Nuevos implantes y wearables enfocados a la salud
- Transformación Digital
La industria sanitaria está apostando por las nuevas tecnologías para modernizar su modelo de asistencia, y uno de los pilares de esta estrategia es la telemedicina y la monitorización remota de pacientes. Los fabricantes de tecnología están respondiendo al desafío, lanzando nuevos wearables y dispositivos implantables que en los próximos años ganarán mucha popularidad, especialmente para el control de dolencias cardíacas y la detección de enfermedades contagiosas.
Recomendados.... |
Desde la pandemia la preocupación por la salud ha aumentado en general y la industria sanitaria ha revelado una cierta debilidad para enfrentarse a crisis sanitarias de amplio alcance. Esto ha llevado a muchas organizaciones del sector a poner el foco en la digitalización para mejorar muchos procesos, entre ellos la atención primaria y el seguimiento de pacientes. Una de las claves de cara al futuro está en el uso de dispositivos con capacidades de monitorización avanzada de las condiciones de salud, lo que permitirá adoptar modelos de telemedicina que reducirán la carga de trabajo en hospitales y centros de atención primaria.
Por su parte, la industria tecnológica ha comenzado a ver el enorme potencial de un mercado que comenzó con los wearables de ámbito deportivo, y que en los próximos años dará lugar a nuevos dispositivos con capacidades de monitorización remota de pacientes (RPM) mucho más avanzadas. En los últimos dos años se han implementado mejoras importantes en los wearables y smartwatch enfocados a la salud y el deporte, añadiendo capacidades como la monitorización de saturación de oxígeno, funciones similares a las de un electrocardiograma (ECG) o sensores de temperatura cutánea, pero esto solo es el principio.
Por otro lado, están surgiendo nuevos dispositivos implantables con capacidades específicamente enfocadas a la salud, y los expertos de GlobalData opinan que en los próximos años se verá un desarrollo acelerado de la tecnología de ámbito sanitario, y se producirá un auge importante en el mercado de salud móvil. Uno de los impulsores será la nueva categoría de dispositivos ECG implantables, capaces de detectar con gran precisión cambios y anomalías en el funcionamiento cardíaco de las personas.
Como explica Elia García, analista médica de GlobalData, “los dispositivos RPM pueden mejorar en gran medida el manejo de diversas afecciones, incluidas las complicaciones cardíacas. Si bien la integración de RPM en los sistemas de atención médica es un fenómeno relativamente nuevo, la pandemia de COVID-19 ha acelerado en gran medida la tasa de adopción de estos aparatos”. De hecho, entre 2020 y 2021 la industria de dispositivos RPM ha sido una de las de mayor crecimiento a nivel mundial, y se espera que su desarrollo se acelere a partir de este año.
Las estimaciones de GlobalData son que el mercado de monitorización remota de pacientes pasará de un valor de 548,9 millones de dólares en 2020 a unos 760 millones para finales de esta década, impulsado por la demostración de mejores resultados en la salud de los pacientes que adoptan estas tecnologías.
García explica que “los avances que hemos visto en los dispositivos ESG implantables provocarán cambios en los procedimientos de seguimiento y en la forma en que se cumplen los objetivos”. Y destaca que “los médicos podrán intervenir de manera oportuna para mejorar los resultados clínicos y reducir los gastos médicos”. Aunque esta categoría de dispositivos va a generar mucho interés en la industria sanitaria, los propios consumidores también apostarán por tecnologías de monitorización en forma de wearables con sistemas más avanzados de registro de constantes vitales. Este año han llegado importantes mejoras al mercado en este sentido, y se espera que a lo largo de esta década los fabricantes implementen sistemas capaces de detectar más parámetros de salud, estimulando aún más el mercado.
Además, las autoridades sanitarias están haciendo sus propios esfuerzos para la estandarización de tecnologías de monitorización. Los fabricantes de wearables están apostando cada vez más por sistemas reconocidos a través de estas certificaciones, aportando más confianza entre los consumidores y abriendo la posibilidad a la integración con las plataformas de monitorización remota de salud que emplean los servicios nacionales de salud y las empresas de sanidad privada.