China apuesta por el desarrollo de vehículos eléctricos y nueva tecnología y servicios para la conducción del futuro

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La industria china de automoción no está interesada en fabricar coches a la vieja usanza, sino que está apostando fuerte por los vehículos eléctricos, y ya cuenta con algunos de los principales fabricantes de baterías EV. Pero, además, se está volcando en el incipiente ecosistema de tecnologías de hardware, software y servicios para la conducción conectada y autónoma, lo que significará una gran competencia para el resto de países productores en el futuro.

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En las últimas dos décadas el mercado de la automoción en china ha ido creciendo y el país ha pasado de ser comprador de coches extranjeros a contar con sus propias fábricas y con una floreciente industria de componentes y repuestos para fabricantes de otros países. Pero una de las cosas más interesantes que tiene su industria es que no está mirando hacia el pasado, ya que os fabricantes locales solo parecen interesados en los vehículos eléctricos, un segmento en el que están volcando todos sus esfuerzos, y que está siendo bien acogido por los compradores.

De hecho, en 2019 el país acaparó el 48,2% de todos los vehículos eléctricos vendidos a nivel mundial (2,2 millones de unidades). Este volumen por ahora no puede competir con la venta total de vehículos en todo el mundo y los expertos opinan que los fabricantes norteamericanos, japoneses y europeos seguirán un tiempo liderando el mercado de coches, gracias a la venta de tecnologías tradicionales o híbridas, a la que poco a poco se van sumando los eléctricos.

Pero la industria China se ha posicionado como una de las proveedoras principales de piezas para todo tipo de vehículos, y actualmente las marcas extranjeras no pueden sobrevivir sin estos productos. Además, actualmente en torno al 30% de los vehículos de marcas como GM, Volkswagen y Honda se fabrican en el país, lo que deja al sector chino en una excelente posición de cara al futuro. Especialmente si se tiene en cuenta que China se ha convertido en un gran motor del segmento de eléctricos, y ya cuenta con 6 de los principales fabricantes mundiales de baterías EV, un componente fundamental para estos vehículos, que representa el 40% del coste total.

Esto ya da una pista de por dónde quiere moverse la industria automotriz de China de cara al futuro, pero no solo en lo que se refiere a maquinaria y piezas tradicionales para todo tipo de vehículos, ya que sus miras están puestas en las nuevas tecnologías que están avanzando en el campo de los coches conectados y la futura conducción autónoma. Porque muchas de las innovaciones que presentan los grandes fabricantes de coches en sus modelos de cabecera enfocados al ecosistema conectado del futuro emplean tecnologías fabricadas en China, y las empresas del país están trabajando para desarrollar sus propias innovaciones.

Y según los expertos esto abarca tanto hardware y software como un amplio ecosistema de servicios al conductor, que ya están comenzando a verse en occidente, pero que en China podrían alcanzar un volumen de mercado superior en menos tiempo. Esto generará grandes oportunidades a los proveedores de servicios y de infraestructura de computación perimetral y comunicaciones para el futuro ecosistema de conducción conectada y autónoma, que está comenzando a dar los primeros pasos. Y, sea como fuere, parece que en las próximas décadas China seguirá siendo el país de origen de muchas de las tecnologías que nutren a la industria de otros países, incluso a pesar de su conflicto comercial con Estados Unidos.