La conclusión principal es que las infraestructuras que conforman la red global de Internet han sido capaces de soportar el crecimiento de tráfico sin precedentes. Destaca especialmente el crecimiento en el uso de servicios de videoconferencia y redes privadas virtuales, que se han convertido en importantes generadores de tráfico por parte de las empresas. Además, se ha detectado un importante cambio de tendencia en la forma de consumir ancho de banda. Según esta investigación, el tráfico durante los días laborales ha aumentado hasta equipararse a los niveles de los fines de semana, y las horas de más uso de Internet ya no son las nocturnas, sino que el uso de la Red se ha distribuido más a lo largo del día.

El jefe global de investigación y productos DE-CIX, el Dr. Christoph Dietzel, comenta que “con todos los cambios en el uso y el crecimiento extremo en el tráfico de datos global este año, que también hemos observado en Frankfurt, ha habido una creciente preocupación entre los usuarios de que Internet no sostendrá este crecimiento a largo plazo. Pero el caso es exactamente lo contrario: Internet ha desafiado la pandemia, soportando la carga mundial prolongada de COVID-19, y ahora hemos podido demostrarlo científicamente”.

Explica que la resistencia de las infraestructuras globales de Internet se ha demostrado sobradamente, cumpliendo con su objetivo inicial de garantizar la resiliencia y capacidad de la red ante cualquier situación. Y afirma que la prueba está en cómo se ha podido sobrellevar el gran incremento de tráfico y los cambios en las horas punta, algo que se ha logrado gracias a la capacidad de reserva presente en los principales nodos de la red. En la conclusión de su informe se muestra convencido de que la red de Internet es lo suficientemente robusta como para superar esta y otras crisis, gracias precisamente a la buena planificación que hay detrás de la construcción de las infraestructuras a nivel global.