Los riesgos de seguridad se incrementarán con la computación cuántica

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Dada la capacidad exponencialmente mayor de la computación cuántica con respecto al sistema tradicional, basado en el código binario, los expertos alertan de que la ciberseguridad se enfrenta a un riesgo enorme. Porque los sistemas de cifrado convencionales no serán rival para la capacidad de un ordenador cuántico, y la proliferación de tecnologías como IoT, que aumentan la superficie de ataque, preocupan cada vez más a los expertos.

La tecnología digital avanza en multitud de frentes, y lo que se puede considerar como la punta de lanza de este desarrollo es la computación cuántica, un que generará la mayor disrupción en la historia de la tecnología informática. Porque los ordenadores cuánticos serán capaces de realizar cálculos avanzados a una velocidad y simultaneidad imposible de alcanzar para la informática binaria.

Mientras esta tecnología comienza a tomar forma en la industria, con los primeros computadores comerciales a la vista, otras tecnologías se están expandiendo en todos los ámbitos, encontrando cada vez más sinergias. Un buen ejemplo es el concepto de dispositivos conectados IoT y la computación perimetral, dos entornos que van a ir de la mano en numerosos ámbitos, como las ciudades inteligentes, el transporte, las industrias manufactureras, la logística, el comercio minorista o la atención sanitaria.

Estas tecnologías permiten llevar la TI y la capacidad de cálculo más cerca de los usuarios, y monitorizar todo tipo de situaciones y entornos, aportando inteligencia, inmediatez y la máxima personalización a las aplicaciones y servicios digitales. Pero, a su vez, amplía mucho la superficie de ataque expuesta a los ciberdelincuentes, por lo que la seguridad es uno de los componentes fundamentales de estos dispositivos e infraestructuras TI, y también de las redes que los conectan al universo digital global.

Los fabricantes y proveedores de soluciones para estos y otros ámbitos están esforzándose para mejorar la seguridad de sus productos, incorporando mecanismos como la seguridad biométrica, el cifrado por hardware y otros sistemas de nueva generación. Pero esto poco puede hacer frente a las capacidades de cálculo de la computación cuántica, ya que un ordenador como este podría romper casi cualquier método de cifrado actual en una fracción del tiempo que llevaría hacerlo con el superordenador más potente del mundo.

Por ello, los expertos en ciberseguridad están cada vez más preocupados por la llegada de este tipo de computación revolucionaria, y se están dando cuenta de que deben apostar por el desarrollo de sistemas de ciberseguridad postcuánticos, capaces de bloquear los ataques perpetrado por las organizaciones cibercriminales que empleen estas máquinas. Esto pasa por adquirir ordenadores o por subcontratar servicios de proveedores de computación cuántica, que ya existen y tienen ofertas disponibles.

Pero también implica invertir en el desarrollo de software de seguridad diseñado para esta forma de computación avanzada, que aprovechen al máximo sus posibilidades y no se vean limitados por las estrategias de seguridad basadas en la informática binaria. Al mismo tiempo, los departamentos de TI de las organizaciones, las consultoras y los proveedores de productos y servicios tecnológicos y de seguridad deberán conocer la computación cuántica y saber cómo implementar esta nueva generación de seguridad.

Pero esto impone una serie de retos que podrían ser difíciles de superar par amuchas empresas. El principal es el elevadísimo coste de todo aquello que lleva el sufijo “cuántico” en su nombre, tanto tecnologías como servicios. Y otra gran barrera es el talento, ya que muy pocas personas tienen los conocimientos necesarios para trabajar con informática cuántica, menos aún los capacitados para diseñarla y, quizá aún menos los habilitados para aplicar la seguridad a estas nuevas reglas de juego.

Esto llevará a que en la próxima década se incrementarán los esfuerzos de las organizaciones para prepararse ante la llegada de la computación cuántica comercial, y frente a las consecuencias que esto puede tener en materia de ciberseguridad, por la ruptura de los sistemas de cifrado actuales. Esto tendrá unas implicaciones en la parte tecnológica, pero también en la formación y retención de talento. Y esto, a su vez significará un replanteamiento de los presupuestos para tecnología, especialmente en las empresas de seguridad, outsourcing y servicios tecnológicos de diversa naturaleza.