Hacen falta más políticas de inclusión y diversidad en los departamentos de TI

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Las prácticas de inclusión y diversidad proporcionan beneficios medibles a las empresas de ámbito internacional, en términos de innovación y diferenciación, aumento de ingresos y satisfacción del cliente. Pero solo un 10% las aplica en sus departamentos de tecnología, lo que puede dejarlos en una posición de clara desventaja frente a sus competidores.

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Un estudio llevado a cabo por el Instituto Capgemini, denominado “The key to designing inclusive tech: creating diverse and inclusive tech teams” revela que las prácticas de inclusión y diversidad proporcionan beneficios fundamentales para el negocio a las empresas que operan a nivel internacional. Para un 67% son una fuente de innovación y diferenciación, mientras que un 56% considera que permiten incrementar los ingresos, y un 51% las relacionan con una mayor satisfacción del cliente. Esto tiene mucho que ver con la percepción que tienen los clientes de la marca, ya que cada vez están mejor informados, son más sensibles a las prácticas discriminatorias y demandan productos más inclusivos.

Esto tiene mucho que ver con la implementación de estas prácticas en los departamentos de TI, que en muchas empresas intervienen de forma activa en el desarrollo de nuevos productos y servicios. Además, las empresas que no tienen en cuenta la diversidad pierden la oportunidad de capturar talento en áreas tecnológicas, ya que los jóvenes bien preparados prefieren trabajar en empresas que tienen en cuenta la inclusión y la diversidad.

Los resultados de esta investigación muestran que el 90% de las empresas internacionales están tratando de adoptar este tipo de prácticas en sus equipos de TI, pero hasta el momento solo el 10% lo ha hecho. Como en otros casos de cultura y política empresarial atrasada, la clave para avanzar en este camino es reconocer la falta de inclusión desde el propio nivel directivo. Y otra es que se ha demostrado una relación cada vez más directa entre la inclusión y la diversidad en el ámbito tecnológico y una mayor capacidad de innovación y de generación de ingresos.

Los expertos dicen que a presión por adquirir talento en áreas tecnológicas concretas con mucha demanda ha llevado a muchas empresas a obviar las prácticas de inclusión y diversidad, y se ha ampliado la brecha entre la percepción positiva de estas prácticas entre la dirección y la realidad experimentada por las mujeres y los miembros de minorías étnicas. Según Capgemini, el 85% de los directivos de las empresas internacionales cree que en su organización se ofrecen oportunidades equitativas de desarrollo personal y promoción a todos sus empleados, pero solo el 19% de las mujeres y miembros de minorías lo percibe igual.

Además, el 75% de los directivos cree que estas personas tienen un sentido de pertenencia a la organización, una opinión que solo coparte el 24% de estos empleados. El 53% de ellos se siente cómodo compartiendo experiencias personales con sus compañeros, mientras que solo el 9% siente lo mismo con respecto a los líderes de la empresa, lo que muestra que en realidad no se sienten parte de la organización.

Por otro lado, solo el 16% de las mujeres y los empleados pertenecientes a minorías étnicas que trabajan en los departamentos de tecnología creen que están bien representados en su área. Concretamente, solo uno de cada cinco empleados de TI es mujer y uno de cada seis pertenece a una minoría étnica. Y, además, estos sienten que tienen menos oportunidades de promocionar que los compañeros que no pertenecen al sexo femenino o a una minoría.

Esto no pasa desapercibido para los consumidores, que perciben esta aura discriminatoria en la propia tecnología, y la atribuyen a la falta de prácticas de diversidad e inclusión en el departamento tecnológico de los proveedores. Por ejemplo, en el sector financiero el 50% de las minorías étnicas cree que se le ofreció un crédito más bajo para determinados productos de banca online, un porcentaje que es del 28% en los clientes que no pertenecen a minorías étnicas. En el caso de la sanidad, el 43% de las mujeres y personas pertenecientes a minorías afirman que no se les ha ofrecido la posibilidad de ser atendidos en centros sanitarios de alto nivel económico, o en los que ofrecen los servicios más especializados.

Esto lleva a los consumidores a preocuparse cada vez más por las tecnologías discriminatorias, que generalmente proviene de empresas donde no se siguen políticas de inclusión y diversidad. Además, en las nuevas tecnologías se trabaja con datos de las personas, y las minorías temen que se utilicen para sesgar el tratamiento de los datos y discriminarles aún más, en campos clave como la búsqueda de empleo, la asistencia sanitaria o la concesión de créditos y ayudas.

Y, según Capgemini, sus preocupaciones tienen fundamento, ya que las empresas que aplican políticas de diversidad e inclusión tienen muchas más posibilidades de desarrollar productos y servicios inclusivos. En palabras de Shobha Meera, directora de Responsabilidad Social Corporativa y miembro del Comité Ejecutivo en Capgemini, “en un mundo en el que aumenta la demanda de productos y servicios tecnológicos inclusivos, no discriminatorios y con un diseño inclusivo, la importancia de tener trabajadores, culturas y prácticas tecnológicas inclusivas es más importante que nunca”.

Pero explica que han observado una grave falta de concienciación en las empresas sobre la necesidad de ser más inclusivas y diversas, tanto en su plantilla como en sus productos y servicios. Por ello afirman que es necesario que las organizaciones y los líderes acepten esta realidad y se pongan a trabajar para mejorar en diversidad cultural y de género en sus equipos tecnológicos, lo que proporcionará una visión más inclusiva de cara al desarrollo de productos y servicios, y tendrá un reflejo directo en la capacidad de innovación, en la satisfacción de los empleados y clientes y en la generación de ingresos.