El 33% de los líderes de la cadena de suministro se habrán mudado fuera de China para 2023

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Antes de que la pandemia pusiese de manifiesto los problemas de que la cadena de suministro tecnológica estuviese muy centralizada en China, muchas empresas tenían planes de mudarse a otros países para desvincularse del conflicto comercial con Estados Unidos. Ahora, los expertos afirman que para el año 2023 el 33% de los líderes de la cadena de suministro global se habrán mudado a otras regiones.

Los aranceles que ha impuesto Estados Unidos a los productos manufacturados en China son solo una muestra de los problemas que enfrentan las compañías que se ven en medio de un conflicto comercial de esta envergadura. Muchas empresas no quieren verse afectadas por esta situación, que además podría prolongarse durante muchos años, lo que ha motivado que muchos fabricantes afincados en China estén pensando trasladar sus operaciones a otros países.

Este proceso ya ha empezado y ciertas firmas han comenzado a construir nuevas fábricas en sus países de origen, o en otros que les ofrecen ventajas, en un éxodo que continuará durante los próximos años. A esta tendencia se ha sumado el factor COVID, que ha revelado la debilidad de una cadena de suministro excesivamente centralizada. Y ante la gran probabilidad de que se repita una crisis sanitaria como la actual, los líderes de la cadena de suministro están decididos a proteger sus intereses, descentralizando su estructura.

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Según una reciente encuesta de Gartner, realizada entre febrero y marzo a 260 líderes mundiales de la cadena de suministro, el 33% de ellos afirma que ya ha trasladado las actividades de abastecimiento y fabricación fuera de China, o planea hacerlo en los próximos 2 o 3 años. Y afirman que esto responde a diferentes factores y presiones que han sufrido en los últimos años, y el COVID solo es uno de ellos. Como explica Kamala Raman, analista senior de Gartner para la Práctica de la cadena de Suministro, “las cadenas de suministro globales estaban siendo interrumpidas mucho antes de que surgiera COVID-19”.

En su informe explica que “ya en 2018 y 2019, la guerra comercial entre Estados Unidos y China hizo que los líderes de la cadena de suministro fueran conscientes de las debilidades de sus cadenas de suministro globalizadas, y se cuestionasen la lógica de las redes altamente externalizadas, concentradas e interdependientes. Como resultado, surgió un nuevo enfoque en la resistencia de la red y la idea de una fabricación más regional”.

Raman señala que, a causa de los aranceles impuestos por el gobierno estadounidense, los costos de la cadena de suministro han aumentado hasta un 10% para el 40% de las organizaciones. Y para algo más de una cuarta parte de los encuestados el impacto ha sido todavía mayor, lo que lleva inevitablemente a un cambio de estrategia de cara al futuro, que en este caso pasa por trasladarse a otras ubicaciones. Según comenta Raman, “las ubicaciones alternativas más populares son Vietnam, India y México. La segunda razón principal para sacar negocios de China es que los líderes de la cadena de suministro desean que sus redes sean más resistentes”.

Según este informe, solo el 21% de los encuestados cree que cuenta con una red lo suficientemente resistente ante el impacto de factores como las guerras comerciales o una eventual pandemia. Esto supone contar con la suficiente visibilidad y agilidad para cambiar de estrategia con rapidez ante cambios disruptivos que puedan afectar a las capacidades de fabricación, abastecimiento y distribución. Por su parte, el 55% de los líderes encuestados prevé que obtendrá estas capacidades en los próximos dos o tres años.

Otro dato que arroja este estudio es que todo este proceso no será sencillo ni barato, y el 58% de los entrevistados augura importantes costes que se tardará tiempo en compensar. Como explica Raman, “nos encontramos en una encrucijada en la evaluación de las cadenas de suministro globales que enfrenta a los sistemas just-in-time, diseñados para mejorar la eficiencia operativa, frente a planes just-in-case, que enfatizan la planificación y la preparación para una variedad de escenarios plausibles”. Y afirma que, para lograr un equilibrio, “los líderes de la cadena de suministro deben participar en la gestión de riesgos para evaluar la disposición de su organización a asumir riesgos, y decidir cómo cuantificar ese riesgo frente a otros objetivos de la red, como la rentabilidad.

Finalmente, el estudio destaca que los integrantes de la cadena de suministro están modificando su estrategia para acercarse más a sus clientes, algo que los expertos llevan tiempo recomendando. Y en el caso de la cadena de suministro supone añadir más miembros a este ecosistema, lo que aumenta la complejidad, pero tiene muchos beneficios potenciales. En conclusión, Raman dice que “muchas organizaciones occidentales tendrán que explorar nuevas formas de automatización en las fábricas para disminuir los costos de producción. Algunos también prefieren una opción parcial, como fabricar en Asia y acercar solo el ensamblaje final al cliente”.